Ser mamá. Guía de embarazo, parto y posparto con evidencia y emoción

Nazareth Olivera Belart (@comadronaenlaola)

Fragmento

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Introducción

 

Ser mamá: multiplicarte para siempre.

Con ilusión y cariño, te traigo información cercana, amena y actualizada sobre la vivencia del embarazo hasta el nacimiento de tu bebé.

Mi mayor deseo como matrona siempre ha sido devolver el conocimiento del cuerpo a las mujeres, un conocimiento que nos pertenece y que perdimos en algún momento. A veces, no saber cómo funciona nuestra fisiología y la de nuestros bebés nos lleva a vivir esta etapa con miedo y muchas dudas. El miedo nos conduce a buscar respuestas, a resguardarnos o a cambiar el rumbo, pero debemos confiar en nuestro instinto y en nuestros bebés. Redescubrirnos nos permitirá disfrutar, cuidarnos mejor y llevar las riendas de nuestro embarazo, parto, posparto y crianza.

El seguimiento del embarazo busca potenciar la salud y la normalidad, y a la vez detectar problemas para intervenir de manera individualizada. De todos modos, la gran mayoría de los embarazos son sanos: un proceso fisiológico que forma parte de nuestra vida sexual y reproductiva. Los profesionales sanitarios debemos acompañarte y cuidarte a lo largo de este proceso, aunque tú siempre tienes la última palabra y el poder de decisión. Lo que tu cuerpo es capaz de hacer es un verdadero milagro.

Apuesto por las mujeres, por que recuperen autonomía y el conocimiento sobre su salud. Por un sistema que invierta en la salud física, emocional, mental y espiritual de cada mujer, cada bebé y cada familia.

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SER MATRONA ES MI MANERA DE ESTAR EN EL MUNDO.

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cap-2

1.

¡Embarazada!

 

Breve repaso de anatomía

Conocer tu anatomía y fisiología es la base para comprender tu embarazo y los cambios por venir. ¡Acompáñame en este breve repaso de anatomía femenina y ciclo menstrual!

La pelvis ósea

La pelvis es como un cuenco, el centro de nuestro cuerpo. Está formada por dos huesos iliacos (izquierdo y derecho) y el sacro. Al sacro se le une por debajo el coxis y por encima la columna vertebral. Las piernas se unen a la pelvis en la cabeza del fémur, formando la articulación de la cadera. Delante, en el centro, está el pubis, que se prolonga hacia abajo en los isquiones.

Los órganos pélvicos

Dentro de la pelvis se encuentran recto, útero y vejiga. Gracias a los músculos del suelo pélvico —que funcionan en sintonía con la faja abdominal, el diafragma respiratorio y los músculos lumbares—, los órganos permanecen en su sitio (cuando hay salud). El estilo de vida, la higiene postural o la respiración son algunos de los factores que inciden directamente en la salud de nuestro suelo pélvico. Cómo se llega al embarazo, y los cuidados durante este, es clave a la hora de conservar la funcionalidad del suelo pélvico.

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El útero es un órgano muscular que se encuentra entre el recto y la vejiga. De cada lado, sale una trompa uterina que termina en las fimbrias: los flecos que captan el óvulo hacia su interior. Bajo las trompas, están los ovarios, uno a cada lado. En realidad, el útero no tiene forma de brazos en cruz, sino que más bien las trompas y ovarios están replegados sobre el útero.

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Imagen real del útero de la mujer

Fotografía cedida por Vanesa Ruiz

El útero tiene el fondo arriba y el cuello o cérvix abajo. En el cuello se encuentra el orificio cervical: por donde menstruamos, por donde entran los espermatozoides y donde comienza la dilatación en el parto.

La pared que recubre el útero por dentro es el endometrio, mucosa que crece, se engrosa y se desprende en parte con cada ciclo menstrual, dando lugar al sangrado.

La vagina es un tubo muscular de diferente longitud en cada mujer. Es elástica, con capacidad para extenderse. Tiene una entrada y un final, por lo que no se puede perder nada dentro: si exploras con tus dedos, sin miedo, llegas al fondo.

La vulva hace referencia a los órganos genitales externos.

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Ciclo menstrual

¿SABÍAS QUE…? El ciclo menstrual femenino se considera un signo vital, igual que la tensión arterial o la frecuencia cardiaca, ya que refleja nuestra salud general. La ovulación es la meta de nuestro cuerpo cada mes, aunque no solo para buscar un embarazo: las hormonas que resultan de la ovulación nos aportan salud.

Un ciclo normal en una mujer adulta puede durar entre veinticinco y treinta y cinco días (lo de los veintiocho días solo es una media estadística). La normalidad es muy amplia. ¡Somos diversas! En el embarazo también.

Fases del ciclo menstrual

Menstruación

El ciclo comienza el primer día de regla. Se considera saludable un sangrado que dura entre tres y siete días. El primer día que sangramos marca también el comienzo de la fase folicular. El hipotálamo ordena a la hipófisis comenzar a producir hormona FSH (hormona foliculoestimulante). La FSH actúa en el ovario estimulando el crecimiento de varios folículos y también la secreción de estrógenos en forma de estradiol.

Fase folicular

Un folículo es un saco que contiene un ovocito. El óvulo es el ovocito maduro, que pasa por varias fases tras la ovulación.

¿SABÍAS QUE…? Los ovocitos se forman en las niñas durante la gestación. Nacemos con más de un millón, pero al llegar a la pubertad quedarán alrededor de cuatrocientos mil. La reserva va disminuyendo con los años. A partir de los treinta y cinco, la reserva comienza a ser más baja y los ovocitos también pierden calidad.

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Como norma, solo uno de los folículos madurará, dando lugar a la ovulación.

El estradiol aumenta los niveles de serotonina y dopamina: es un antidepresivo natural. Es importante en la salud del corazón, vasos sanguíneos, sistema inmune, huesos, músculos, piel y sueño, y puede aumentar la sensibilidad a la insulina. Cumple un papel estrella, dado que estimula el crecimiento y engrosa el endometrio cada mes.

El flujo vaginal cambia con el ciclo y, tras la menstruación, suele ser escaso. Es sobre todo moco que produce el cérvix.

El moco fértil tiene aspecto de clara de huevo, es acuoso y resbaladizo. Se produce gracias a los niveles elevados de estradiol y aparece cerca de la ovulación. Favorece el tránsito de los espermatozoides desde el cérvix hasta las trompas. Es una de las señales que a

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