Una nueva realidad

Maria José Flaqué

Fragmento

AQUÍ EMPIEZA LA REALIDAD QUE
QUIERES MANIFESTAR

La oportunidad de escribir este libro se presentó en uno de los momentos más difíciles de mi vida hasta ahora. Hasta hace unos meses todo iba muy bien, disfrutaba viajar, mi libro Soy una mujer holística llegaba a su sexta edición, tenía la ilusión de iniciar una nueva etapa de vida con una pareja y estaba orgullosa de mis logros profesionales. Todos los días agradecía porque finalmente sentía que mi vida fluía con facilidad y de manera natural. Pero en mi corazón sabía que había un tema que estaba pendiente y unos patrones perjudiciales que, aunque los podía identificar, tenía miedo de cambiar. Si bien enseño sobre abundancia y espiritualidad, soy una mujer normal teniendo una experiencia sobre la Tierra, aprendiendo cómo vivir mejor, y no estoy exenta de retos. Todavía llegan a mi vida procesos de cambios fuertes y dolorosos que me hacen cuestionar mi realidad y golpean mi autoestima.

Yo sabía que no me iba a sentir plena hasta que enfrentara mi necesidad de aprobación de otras personas; todavía me costaba establecer límites sanos y hablar con claridad debido al miedo a no ser aceptada, especialmente por las personas cercanas a mí que amo profundamente. Tenía una creencia falsa que si dejaba ir el rol de niña buena que todavía conservaba en mi familia, me iba a quedar sola. Esta decisión de mantener mi imagen y de controlar todo mi entorno iba en contra de mi propia voz, de mis necesidades y de la persona que yo quería ser en el mundo, no me permitía brillar completamente ni conectarme plenamente con mi energía femenina, esa energía que trae contención y fluidez, esenciales para poder brillar.

Sentía todo lo contrario a la fluidez y la facilidad. Mi mandíbula estaba siempre contraída y creía que si dejaba ir el control, perdería lo más importante para mí, todo lo que le daba sentido a mi vida. Tenía que aprender que mi familia me amaría por ser quien era, no por mi habilidad de sostener a los demás y mi constante esfuerzo para que todos estuvieran felices. A pesar de que esta lección estaba pendiente hace años y yo sabía que pronto o temprano iba a llegar, no me imaginé que ocurriría de la manera y con la rapidez con la que sucedió.

En los meses previos a la escritura de este libro terminé la relación de pareja que me hacía mucha ilusión, lo cual cambió toda la dinámica con mi familia. Mi identidad en el mundo se transformó por completo de un momento a otro. Fue uno de los momentos más dolorosos que he vivido y en el que más miedo he sentido, porque no tenía garantías de que las personas cercanas a mí iban a continuar a mi lado. Yo anhelaba su presencia en mi vida, pero no podía aferrarme a mi deseo de controlar el resultado. Yo quería asumir el reto de cambiar la dinámica de mis relaciones familiares, pero pretendía que ocurriera en lo que yo consideraba el momento perfecto. En los meses siguientes, sucedieron una serie de eventos que me hicieron enfrentar esa lección que tenía que aprender. En lo más profundo de mi ser yo agradecía todos los días porque sabía que lo que había acontecido me ayudaría a ser más fuerte y a florecer en una nueva persona, pero mi corazón dolía. Los miedos y los patrones viejos limitaban mi existencia y no apoyaban la persona que quería ser. Mi motor para el cambio es mi compromiso profundo con ser una mejor persona todos los días y vivir lo más cerca que pueda a la expresión plena de mi alma, que es mucho más grande y expansiva que la actual.

Cuando tomas la decisión de cambiar algo en tu entorno, aceptas que ingrese una vibración muy poderosa a tu campo energético. Imagínate que estás en un escenario y eres la protagonista de la obra. De repente, tomas una pausa y le indicas al director que hay que cambiar por completo el guion, porque el actual ya no se siente bien. De un momento a otro todo cambia, hasta el escenario. Así, la vida se ajusta para reflejar tus deseos y te entrega lo que necesitas para que puedas vivir esa nueva realidad que anhelas. En mi caso, la lección que pedí aprender fue mucho más difícil que cualquier otra y cambió toda la obra de mi vida. Sé que este cambio también fue fuerte para las personas a mi alrededor, y todavía estamos en el proceso de aprender a transitar un camino nuevo. Aprendí que cuando le pides un cambio al Universo, es bueno ser específica con lo que quieres transformar, sin olvidar decir que la lección llegue con suavidad y amor para el bien mayor de todas las personas involucradas. Si pides que sea así, será más fácil para ti y para otros procesarla e integrarla en sus vidas.

Por un momento estuve muy cerca de cancelar todos los compromisos que tenía en mi agenda, incluyendo el libro. Me sentía confundida y no podía conectarme con el sentimiento de amor con el que me gusta escribir, además no creía que podía traer a este mundo algo de lo que yo me sintiera orgullosa, lleno de expansión, inspiración y abundancia, como siempre lo he hecho. Lo que ocurrió definitivamente no estaba en mi calendario y no sucedió en el mejor momento, aunque ahora sé que nunca iba a ser el mejor momento. Me escondí del mundo durante varias semanas y me dediqué a sentir el dolor y a cuestionar todo lo que había creado. Me sentí muy frustrada, no podía creer que llevara tantos años estudiando la abundancia y al momento de escribir sobre el tema me sentiría en una absoluta ausencia de ella. Me costaba compartir en las redes todo lo que estaba ocurriendo porque tenía miedo a ser juzgada y que el mundo entero descubriera la verdad de que mi realidad no era perfecta.

En ese entonces, a pesar de saber que las decisiones que estaba tomando iban en dirección contraria a la realidad que quería crear y a pesar de sentir que me estaba ahogando, no era capaz de aceptarlo, y, para contrarrestar esa sensación, me decía mentiras constantemente para evitar sentirme mal. Estaba muy identificada con mi identidad como “María José de Mujer Holística” y me aterraba perder lo único que creía tener seguro en este momento, que era mi carrera, porque nada más en mi vida estaba firme. Es increíble cómo la mente se aprovecha de los momentos de cambio para fortalecer su posición e impedir que la nueva realidad sea radicalmente distinta a la anterior. En esos momentos se necesita más disciplina, fuerza de voluntad y consciencia sobre los pensamientos, para no regresar tan fácilmente a los patrones antiguos y a la misma vida de antes.

Una parte de mí tenía claro que no podía quedarme en esa historia mucho tiempo y que necesitaba aplicar todas las herramientas que conocía. Estaba cansada de escuchar a mi mente. Recuerdo despertar un día y decir: “Bueno, hasta aquí llegó esta historia, ya no quiero escucharla más, es hora de escribir mi libro”. En ese momento, sentí una fuerza interna muy poderosa y una claridad enorme sobre mi vida llegó a mí, es como si hubiera cambiado los lentes con los que veía el mundo y dejara de verlo borroso

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos