Las 100 enfermedades más frecuentes/Cómo hacer de tu cocina una farmacia

Santiago Rojas Gómez
Jorge Enrique Rojas Quiceno

Fragmento

PRESENTACIÓN

Decimos “enfermedades” porque es la palabra del habla común, pero ¿hay enfermedades o más bien hay enfermos? El conocido aforismo médico “No hay enfermedades sino enfermos” sostiene lo segundo. ¿Por qué? Porque “enfermedad” es solo un concepto, más o menos fijo, que representa hechos anatómico-fisiológicos y síntomas generalmente molestos, mientras que “enfermo” es una persona única, sensible, irrepetible, compleja, como lo serán sus síntomas o el padecimiento diagnosticado. Como ejemplo, la gastritis de alguien no es la misma gastritis que dice padecer su vecino. A la persona doliente se le debe entregar el médico con sus conocimientos, alternativas de curación y su forma comprensiva de tratarlo, que será también determinante en el proceso terapéutico (una sonrisa o una expresión esperanzadora pueden evitar una dolencia mental, más dañina que el mismo síntoma físico o su prognosis).

Durante mis primeros años de práctica médica me entristecía al recibir pacientes que ingresaban con diagnósticos fatalistas. Contaban que sus doctores les habían sentenciado: “Ya no hay nada más que hacer”; “Tienes que vivir con esta enfermedad y morir de ella, eso si antes no te atropella un carro”; “Te tienes que acostumbrar al dolor”; “Lo tuyo no tiene tratamiento”; “Es por la edad”, “No puedo explicarte tu enfermedad”… Estas confesiones de apesadumbrados pacientes me revelaron otro vacío en la formación profesional y en la atención clínica, y por eso decidí indagar sobre terapéuticas complementarias, excluidas de la medicina oficial, y cómo facilitarle al paciente la comprensión de sus dolencias. En esta obra encontrarán una clara explicación de las enfermedades más frecuentes, sus causas, síntomas y tratamientos, enfatizando en los siguientes:

  • Hidroterapia: el consumo y el uso del agua de diferentes maneras, temperaturas y presiones para obtener efectos inmunoestimulantes, depurativos y relajantes.
  • Geoterapia: la tradición milenaria de aplicar arcillas, barro y minerales con saludables efectos sobre la piel.
  • Medicina ayurvédica: técnicas tradicionales hindúes para restaurar el cuerpo y la mente.
  • Acupuntura: la terapia china tradicional, ya aceptada por la Organización Mundial de la Salud.
  • Terapia neural o acupuntura alemana: aprovecha la interacción anatómica y fisiológica entre la piel y el sistema nervioso vegetativo mediante precisas y controladas aplicaciones de procaína para estimular los mecanismos terapéuticos del propio organismo.
  • Oligoterapia: los minerales que el cuerpo y los órganos requieren en cantidades mínimas para su correcto desempeño fisiológico (oligoelementos).
  • Dietética y fitoterapia: fundada en la máxima hipocrática “que tus alimentos sean tu medicina y tu medicina tus alimentos”. Esta materia se encuentra detallada en la otra cara de este volumen, Cómo hacer de la cocina una farmacia. También pueden encontrar novedades en las cápsulas “Tu cocina, tu medicina”, de Discovery Home & Health, donde indico cómo elaborar mezclas nutricionales y terapéuticas para diferentes patologías.

Todos nos ocupamos y nos preocupamos por nuestra salud. Sin duda alguna será importante y necesario conocer de manera oportuna cualquier enfermedad que nos afecte personalmente o a nuestros allegados, sus síntomas, los exámenes necesarios y complementarios, las medidas preventivas y los posibles tratamientos que pueden aplicarse en el hogar, adicionales a la atención médica, sin incitar a los peligros de la automedicación. No debemos esperar que unos síntomas se agraven para acudir al médico; una prevención oportuna facilita, e incluso garantiza, un tratamiento exitoso. De ahí la importancia de la consulta preventiva, con el apoyo de la imagenología y las pruebas de laboratorio clínico, para prevenir las potenciales dolencias, detenerlas y tratarlas a tiempo, bajo criterios médicos y coadyuvantes naturales.

Con esta obra las personas podrán comprender mejor sus dolencias y aplicar otros tratamientos y terapias accesibles y asequibles, basados más en la naturaleza que en la química farmacológica, que además podrán minimizar la ultramedicación y el tecnoutopismo.

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