Animate a ser vos

Valentina Godfrid
Sofía Elliot

Fragmento

TODOS LOS CLOSETS

Hola. Somos Valentina y Sofía. En este libro queremos compartir nuestro camino para salir del closet; en realidad, para salir de “todos nuestros closets”, porque no fue uno solo. Te preguntarás qué es un closet. Es esa oscuridad que no te deja ser, que no te permite vivir tu vida como quisieras, que te da miedo, que te hace perder, que habita en vos como algo prohibido. Quizás el tuyo no sea sobre tu orientación sexual, quizás el tuyo sea una pasión escondida, una carrera que quisieras estudiar, un deseo que no te animás a exteriorizar o un proyecto que no te animás a emprender. Cualquiera sea, también tenés derecho a vivir fuera de él y en libertad.

Hicimos este libro porque pensamos que podría gustarles y porque nos habría gustado tener un libro así en los momentos donde no sabíamos qué nos pasaba. Soñábamos con un libro que nos diera cierta orientación, palabras de aliento, que nos dijera que se puede vivir bien, y que todxs podemos tener una vida plena y tranquila. También este libro nace del deseo de que nuestra historia pueda ayudar a cualquier persona que sienta que no puede vivir en libertad. Porque creemos que lo más importante de este camino llamado vida es que sepas que tenés derecho a ser, en todo sentido y con todo lo que eso implica. Por eso, también este libro está dirigido a todas las personas que deseen vivir en libertad y respeto. Y pueden leerlo todas las personas que sientan curiosidad acerca de cómo es eso de vivir en libertad.

Esperamos que te acompañe como un amuleto, como una guía para animarte a emprender y materializar tus deseos. Deseamos que con este libro y con nuestra historia puedas sumar herramientas para entender lo importante que es honrar tu alma, tus deseos, tu cuerpo.

Por último, deseamos que, en tu camino para salir del closet, y de los closets, no tengas miedo del qué dirán, quien quiera hablar de vos va a hablar igual, es algo que no podés controlar. Si no es por tu orientación sexual, van a hablar por cualquier otra cosa, pero vos no te hagas cargo, honrá tu vida y escribí tu propia historia.

Ojalá algún día sea suficiente con decir me enamoré, conocí a alguien, voy a cambiar mi vida porque ‘en las diferencias radica la belleza del ser’.

Bienvenidx.

Sos demasiado valiosx para ser el secreto de alguien

La salida

Cuando besé a una mujer por primera vez, en mi cabeza apareció la imagen de puertas que se abrían. Yo tenía 19 años y acababa de terminar la escuela secundaria. Tenía un novio de 28 con el que salía desde hacía tres meses, y ella estaba en pareja. Ese beso me hizo darme cuenta de que me pasaban cosas con las mujeres. Algo que siempre había sabido intuitivamente pero que de esta manera se materializaba. Pasaron las semanas e inevitablemente me enamoré de ella. Con apenas 19 años tenía un amor oculto con una persona más grande. Lo que más me acuerdo de esa época es que sentía culpa, culpa por su pareja, por mi novio y por mi familia. Pero también recuerdo que me ganaba el deseo de querer experimentar mi sexualidad, mi vida, mi identidad. De cualquier manera, por sobre todo, lo que más sentía era un gran estrés al tener que sostener dos vidas al mismo tiempo, dos vidas nuevas que chocaban entre sí.

Pasar por la oscuridad para conocer la luz

Un día, al cabo de unos meses, me enfermé. Sentía un gran malestar y mi familia decidió internarme. Lo que al principio parecía ser un decaimiento general de a poco fue empeorando. Cada día que pasaba en el hospital se volvía en mi contra. Llegué a convulsionar tan fuerte que pensaron que estaba entrando en un punto sin retorno. Los médicxs me pasaron a terapia intensiva, donde me dializaron dos veces. Estaba tan desconectada de mí, eran todo tan parecido a una niebla espesa, que apenas recordaba la primera diálisis. Al final, me diagnosticaron una infección en la sangre que fue muy difícil de rastrear. Pasé más de un mes internada. Tiempo después, cuando me dieron el alta, mi cuerpo estaba completamente débil y atrofiado por la larga internación. Me costó mucho volver a caminar, ganar peso y recuperar masa muscular. Ese periodo en el hospital me dio mucho para pensar y reflexionar sobre mi futuro. Durante los días de hospital me preguntaba cómo iba a vivir el resto de mi vida.

La libertad como forma de vida

Apenas me lo permitieron, me fui al sur con dos amigxs. En ese viaje, con mis personas queridas, rodeada de naturaleza, tuve un momento muy determinante en el que me dije que si seguía negando mi identidad me iba a morir. Había hecho lo posible por sostener dos amores al mismo tiempo, pero en mi caso uno imposibilitaba al otro. Y no asumirlo me había llevado hasta ese extremo. Así que ahí, mirando las montañas, la noche y el mundo natural que no se detiene, me dije: Esto es lo que me pasa. Amo la vida y si esto significa enfrentar mis miedos al rechazo familiar, al de mis amigas, no me importa. Yo quiero vivir. Así salí de mi closet, el propio. Y luego, cuando volví de ese viaje, empecé de a poco.

Primero hablé con mis amigas del colegio. Con ellas no fue fácil, al menos para mí, porque vengo de un colegio muy conservador donde la homosexualidad no existía. En general estuvo bien, aunque muchas personas se ale

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