El guerrero de las tierras heladas

Barbakahn

Fragmento

Corporativa

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• I •

Luego de una maratón de partidas de mi clásico videojuego que me dejó agotado, decidí hacer un viaje para filmar un nuevo video y ningún lugar mejor para un rey nórdico que un bosque nevado; con esa idea en la cabeza comencé a preparar mi itinerario.

* * *

El lugar era hermoso pero hacía demasiado frío. Sabía que habría nieve pero no creí que se sentiría así. Toda mi vida residí en una ciudad pequeña y de clima caluroso, y aunque ya había estado en ambientes similares, no se comparaba la helada sensación de ese momento.

Desde niño había soñado con ver los altos pinos cubiertos de escarcha blanca y recorrer enormes bosques donde el misterio llama. Pero no, no era como lo pintaban en las películas, este frío se metía en los huesos y por más capas de ropa que tuviera encima, sentía como si no tuviera nada. Me resultaba difícil respirar, mi cuerpo absorbía el aire frío en cada inhalación.

Intenté hacer una bola de nieve, pero la verdad es que mi mano no lo soportó y terminé lanzándola sin darle forma.

Me estaba cagando de frío, y aunque me daban ganas de volver, el hecho de contemplar nuevamente esos hermosos pinos que parecían tocar el cielo, y aquellos senderos que una vez habían sido verdes y ahora estaban cubiertos de un blanco cegador, hacían que todo valiera la pena. Cada minuto presenciando ese maravilloso paisaje era de oro y resolví tomar incontables fotografías para no olvidarlo nunca.

Usualmente cometo locuras, como aquella vez que se me ocurrió visitar a mi amigo “el persa”, que estaba en medio del desierto junto a sus docenas de camellos, o cuando mi curiosidad me llevó a meterme en una oscura cueva en la que quedé atrapado varias horas hasta que logré encontrar la salida, pero esta sin dudas era la más grande de todas, aunque no lo crean.

Estaba por aventurarme en el interior de un bosque del que existe una leyenda que muchas personas se encargaron de propagar. Mi curiosidad y mi instinto audaz me llevaron a ese lugar para grabarme, narrar la leyenda y darla a conocer.

Por fin encontré el lugar perfecto para grabar. Ubiqué la cámara sobre el hueco del tronco de un pino, y, una vez que todo estuvo listo y enfocado, comencé a grabar.

—¡Qué tal, hijos de Odín! No se esperaban verme en este paisaje ¿Eh? No, no es animación ni efectos especiales, realmente estoy en un bosque y no es cualquier bosque, es un bosque embrujado; ustedes saben, estoy medio loco y desperté con el deseo de grabar un video jamás visto en mi canal. Hoy les voy a contar la leyenda que se murmura entre estos senderos, y la verdad es que me estoy congelando, así que vamos a comenzar porque si no se hará de noche y no es que me dé miedo o algo así… No, hijos de Odín, un guerrero nórdico no se asusta fácilmente, pero no tendré luz para grabar, porque estoy solo acá y no hay nadie que me sostenga una lámpara ni la cámara… Bueno, no estoy para darles explicaciones, empecemos.

Pausé la cámara y mientras caminaba empecé a enfocar unos pinos y todo el entorno. Estaba demasiado emocionado, sentía fluir la adrenalina por estar allí para poder registrar todo. Y retomé mi discurso…

—Se dice que durante las largas y solitarias caminatas puedes encontrarte con la visita de una mujer llamada Sonya, conocida como la dama de la nieve, poseedora de grandes poderes. Las leyendas la describen como una hermosa joven, alta y atractiva, con cabello oscuro y piel morena que contrasta con sus ojos verdes. Se les aparece en épocas de invierno a los jinetes y caminantes, y les propone cosas a las que nadie podría resistirse. Los seduce e insinúa placeres que nadie podría siquiera imaginar, pero claro, nada es gratis en este mundo, y aquellos que caen por completo en la trampa de esta figura tan hermosa como malévola acaban pagando con su vida.

Se dice que cuando sus víctimas están llenas de deseo, Sonya se convierte en hielo. Como les había mencionado, tiene poderes que no son de este mundo, entonces les paraliza el corazón cuando los abraza con su cuerpo helado. Y eso sería la muerte rápida, ya que a veces ella enamora a sus presas para que enloquezcan por ella y cuando están perdidamente enamorados y sin poder pensar por sí mismos, los abandona. Es peor que la friendzone, ya que los deja en la gleba donde acabarán siendo devorados por manadas de feroces lobos hambrientos. Obviamente, se los comen vivos. Los torturan miles de mordidas sin que puedan hacer nada, y pensar que ustedes lloran cuando una elfa les destroza sus sentimientos. No son verdaderos guerreros, ¡eh! Claro está que si yo me la encuentro le clavo mi hacha y corro por mi vida. No es que me asuste. Yo no tendría miedo, hijos de Odín, solo que no la pienso matar; simplemente un hachazo aquí y allá, y como tiene poderes va a seguir viva, o sea, soy ante todo un caballero.

Yo sí tengo honor y no mataría a una mujer que se dedica a asesinar hombres porque… a eso se dedica… es su trabajo, no soy quién para quitarle eso ¿Me entienden? Ella ha decidido hacer eso, quizá es una mercenaria del más allá y vive de esto.

Estaba tan concentrado como emocionado; en aquel bosque se respiraba aventura. Aparte del frío, nada marchaba mal hasta que, claro, escuché un ruido que me hizo volver a la realidad y darme cuenta de que era tarde y debía volver. Decidí dar por terminado el video; era hora de marcharme.

—Bueno, hijos de Odín, esto fue todo. Escuché un ruido por ahí y no es que tenga miedo, pero puede aparecer un lobo salvaje y dejé mi hacha en el auto, así que volveré por ella e investigaré ese ruido… Esto fue todo. Se despide el leal comandante de las tropas nórdicas, BarbaKahn.

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