Índice
RICARDO ARICAPA O EL PODER DE LA CRÓNICA
INTRODUCCIÓN
I. MUJERES
Las mujeres de Pablo García
Carlos Correa
Patricia
Deissy
Patricia
Deissy
A manera de epílogo
La historia de Edilma
Santa Bárbara, 1978. La desbandada
Medellín, 1980. En casa de mamita
1986: la ruta que lleva a los punkeros
1987: la ruta que lleva a ninguna parte
1988. Amor en serio
1989. Bajo el signo de Leo
1990. El último cruce
El discreto encanto del strip-tease
El Fany Club
Mafalda, el mesero
Andrea
La nostalgia de Lovaina
La bella época
El mapa de Lovaina
Lovaina a puerta cerrada
El bikini y la “teta voliada”
El cáncer de la decrepitud
La poética del atraco
Entre todas las putas, yo
La casa de La Chama
De Caucasia a Lovaina pasando por Venezuela
Marcela, su “ñaña”
Las europeas
Cris, la elegante; Valeska, la eterna
Del Chocó a una casa de ricos,pasando por el Parque de Berrío
Las tribulaciones de Aura María
Los reparos de don Ramón
La buena estrella de la negra María
Una reina de salario mínimo
La solidaridad comunitaria
La importancia de ser reina
II. LUGARES
La ciudad de los muertos
Cementerio de San Pedro
El barroco funerario
Tumbas de pobres
El carnaval de la ostentación
Tallerarte: donde la arcilla pudo más que las balas
Guillermo Villegas, el maestro
Manos a la obra
Las vidas que cambiaron
Un grano de arcilla por la paz
De Barrio Lleras a Zona Rosa
El paisaje se cubre de asfalto
Unos que llegan y otros que se van
La rumba-vía
La noche se plaga de ruido
Los reclamos del comité
Aferrados al recuerdo
El Patio: club social de los gamines
Un día en El Patio
La sociedad de la gaminería
Vida y muerte bajo los puentes
Con la muerte respirando en la nuca
Cacorros insignes
Paola y compañía
La ruta del chocolate
En el corazón de Medellín
Adiós a la aristocracia, paso a la plebe
Sube el telón: la retreta
Los que viven del cuento
Por la tarde llegan los payasos
Donde se compra desde un armadillo hasta un labial usado
Un mercado de las pulgas paisa
Un inventario sin pies ni cabeza
La 45: tangovía
III. HECHOS
La real academia del parlache
Breve biografía de Mita
Los jóvenes, esas fábricas de lenguaje
Memorias de Mita
Origen y difusión del parlache
Primera hipótesis
Segunda hipótesis
Tercera hipótesis
Cuarta hipótesis
Quinta y última hipótesis
Más memorias de Mita
Glosario
Barrio Comparsa: un canto a la calle y a la vida
Teatro con alma de barrio
Cómo se parió Barrio Comparsa
La toma de la Nororiental
Mascarada para un liceo en crisis
Seis años de trajín y sigue campante
El 246: último bus de Manrique
El conductor de la mañana
El Divino
El último viaje
Cuando juega el Poderoso
Ser hincha: honor que se sufre
Tarde de clásico
Rojo que te quiero rojo
Kid Chance
Siguen sonando las serenatas
La época dorada
La infantería serenatera
Los días de bonanza
Lo que es para uno, es para uno
Se derrumba una ilusión
El feliz desenlace
Los desvelados de Carambolas
Convites y sancochos: nuevas armas del M-19
Un barrio en la prehistoria
El campamento
¿Dan o no instrucción militar?
Un día en el campamento
Cuando los sicarios profanaron la eucaristía
La última apuesta de un bebedor
Llegan con él
Cumplidor y buena paga
La tarde fatal
Concierto de cascos
Tragedia en el zoológico
IV. GENTES
El hijo mayor del río Medellín
Con el río hasta el cuello
¿Qué no ha sido Bernardo?
Misionero por el río
Los areneros dicen sí
Noches de zozobra y amor
Los gitanos de Santa María
Adiós a las carpas
Juntos pero no revueltos
Los filos del romaní
En la intimidad gitana
La boda
La mancha en la falda
Ritos de nacimiento
La buenaventura
Un parcerito del cuarto y una chica del noveno
La Imperiosa
El agente Quijano Bernal murió con los pantalones flojos
Esperando el cadáver de Quijano Bernal
Norelia, la novia
Fabiola, la suegra
Norelia, la novia
Fabiola, la suegra
Norelia, la novia
Fabiola, la suegra
Norelia, la novia
Fabiola, la suegra
Vendedores de rosas nocturnas
La insoportable trivialidad de las rosas
Rosas para la Virgen
La rosa negra
La tragedia de Villatina vivida por dos payasos
El payaso de los pobres
Un enano en la pobreza absoluta
El cometero mayor de Medellín
El santuario del viento
El hombre cometa
Ricardo Aricapa o el poder de la crónica
Las buenas crónicas viven una extraña transformación con el paso del tiempo. Mientras las noticias languidecen, aquéllas se acomodan en el papel y adquieren un poder especial del cual es difícil sustraerse. Cuando digo crónica no hago distinción entre esta y el reportaje, pues esas fronteras pertenecen a la academia y no a la emoción del lector. Por eso, cuando pienso en crónicas recuerdo textos que me estremecieron, como La marquesita de la sierpe, de García Márque