La lógica de la psicología

Manuel Tusch

Fragmento

Quien ríe el primero ríe mejor

Sobre cómo el neurofisiológico puede llevar más alegría a su vida

Haga frente a las siguientes situaciones con el nuevo conocimiento reflexivo-emocional sobre los sentimientos del capítulo anterior:
•   Un examen le va fatal.
•   La entrevista de trabajo no transcurre como esperaba.
•   Su pareja le engaña.
•   Su hijo la tiene o lo tiene por una mala madre o un mal padre. ¿Qué desencadena esto en su interior? Lo mejor es que eche una mirada al espejo: sí, está hecho polvo, se siente deprimido, tiene los hombros caídos y una mueca de desánimo en la boca... Una reacción natural. Ahora le revelaremos cómo, precisamente en este tipo de situaciones, puede ayudar poner al mal tiempo buena cara.

Como ya hemos visto, para su higiene mental es enormemente importante que se preocupe de tener un buen acceso a su interior: que se tome a sí mismo y a sus sentimientos en serio y respete también la sensibilidad de los demás (véase capítulo anterior) .

Si hemos practicado esto lo suficiente, el segundo paso puede consistir en trabajar de forma activa en las propias percepciones y en los estados deseables . Y para eso es urgente que desterremos de nuestra mente la creencia popular que se atreve a afirmar que quien ríe el último ríe mejor .

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Porque la realidad es que para quien ríe el último la alegría es más corta . Y tan solo con la alegría nuestra vida se hace digna de ser vivida . A continuación veremos con qué facilidad la alegría puede ayudarnos .

La vida es como es . Y las personas que nos rodean son como son . Por desgracia, no es fácil cambiarlas . O si no, dígame, ¿cuál fue la última vez que consiguió que su jefe cambiase?, ¿o su suegra?, ¿o sus hijos? De modo que será mejor que nos concentremos en nosotros, en nuestros propios pensamientos y sentimientos; porque si cambiamos interiormente nosotros mismos, esto puede al menos favorecer un cambio en el exterior, en nuestro prójimo .

¿No desea a veces levantarse contento de la cama? ¿Hacer su trabajo a gusto? Experimentar una sensación de felicidad al entrar en la sala de reuniones? ¿Contemplar unas caras radiantes cuando vuelve a casa? ¿Ser recibido cordialmente por otras personas? ¿Tener con ellas una relación abierta y enriquecedora? ¿Ser apreciado por todos?

Según cómo hayan ido las cosas en su vida últimamente, tal vez se diga que estas pretensiones son un poco osadas; pero de todos modos debería pensar siempre en lo siguiente: ¡en realidad usted tiene derecho a eso!

La alegría es un hermoso estado de ánimo, un sentimiento benéfico: en ese momento todas nuestras necesidades psíquicas se encuentran satisfechas . Es una reacción emocional espontánea y natural a algo agradable: un acontecimiento, una persona o también un recuerdo .

Y la risa es a su vez nuestra expresión más frecuente de alegría y bienestar . La risa despliega su efecto con especial fuerza en nuestra relación con los otros . Y la medicina la considera incluso como un apoyo para la terapia . Sí, ¡reír es sano! Investigaciones científicas certifican que reír favorece el proceso de curación de muchas enfermedades . El aumento del bienestar elimina el estrés, y la descarga hormonal refuerza el sistema inmunitario y de este modo previene la aparición de enfermeda

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des . Además, la risa activa el sistema cardiovascular, el diafragma, las cuerdas vocales y los músculos de la cara y del vientre . Esto conduce, entre otras cosas, a una elevación de la presión sanguínea, a un aumento del contenido de oxígeno en la sangre y a una especie de masaje interno en la zona del bajo vientre . Reír reduce incluso de forma clara la sensibilidad al dolor .

Todos estos descubrimientos desembocan en la llamada «teoría del facial-feedback», que el conocido psicólogo Silvan Tomkins desarrolló en los años sesenta del siglo xx . La teoría afirma que nuestras vivencias emocionales dependen también de nuestra mímica . Por ello, nosotros mismos podemos influir en nuestros sentimientos y orientarlos a través de la risa: no solo reímos porque las cosas nos van bien; ¡también podemos hacer que las cosas nos vayan bien riéndonos!

Para eso ni siquiera hace falta que nos expliquen un chiste, porque nuestra mímica está directamente conectada con el centro de las emociones: basta con que levantemos mecánicamente las comisuras de los labios para mejorar nuestro estado de ánimo (no hace falta que los ojos acompañen; es una risa antiaging), y nuestro cerebro se encarga al momento de que desarrollemos buenas sensaciones . Este efecto está demostrado experimentalmente (¡un descubrimiento realmente sensacional!), y gracias a él disponemos de un sistema muy simple y al mismo tiempo sumamente efectivo para contribuir cada día con nuestros propios medios a nuestra felicidad . Pruébelo hoy mismo . Forme una sonrisa con sus labios . Vaya por el mundo con una expresión satisfecha en el rostro . Y trate de percibir los cambios que se producen en su interior . Se sentirá agradablemente sorprendido .

Y una cosa más: observe cómo su nuevo comportamiento influye en su relación con las otras personas . Ya se sabe que la risa y la alegría son contagiosas . El que siembra recoge, dice la voz popular (veremos por qué sucede así en el próximo capítulo, que se ocupa de las llamadas profecías autocumplidas) . La gente con que se relaciona, su jefe, su pareja, su compañero/a

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de trabajo o su vecino/a, percibirán que sonríe o ríe, e inconscientemente partirán de la base de que usted es una persona simpática y equilibrada con la que será agradable tratar . Esta expectativa cambiará la conducta de sus interlocutores . ¿Y quién se aprovechará de esa amabilidad, simpatía, cortesía, aprecio y respeto?

¡Naturalmente usted mismo!

Quién podría saberlo mejor que Charlie Chaplin, que una vez dijo: «Un día sin risa es un día perdido» .

Strack, F ., Martin, L ., y Stepper, S ., «Inhibiting and Facilitating Conditions of the Human Smile: A Nonobtrusive Test of the Facial Feedback Hypothesis», Journal of Personality and Social Psycohology, n .° 54 (1988), pp . 768-777 .

Tomkins, S ., Affect, imagery, consciousness: The Positive Affects, vol . I,

Nueva York, Springer, 1962 .

Cómo puede cambiar el curso del mundo con sus pensamientos

La puede proporcionarle nuevos poderes en su vida cotidiana

Érase una vez... un hombre que tenía un miedo loco a las enfermedades. Un día se sentía tan mal que llegó a pensar que hacía tiempo que estaba muerto. Horrorizado, corrió a hablar con su mujer. Esta le cogió las manos, rió y le dijo cariñosamente: «

pretendemos con esta historia animarle a creer que tiene poderes paranormales, pero piense por un momento hasta qué punto puede influir usted también, solo con sus pensamientos, en el curso de las cosas.

Seguro que ya habrá oído hablar alguna vez de lo que se conoce como «profecía autocumplida» . Una profecía autocumplida es una predicción que se cumple solo por el simple hecho de existir, y de este modo se convierte en una causa especial de las consecuencias que usted había previsto .

Si en un experimento, por ejemplo, se elige arbitrariamente a un grupo de escolares y se les dice que forman parte del grupo

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de los mejores, ¡al acabar el curso puede comprobarse que su cociente intelectual ha aumentado! En cambio, en el grupo de comparación, al que no se ha convencido de que es especialmente bueno, nada cambiará . Este efecto fue demostrado por primera vez por el psicólogo estadounidense

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