«El miedo del lobo», de Carlos Enrique Freyre: yo había dejado de escribir sobre la guerra
Todo mapa es una representación del mundo que refleja la visión de quien lo dibuja, y el Mapa de las Lenguas no tiene fronteras ni capitales: trece libros, un año y un territorio común para la literatura de veintiún países que comparten un idioma con tantas voces y lenguas como hablantes. Invitados por LENGUA, los autores de la edición de 2022 exponen su geografía literaria y explican cómo ésta encaja en esta colección panhispánica global que presenta la mejor literatura en español. Aquí, Carlos Enrique Freyre escribe sobre «El miedo del lobo».

Carlos Enrique Freyre. Crédito: Dante Piaggo.
Yo había dejado de escribir sobre la guerra. Desde muy joven, anduve con la cabeza puesta en lo que parecían ser los estertores de una época marcada por el terrorismo en el Perú. Había recorrido enormes áreas de un país hermoso visualmente, pero peligrosamente constituido; pues fue en esas sierras enormes e inexpugnables selvas que pisaba, donde la violencia se instaló a perpetuidad y, por más que su tamaño se redujo ostensiblemente, sus recuerdos seguían siendo parte de lo cotidiano. Mientras más rural es un espacio, la memoria se arraiga con mayor determinación. Entonces, no me era complejo encontrar historias donde la partida de nacimiento fuese la guerra y sus personajes.
Sabía que no era de lo único de lo que podía escribir. Me había internado en las corrientes de lo real maravilloso, del amor decimonónico y del cuento. No quería quedarme encasillado, pues me fui convirtiendo en un escritor precisamente por eso: por mi incapacidad de permanecer entre cuatro paredes. No puedo concebir a la literatura ni la vida sin la idea de viajar, de extraviarme, de tomar el camino más laberíntico. Decidí embarcarme en proyectos dispersos. Desde la historia, hasta la novela gráfica. O en guiones que han proseguido su propia vida, sin decirme hacia donde van a echar sus raíces.
Hasta que una tarde, en una visita a Madrid, me llegó el mensaje de un desconocido: «Tengo una historia para contar», dijo. Comprobé sus señas y decidí perseguir la evidencia. De vuelta al Perú, allí estaba: se llamaba Aquiles y fue secuestrado a los nueve años de su comunidad en la selva, junto a su familia. Él fue el único que quedó. Durante su extenso cautiverio se había salvado de todas las formas posibles de morir. El suyo, no solo era un relato personal; era el testimonio de múltiples voces perdidas en la vastedad de una tragedia. En un laberinto de violencia ni siquiera tan lejano como parece. A menos de una hora de vuelo desde la capital, el infierno tiene una representación real.
Con El miedo del lobo, el asombroso y extremo relato de Aquiles García, no puedo decir que he recaído en retratar la guerra y sus varios rostros, siempre dolorosos. Más bien, compruebo lo que vengo oyendo desde hace tiempo. Que son las historias las que lo escogen a uno. Que son estas las que deciden hacia donde ir, en qué papeles guarecerse, en qué corazones quedarse a vivir.
Mapa de las Lenguas es una colección panhispánica global que presenta la mejor literatura de veintiún países que comparten el idioma. Pero es, sobre todo, un itinerario de viaje por trece de los libros que el año pasado tuvieron mayor trascendencia en su país de origen y que, a lo largo del 2022, recorrerán el resto del ámbito del español.
Adentrarse en la obra de estas trece voces es transitar un territorio físico, tangible, pero también un espacio moral, intelectual, anímico, político y sociocultural. La lectura de un autor contemporáneo de cualquier país de habla hispana es una ventana a una forma de expresarse y escribir en español, pero también un modo de tomarle la temperatura a las preocupaciones y los anhelos de cada uno de esos lugares.