Nacida en Kiev en 1903, Irène Némirovsky huyó con su familia en 1918 de la Unión Soviética tras sufrir el acoso de los bolcheviques. Viajó a Francia, donde escribió en su nueva lengua de adopción -el francés- la mejor literatura de su tiempo. Sin embargo, la II Guerra Mundial marcó trágicamente su destino: denegada en varias ocasiones por el régimen de Vichy su solicitud de nacionalidad, Némirovsky fue deportada y murió asesinada en Auschwitz en agosto de 1942. Su propia historia precipitó también el destino de «Suite francesa», la cual describe el éxodo que en junio de 1940 sumió a muchas familias francesas en un terrible caos y refleja la inquietante vida diaria de un país bajo el yugo de los invasores. Arrestada dos meses antes de su muerte, el manuscrito quedó inacabado y sus notas fueron guardadas en una maleta. Años más tarde, su hija Denise desempolvó aquellos textos que devendrían en «Suite francesa». Existieron, sin embargo, dos versiones de la novela: la publicada, que obtuvo el Premio Renaudot en 2004, y una segunda reelaborada que, descubierta en 2013, ve ahora la luz en español (otoño de 2023) en una edición que corre a cargo de Salamandra (como el resto de la obra de Némirovsky traducida al castellano). Al hilo de la publicación de esta versión inédita, reproducimos el epílogo, un texto en el que la filóloga Teresa Lussone, una de las mayores especialistas en la obra de la autora rusa, explica la compleja arquitectura de esta magistral novela, la cual fue concebida siguiendo el modelo de una composición musical en cuatro o cinco movimientos, de los que sólo serían escritos los dos primeros: «Tempestad en junio» y «Dolce».