La escalera a tu mundo interior

Santiago Rojas Gómez
Jorge Enrique Rojas Quiceno
Guillermo Rojas Q.

Fragmento

INTRODUCCIÓN

En el mar del inconsciente está oculto “el tesoro difícilmente accesible” que solo los valerosos conquistan.

Carl G. Jung

En las consultas médicas que realizamos en nuestros Parques de la Salud, hemos visto que algunas de las enfermedades con las que llegan los pacientes no son del cuerpo, sino del alma. Son males que no se pueden (ni se deben) tratar con medicamentos, sino con un trabajo interno de reflexión y autoconocimiento para comprender qué los está causando y cómo se pueden sanar de raíz. Es por esto que decidimos escribir este libro, en el que nos interesa analizar el mundo interior de los seres humanos para entender qué factores pueden afectar nuestro bienestar y cómo podemos abastecernos de una “caja de herramientas espiritual”, en la que encontraremos ayuda para nuestra sanación. La idea es que al final de la lectura tengamos todos los elementos necesarios para reconstruirnos, que seamos arquitectos de nuestro destino y lo creemos con determinación y sabiduría.

El primer paso para crear nuestro destino es conocernos plenamente; trabajar en nuestro autoconocimiento para saber quiénes somos, qué tenemos y hacia dónde queremos ir. En este proceso es muy importante el manejo de emociones, pues estas nos ayudan a armonizar las energías que nos generan anhelos por lo que hacemos, vivimos y sentimos, y le dan un propósito a nuestra vida. En muchas ocasiones debemos transformar nuestros patrones de pensamiento para llegar a este balance energético, al concepto del buen vivir planteado por Acosta y Martínez (2009) y Rojas Quiceno, G. (2013), que es el orden fundamental de la naturaleza del universo.

Para conseguirlo, debemos construir en nuestra vida una armadura hecha de ideas positivas que circulen por nuestra mente, nos protejan de la negatividad e impidan la inestabilidad emocional. Esto es esencial para lograr el cambio, para tomar una actitud diferente frente a nuestra existencia que nos permita mejorar en todos los aspectos. Sin embargo, sabemos que no es fácil enfrentarnos con nuestra propia mente para cambiar estos patrones. Los juegos mentales nos conducen a un recorrido de encrucijadas e incertidumbres que nos vuelven vulnerables, y justamente por esto, encontramos en la escalera de Jacob una herramienta muy práctica y útil para explorar nuestro mundo espiritual. Según la ley sagrada, esta escalera era utilizada por los ángeles para ascender al cielo o descender a la tierra, y nos parece conveniente usar este concepto para enmarcar nuestro viaje espiritual, en el cual ascendemos a lo divino (al conocimiento y el saber, a nuestra paz con el mundo interior) y descendemos a lo desconocido, a lo pasional. En cada escalón podemos subir y conocer nuestras virtudes y cualidades, o bajar hacia los vicios y las debilidades; todo depende de cómo afrontemos cada uno de los pasos de este recorrido. Lo más importante de la escalera es que nos da la posibilidad de despertar nuestra consciencia para la elevación como seres humanos, y nos permite romper cadenas del pasado para lograr la sanación del cuerpo y del alma.

Todo recorrido ofrece misterios, pero el cambio espiritual es una virtud que nos brinda esa escalera que cada uno tiene en el interior; cada peldaño o escala se hace más resistente cuando transformamos nuestras vidas. Lo anterior no significa que este camino carezca de obstáculos; al contrario: es muy fácil descender, y al mismo tiempo se pueden presentar dificultades para emprender nuevas aventuras de ascenso.

La escalera que proponemos tiene siete escalones, y el libro está dividido en la misma cantidad de capítulos, en los cuales tendremos que hacer rupturas con las debilidades, tentaciones y adversidades para replantear nuestros comportamientos y buscar alternativas en procura de llenar de cambios positivos nuestras vidas.

Iniciamos nuestro recorrido en el primer escalón, dedicado a las emociones, que nos hacen preguntar y dudar en el camino, y los cuestionamientos sobre el ser humano condicionado y determinado. Hablaremos de cómo debemos gestionar nuestras emociones para dejar a un lado las negativas, que solo nos hacen daño.

Después debemos subir al segundo piso para enfrentar el miedo como el mayor obstáculo de nuestras vidas, para analizar el conocimiento, las complejidades y los temores que influencian la provocación del miedo, y cómo algunas personas lo utilizan para manipularnos sin que nos demos cuenta.

El tercer escalón nos habla sobre la consciencia como objeto de análisis y foco de inestabilidad, y de cómo debemos liberarnos de las cargas del pasado para recorrer el camino a nuestro corazón a fin de lograr una existencia en armonía. En este capítulo también encontraremos claves para dejar de juzgarnos sin compasión.

Seguimos nuestra exploración, y en el cuarto escalón nos encontramos con el ego, y veremos cómo se relaciona con la conciencia acusadora y el peso de los errores, factores con los que nos han querido llenar de miedos. Igualmente, le daremos una mirada al deseo y a la necesidad, que nos bloquean y nos provocan pánico, y, si no aprendemos a controlarlos, nuestra vida tomará un rumbo lleno de dificultades.

Al ascender al quinto escalón, hablaremos de la mente y de cómo podemos hacer que predomine sobre el inconsciente. Para esto, debemos observar el poder de las palabras: la importancia de hablar, dirigirnos y expresar nuestros sentimientos de manera elocuente y diáfana. Este escalón es muy desafiante, sobre todo cuando nos adentramos en conceptos como el carácter, el temperamento y la voluntad.

Posteriormente se llega al piso seis, el de la liberación con amor y el reconocimiento de lo sensible y humano. Este escalón nos mostrará que, con esfuerzo, debemos siempre buscar la luz, las alternativas para el buen vivir, para conseguir verdaderos cambios desde nuestro corazón.

En el escalón siete encontramos una especie de descanso, pues es aquí donde entenderemos que debemos escucharnos a nosotros mismos para poder amarnos con sabiduría, con firmeza y con emoción a fin de gobernar nuestro interior y alcanzar el bienestar integral y la sanación.

Es asombroso que hoy la formación de las personas esté encaminada a incrementar el conocimiento y no se saque tiempo para reflexionar sobre la más interesante de todas las ciencias humanas: el conocimiento de sí mismo. Nuestro camino debe ser hacia el interior, a descubrir la fórmula que estructure nuestro modo de actuar y nos permita manejar las emociones. Necesitamos hacer un análisis en profundidad de nuestro pasado y obligarnos a deshacernos de aquellos recuerdos que nos atormentan; comprender que lo que está guardado de manera inconsciente en nuestra mente son traumas que nos han quedado de lo que cada uno vivió, pero que no debemos preocuparnos más por ellos. Estos problemas los debemos sacar de lo más recóndito de nuestro ser, hacernos conscientes de ellos, y darnos cuenta de que son cosas pasadas que ya no nos deben hacer daño y que, por lo tanto, debemos superar y no volver a pensar en ellas. Por lo mismo, este trabajo busca involucrar la mente, el cuerpo

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