LOS PEORES PROFES DEL MUNDO

David Walliams

Fragmento

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imagenQuerido lector,

Llevamos ya varios volúmenes de Los peores niños del mundo: el primero, Los peores niños del mundo; y, luego, El gran libro de lo niños malos.

En esos libros, había innumerables historias de niños HORRIBLES: lo peor de lo peor, la flor y nata de la maldad. El desagradable, el codicioso, el sucio, el vanidoso, el astuto, el quisquilloso, el flojo, el mandón, el jactancioso y, por supuesto, el más espantoso: el flatulento.

Ahora, los niños del mundo entero tienen la posibilidad de VENGARSE y de borrar para siempre esas sonrisas presuntuosas de los rostros de los adultos.

Las tornas han cambiado.

Estos son los Peores profes del mundo. Diez historias sobre profesores que hacen que los
peores niños del mundo parezcan unos angelitos. Son la recopilación de adultos más REPUGNANTES. Estos profesores son la peor pesadilla de todos los niños. Así que, sigue leyendo, si te atreves.

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Estimado señor/señora:

Le escribo en respuesta a su carta reciente solicitándome que escriba un prólogo para la nueva publicación del Sr. David Walliams, Los peores profes del mundo.

Está en lo cierto: yo era la directora del Sr. Walliams durante sus años en la Escuela Leche Agria para Niños Profundamente Desagradables.
Walliams, como se le conocía entonces, fue uno de los muchachos más repulsivos a los que he tenido la desgracia de enseñar. Era grosero, ruidoso y profundamente irritante. Veo que en eso no ha cambiado. No mostró talento alguno para la actuación o la escritura. De nuevo, en eso no ha cambiado. Aunque solo tuviera diez años, Walliams era regordete y rompía cualquier silla en la que se sentara. Sin embargo, lo recuerdo, sobre todo, por su olor. En una palabra, rancio. Por donde pasaba, el pequeño Walliams dejaba un rastro apestoso detrás de él. Una gran nube verde, amarilla y marrón que olía peor de lo que parecía, y parecía asquerosa. Me horroriza, aunque no me sorprende, que el señor Walliams se atreviera a escribir un libro llamado Los peores profes del mundo. Quizás debería pensar en escribir un libro titulado El peor alumno del mundo. Porque eso es exactamente lo que era. Y tengo mis dudas de que el Sr. Walliams haya escrito él mismo sus libros, porque me parece imposible después de revisar sus informes escolares.

Su profesora de inglés Miss Ventosa, lo describió así: «Walliams tiene las mismas habilidades para escribir historias que una piedra. Su ortografía y gramática son atroces, y su caligrafía es tan pobre que me pregunto si su historia sobre una niña que va a la escuela vestida de niño, o alguna tontería de ese tipo, era, una especie de lenguaje alienígena».

Mientras tanto, su profesor de Historia, el Sr. Saga, dijo de él: «Quizás el niño más estúpido que jamás haya vivido. Justo ayer, levantó la mano y me dijo que solo había una Guerra Mundial, y esa fue la Segunda Guerra Mundial».

Su profesor de Ciencias, el Sr Probeta, escribió: «Su comprensión del funcionamiento del cuerpo humano es nula. No es sorprendente para un niño que solo habla de su culo».

Su profesora de Francés, la señorita Cul-de-Sac comentó: «Este bobo solo está interesado en saber cómo se dice una cosa en francés, chocolate. Como todos sabemos, es chocolat».

Como directora, resumí su tiempo en la escuela Leche Agria escribiendo en su informe final de la escuela lo siguiente: «Walliams es lo peor de lo peor. A pesar de que suspendiera todas las asignaturas, nunca, nunca, nunca quiero volver a verlo en mi escuela. Si este bufón vuelve a pisar las instalaciones de la escuela, habrá disturbios. Un motín por parte del profesorado que encabezaré yo misma, y destruiremos la escuela, ladrillo por ladrillo si es necesario».

Pensar en el señor Walliams es suficiente para tener ganas de inmolarme. Así pues, en respuesta a su pregunta sobre si me gustaría escribir el prólogo de Los peores profes del mundo, le digo esto: antes me como mi propio pie. Y eso que soy vegetariana.

Por favor, no vuelva nunca más a contactar conmigo o llamaré a la policía. O, en su defecto, al ejército.

Cordialmente furiosa,

SEÑORITA RABIOSA

DIRECTORA DE LA ESCUELA LECHE AGRIA

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