Cerebro milenial

Fragmento

cap-2

INTRODUCCIÓN A LAS GENERACIONES

Seguro que te has dado cuenta de que tanto los medios de comunicación como las redes sociales están plagados de referencias constantes a los milenials o a la generación Z. Ahora, incluso se habla de una generación alfa, que comprendería a las personas nacidas durante la pandemia.

Pero ¿de dónde viene esta necesidad de hablar de generaciones?

¿Qué hace que hablemos de generaciones.

La mejor forma de empezar a enfrentar estas cuestiones es aportando una definición de la palabra generación. Según la Real Academia Española, estas son las acepciones del término:

1. Acción y efecto de engendrar.

2. Acción y efecto de generar.

3. Sucesión de descendientes en línea recta.

4. Conjunto de las personas que tienen aproximadamente la misma edad.

5. Conjunto de personas que, habiendo nacido en fechas próximas y recibido educación e influjos culturales y sociales semejantes, adoptan una actitud en cierto modo común en el ámbito del pensamiento y de la creación.

6. Cada una de las fases de una técnica en evolución, en que se aportan avances e innovaciones respecto a la fase anterior.

7. Casta, género, especie.

Vale, bien. Tú, ¿con cuál te quedas?

Yo, personalmente, escojo la quinta acepción.

Conjunto de personas que, habiendo nacido en fechas próximas y recibido educación e influjos culturales y sociales semejantes, adoptan una actitud en cierto modo común en el ámbito del pensamiento y de la creación.

De acuerdo con esta definición, podríamos decir que los factores que marcan la existencia de una generación son, por un lado, de tipo cronológico y, por otro, de tipo personal. Es decir, no se trata solo de que los miembros de una generación se enmarquen dentro de un determinado rango de edades, sino que estos, además, se ven influidos por factores comunes que influyen en su manera de pensar, comportarse y percibir el mundo. Sin embargo, a pesar de sus similitudes, los miembros de una generación son dispares y no constituyen un grupo homogéneo. En definitiva, se podría decir que una generación es un grupo de personas muy diversas, universos interdependientes, conectados por un contexto común.

A día de hoy, no parece que exista un criterio científico que permita determinar con exactitud cuándo una generación es lo suficientemente distinta a la anterior como para que pueda adquirir una entidad propia. Los puntos de corte generacionales se consideran herramientas que pueden ser de utilidad para investigadores a la hora de definir grupos poblacionales con unas características determinadas (1). Pero no se trata de una ciencia exacta. Sin embargo, sí está reconocido que el contexto sociocultural es clave a la hora de analizar las diferentes generaciones. Así, la situación económica y sociopolítica del momento influye de manera significativa en el carácter de diferentes sectores de la población, a su vez condicionados por una historia anterior. Eventos relevantes, como una crisis económica, catástrofes naturales o, más recientemente, una pandemia, pueden ser elementos que conformen y modifiquen las actitudes y conductas de generaciones enteras, pudiendo servir como marcadores o hitos generacionales. Una consecuencia de esto es que las generaciones no sean iguales en todos los países. Un ejemplo claro es el de la generación de los baby boomers, que comprende franjas cronológicas diferentes en cada país. En Estados Unidos, los baby boomers son las personas nacidas entre 1945 y 1965, pertenecientes a un pico de natalidad que tuvo lugar tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en España, esta generación de boomers aparece desplazada hacia la segunda mitad de la dictadura, entre 1950 y 1975.

Con respecto a las generaciones milenial (nacidos entre 1981 y 1997) y Z (nacidos entre 1997 y 2010) las cosas cambian, considerándose considerablemente homogéneas entre países debido, en gran medida, al auge de las nuevas tecnologías y las redes sociales (2). El desarrollo de estas herramientas en un contexto de globalización ha permitido a juventudes de múltiples países compartir intereses, preocupaciones e inquietudes de manera simultánea. Por esas razones, milenials y Z están marcados por las nuevas tecnologías, aunque de manera diferente. Mientras que los milenials vivieron el inicio de la digitalización, los miembros de la generación Z son nativos digitales. Sin embargo, ambas generaciones tienen en común que las nuevas tecnologías y las redes sociales estuvieron presentes en un periodo clave de su desarrollo, como la infancia y la adolescencia.

Seguro que podríamos hablar de muchísimas variables que distinguen a milenials y zetas. También de otras que nos agrupan y separan de otras generaciones. Sin querer caer en la comparación por la comparación, creo que los intereses y, por tanto, las reivindicaciones, de cada generación están atravesadas por un contexto social, económico y político determinado. En gran medida, también son, en muchas ocasiones, una suerte de reacción a las tendencias transmitidas por generaciones anteriores.

Si te digo la verdad, yo creo que hay cuestiones que nos interesan más a milenials y zetas que a las generaciones anteriores.

Eso es lo que he venido a contarte en este libro, con el que solamente persigo un objetivo: servirme de la investigación en psicología y neurociencia para dar una perspectiva científica de los intereses de las generaciones milenial y Z. Desde mi punto de vista, existen cuatro campos principales que acaparan el interés de estas generaciones. La idea principal es que me acompañes a lo largo de las siguientes páginas, donde aprenderemos juntos qué es lo que tiene que decir la ciencia acerca de lo que nos preocupa.

En el primer capítulo, hablaremos de sexualidad y del creciente interés de nuestra generación por explorarla de manera informada, sin tabúes o restricciones. Tras repasar los estudios que describen la respuesta sexual humana y cómo se aprecia en el cerebro, haré todo lo posible para que nos quede bien clarito que la excitación y el placer sexual se procesan en nuestro cerebro.

De cómo ha tratado la ciencia la diversidad sexual en términos de orientación e identidad sexual hablaremos en el segundo capítulo. ¿Para qué han utilizado los científicos vídeos eróticos en sus investigaciones? ¿Es diferente el cerebro de una persona gay al de otra heterosexual? ¿Podemos conocer la orientación sexual de una persona viendo cómo se activa su cerebro?

En el tercer capítulo, hablaremos de las redes sociales. Somos la primera generación que se ha desarrollado enteramente en un marco de relaciones sociales con un componente virtual. A diferencia de otras generaciones, como la de nuestras madres y abuelas, la tecnología ha estado presente en periodos críticos de nuestro desarrollo neuropsicológico. Por tanto, nos centraremos en la dimensión social del ser humano y en sus reflejos en el cerebro. Por supuesto, hablaremos de cómo reacciona nuestro cerebro ante un like en Instagram y tocaremos el tema de la adicción a las redes sociales. ¿Es posible ser adicto a

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