Silvestre

Eleonora Dubini

Fragmento

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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN: MI CAMINO

CAPÍTULO UNO: INGREDIENTES Y PRIMEROS PASOS

La aromaterapia

Aceites esenciales

Consejos para comprar aceites esenciales de calidad y con conciencia | La pureza | El cuidado| La ciencia | La intuición | Las aplicaciones: Aplicación en la piel / Inhalación | La seguridad: Precauciones generales / Precauciones específicas: Reacciones dérmicas posibles // Contraindicaciones / Medidas de seguridad / Dilución de los aceites esenciales / Conservación | El propósito: Propiedades y usos de los aceites esenciales

Aceites vegetales, mantecas y ceras

Aceites vegetales: Aceites vegetales más populares / Oleatos | Mantecas y ceras: Características y usos de las principales mantecas y ceras

Otros ingredientes

Cuidado de los recursos

Medidas de seguridad e higiene y consejos útiles

Herramientas básicas de trabajo

CAPÍTULO DOS: CUIDADO DEL CUERPO

Limpieza

Jabón en barra por saponificación en frío | Jabón líquido | Limpieza con aceites vegetales | Limpieza con infusiones y leches vegetales | Limpieza con avena para pieles sensibles

Exfoliantes

Exfoliante para la celulitis y las estrías | Exfoliante iluminador para la cara | Exfoliante para los labios

Máscaras

Máscara de aplicación con tela | Máscaras de aplicación directa: Máscara regeneradora, para envejecimiento prematuro y acné / Máscara de limpieza e hidratación profunda para todo tipo de piel

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Tónicos

Hidrolatos | Infusiones y decocciones acuosas | Gel botánico | Tónico de té verde | Tónico de agua de arroz | Tónico de vinagre herbal | Leches de almendras

Hidratación y humectación

Hidratación y humectación de la cara con aceites vegetales y esenciales | Hidratación y humectación del cuerpo: Mantecas: Manteca batida // Manteca suflé // Manteca regeneradora y antiinflamatoria / Crema sólida / Emulsiones para la cara y el cuerpo: Emulsión liviana (O/W) y máscara // Emulsión espesa (W/O)

Cuidado del pelo

Shampoo sólido: Fórmula básica: shampoo genérico / Shampoo para pelos secos / Shampoo para pelos grasos, con dermatitis seborreica o caspa / Shampoo para la caída del pelo o la pérdida de volumen / Shampoo para la pediculosis | Tratamientos específicos para el cuidado del pelo: Tratamiento para la caída del pelo y la pérdida de volumen / Tratamiento para pelos grasos, dermatitis seborreica y caspa / Tratamiento para la pediculosis / Tratamiento para controlar el frizz / Tratamiento para las puntas secas y florecidas / Gel multipropósito

Cuidados especiales para el cuerpo

Desodorantes: Desodorante en crema / Desodorante en barra / Desodorante en polvo | Preparados para las axilas oscuras o manchadas | Aliados para la foliculitis | Pasta de dientes | Enjuague bucal | Bálsamo para labios | Manteca reparadora para labios | Tinte para labios | Cuidados para la barba y el afeitado: Jabón de afeitado / Aceite de afeitado / Tónico para después de afeitar / Cera para barbas | Bálsamo para el contorno de ojos | Elixir para las ojeras oscuras | Aceites para el crecimiento de pestañas y cejas | Desmaquillante | Cuidados para el bebé y la embarazada: Ungüento para el sarpullido de pañal / Aceite humectante y relajante / Talco / Óleo calcáreo / Bálsamo para los pezones y la panza durante el embarazo

Botiquín natural

Tintura madre | Pasta cicatrizante | Para las heridas y los cortes | Para las úlceras bucales | Para los herpes | Para los hongos | Para las quemaduras solares | Para los moretones | Para los dolores musculares | Para el dolor de cabeza y las migrañas |

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Para los dolores menstruales | Almohadilla terapéutica | Para las náuseas y los vómitos | Para las alergias y las congestiones | Para la picazón o el prurito | Para la relajación y el buen descanso: Agua de almohada / Aceite para los pies / Infusión / Tintura madre | Para los baños de inmersión: Saquitos de inmersión / Sales de baño combinadas / Sales de baño efervescentes / Sales efervescentes hidratantes

CAPÍTULO TRES: CUIDADO DE LA CASA

Mitos y datos

Bicarbonato y vinagre / Aceites esenciales versus fragancias sintéticas de limón o naranja | Limpiador de superficies | Desengrasante | Limpiador de heladeras | Limpiador de pisos | Limpiador de vidrios | Limpiador y lustrador para muebles de madera | Limpiador de alfombras y colchones | Polvo para el lavaplatos | Jabón para lavar los platos | Limpiador de ollas, sartenes y asaderas | Jabón para el lavarropas | Quitamanchas para la ropa | Desodorante para el calzado | Agua de plancha | Pastillas desinfectantes para el inodoro | Limpiador de hongos y manchas de humedad

Control de plagas

Repelente de insectos | Repelente de hormigas | Para evitar los gorgojos y las polillas en la alacena | Aromatizador antipolillas

Aromas

Perfumes: Perfume sólido / Perfume en roll-on / Perfume en spray | Velas: Velas de cera de soja con aditivos / Velas de cera de soja sola | Difusores | Ramillete de sahumado

CAPÍTULO CUATRO: CUIDADO DEL ESPÍRITU

Prácticas cotidianas para fomentar la ecología espiritual o profunda

Meditación | Simpleza voluntaria (una virtud ambiental y espiritual) | Gratitud | Rituales de conexión | Contacto con la naturaleza y contemplación | La fuerza de la creatividad | Intenciones | Actos de bondad

Mi mensaje final | Mi voz | Descargo de responsabilidad

Agradecimientos

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INTRODUCCIÓN

Las plantas no son la cura, son el maestro.

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MI CAMINO

Podría escribir que la naturaleza me apasiona desde que era una niña y que pasaba mis días al aire libre juntando flores, pero la realidad es que nací y me crie en Buenos Aires, una gran ciudad donde mis encuentros con la naturaleza solo se daban los fines de semana y durante las vacaciones. A pesar de eso, siempre fui un espíritu libre, salvaje (“rebelde”, dirían mis maestros)  o —como me  gusta definirme  a mí— silvestre. Me cautivan por igual la arena y el calor de la playa, la nieve y el frío de las montañas, porque desde que tengo memoria me sentí parte de todo, aunque me llevaría un buen tiempo darme cuenta.

Hace unos veinte años, cuando terminé la universidad, me mudé a California, Estados Unidos, donde décadas atrás se habían originado y abrazado distintas culturas y movimientos que predicaban un estilo de vida en armonía con la naturaleza, una actitud pacifista, la convivencia en comunidades y el vegetarianismo, entre otras filosofías. Muchas de estas creencias y costumbres se transmitieron a las siguientes generaciones, que mantuvieron los hábitos o continuaron con los negocios familiares de cultivos orgánicos, tiendas saludables, productos para el cuerpo y la casa, y más. Las opciones eran tan accesibles y había tantas alternativas que me resultó inevitable cambiar mis hábitos, reeducarme y aprender a elegir.

Por otro lado, la playa me enseñó a relacionarme de una manera más cercana y respetuosa con todo lo que me rodeaba, al igual que el mar, que avanza sobre la arena y después retrocede, en una metáfora de convivencia armoniosa, de tomar y dar, de equilibrio.

Fue en ese camino de aprendizaje constante que descubrí los aceites esenciales y quedé fascinada por la posibilidad de encontrarme con las expresiones más bellas de la naturaleza en una botellita. Me parecía increíble el poder que tenían para ayudar a relajarme, concentrarme en mis estudios, calmar los dolores o aliviar las quemaduras después de tantas horas al sol. A partir de ese momento, me sumergí en el mundo de la aromaterapia a través de los pocos libros que podía conseguir en ese entonces y de las personas generosas que compartían espontáneamente sus saberes conmigo.

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Años más tarde, después de haber viajado por distintas ciudades y países, y ya instalada en Argentina, me resultaba difícil sostener mis hábitos y encontrar el tipo de productos que venía usando hacía tanto tiempo. Decidí entonces crear mi propia marca, con la ilusión de despertar y motivar una conciencia de consumo y cuidado diferente en mi país.

Esa maravillosa experiencia fue mi primera gran escuela, donde aprendí no solo a elaborar más productos artesanales, sino también de la riquísima interacción con los grandes laboratorios, acostumbrados a trabajar con otros ingredientes y de otra manera. Yo me nutría de su conocimiento, y ellos de mi visión.

Con el objetivo puesto en el proyecto —que ya había crecido mucho—, viajé a Nueva York para formalizar mi educación en aromaterapia clínica y obtener la certificación. Pero la vida a veces nos sorprende, y mis días en esa escuela, redescubriendo una conexión tan estrecha, intensa y sanadora con los aceites esenciales, despertaron en mí la motivación y el coraje que necesitaba para aceptar que había llegado la hora de emprender la gran aventura de dedicarme a compartir todo lo aprendido, a contagiar mi amor por la naturaleza y a inspirar otra forma de pensar y de sentir.

Desde entonces, recibo en mis talleres de aromaterapia y cosmética con ingredientes naturales cientos de personas al año, capacito a profesionales de la salud, y promuevo la ecología profunda y la compasión a través de charlas y programas.

Fue un largo recorrido el que me trajo hasta estas páginas que hoy llegan a vos y que espero pasen de generación en generación, hasta encontrarnos un día a todos unidos por el amor de saber que somos naturaleza.

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CAPÍTULO UNO

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INGREDIENTES Y PRIMEROS PASOS

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No nacemos en la Tierra. Nacemos de la Tierra.

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Con este libro me propongo mucho más que compartir recetas de productos naturales para el cuerpo y para la casa. Mi intención es despertar, motivar, desarrollar o recordar el sentido de interconexión e interdependencia que tenemos no solo con las plantas, sino con todas las especies, incluida la nuestra.

Por esa razón, cuando leas y uses ingredientes naturales para crear tus productos, me gustaría que recuerdes siempre que provienen de la Tierra, y que la Tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a la Tierra.

Mi motivación y mi deseo más profundos son que a este libro lo leas y después lo vivas.

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LA AROMATERAPIA

La aromaterapia se podría definir como la ciencia (o el conocimiento) y el arte (o la intuición) de usar aceites esenciales que se extraen de plantas para mejorar y mantener el bienestar físico, emocional, mental y espiritual. Las plantas aromáticas se han usado tanto para perfumar como para fines medicinales, culinarios y religiosos a lo largo de todos los tiempos, su historia recorre las regiones de India, China, Egipto, Grecia y, por último, el Imperio romano, que, debido a su vasta expansión, introdujo estos conocimientos en lugares como las islas británicas dando pie a una práctica que proliferó notablemente durante la Europa medieval.

Sin embargo, el término fue acuñado por el químico y perfumista francés René-Maurice Gattefossé, quien lo utilizó como título de un libro que publicó en 1937. Después de sufrir quemaduras graves en las manos durante una explosión en su laboratorio y descubrir las propiedades terapéuticas de la lavanda, dedicó su vida a la investigación de los aceites esenciales y el uso de los “aromas” como “terapia”.

La aromaterapia se basa en las propiedades terapéuticas de los aceites esenciales —demostradas a través de innumerables investigaciones y estudios científicos— para apoyar la salud tanto emocional como la de la piel, de los músculos y de las articulaciones, del sistema respiratorio, la concentración y la memoria, entre muchos otros aspectos.

Para mí, los aceites esenciales son una maravillosa forma de comunicarnos con las plantas, un lugar de encuentro con la naturaleza y un camino hacia nosotros mismos, que nos enseña a conocernos y a sentirnos parte de un todo.

A finales del siglo XIX se observó que las personas que vivían y trabajaban en las áreas de cultivo de hierbas y flores del sur de Francia no contraían tuberculosis ni sufrían afecciones respiratorias en pleno brote de la enfermedad. Esto hizo suponer que los aceites esenciales de las plantas eran los responsables de su buena salud, y dio origen en 1887 a la primera investigación científica documentada sobre sus efectos antibacterianos.

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ACEITES ESENCIALES

Los aceites esenciales son sustancias aromáticas que se encuentran en las plantas y que cumplen diversas funciones, como atraer polinizadores, protegerlas con su naturaleza antifúngica y antibacteriana, participar en la alelopatía (cuando la planta libera una sustancia química para inhibir el crecimiento de  otra  dentro  de  su  hábitat)  y defenderlas  de  insectos  y  otros  animales.

En algunos casos —como la lavanda o la menta—, se almacenan en estructuras de  secreción  externas  y con  solo  tocarlas  se  siente el  aroma;  en  otros —como el eucaliptus o el coriandro—, se guardan en estructuras de secreción internas, y para sentir el aroma hay que romper la hoja o la semilla.

Pueden extraerse de distintas partes de la planta (semillas, raíces, resinas, hojas, frutos y flores) y mediante diferentes métodos, como la destilación, la expresión o presión en frío, el enfleurage y la extracción con solventes o dióxido de carbono, según el aceite esencial que se necesite obtener.

La destilación es el método más utilizado, y puede ser por arrastre de vapor o en agua (hidrodestilación) o una combinación de ambos. En la destilación por arrastre de vapor se coloca el material vegetal en un destilador, donde recibe vapor para que las moléculas de aceite esencial se liberen y se arrastren por una serpentina o espiral sumergida en agua fría, que condensa el vapor y convierte las moléculas en una solución líquida de aceites esenciales y agua. Como los aceites esenciales suelen ser más densos, flotan, se separan y pueden extraerse fácilmente del agua, la que se filtra y se conoce como hidrolato.

Los aceites esenciales de cítricos se obtienen por destilación o por expresión o presión en frío. Este método puede ser manual, como se hacía antiguamente, presionando cáscaras sobre una esponja de la cual después se exprimen los aceites esenciales, o mecánico, con equipos que raspan, perforan, presionan y filtran los cítricos o sus cáscaras.

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El enfleurage es una técnica que se usaba antiguamente en Grasse, Francia, para las flores más frágiles, como el jazmín y la tuberosa. Estas se recogían a mano y los pétalos se dejaban macerando en bastidores cubiertos con grasa repetidas veces durante varios días para que absorbiera el aceite esencial. Una vez saturada la grasa, se disolvía en alcohol y se calentaba para que el alcohol se evaporara y quedara el aceite esencial.

En la actualidad, este método se reemplazó por la extracción con solventes o dióxido de carbono. En el caso del dióxido de carbono (CO2), se emplean distintas presiones y temperaturas más bajas que en la destilación por arrastre de vapor, con lo cual se obtiene un aceite esencial con una composición química diferente. Como la extracción con solventes involucra el uso de estas sustancias químicas, al producto final técnicamente se lo denomina concreto, absoluto, resina, resinoide u oleorresina en lugar de aceite esencial. Los concretos son sustancias sólidas y cerosas que se logran mezclando material vegetal con solventes hidrocarbonados. Los absolutos se extraen a partir de los concretos usando alcohol. Las resinas son secreciones del tronco de los árboles, y los resinoides, en cambio, se consiguen extrayendo la resina con un solvente hidrocarbonado. Por último, las oleorresinas son la secreción natural de las plantas, que se extrae usando un solvente. Algunos ejemplos de aceites obtenidos con estos métodos serían los de violeta, narciso, gardenia, mirra o incienso.

Para producir tus propios aceites esenciales, necesitás un destilador o alambique, de lo contrario es imposible hacerlo de manera casera. Pero hay muchos productores en distintos rincones del mundo que continúan este antiguo legado de conexión con la “quinta esencia” de las plantas para que lleguen a tus manos y puedan enriquecer tu vida. Por lo general, son los mismos productores que cultivan, destilan o procesan las plantas para obtener los aceites esenciales que después venden a los grandes proveedores de esencias, quienes los distribuyen y exportan para el consumo de la industria cosmética, alimenticia, del hogar, y muchas otras.

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   Consejos para comprar aceites esenciales de calidad   

   y con conciencia   

Si bien hay empresas de venta masiva que ofrecen los aceites esenciales para el consumo personal a través de revendedores, prefiero —siempre que existe la posibilidad— comprarles a los emprendimientos de escalas menores, que suelen conocer a los productores, se preocupan por la trazabilidad y sustentabilidad de los recursos naturales, respetan el comercio justo, e incluso brindan opciones de origen orgánico y cultivo silvestre. La mayoría de las veces, los comercializan en sus propias tiendas físicas o a través de sitios web, y presentan los certificados de calidad correspondientes, que analizan el principal factor que debés tener en cuenta a la hora de adquirirlos: su pureza.

Comparto algunos consejos que pueden ayudarte a hacer una buena elección:

• Los aceites esenciales tienen que estar contenidos en botellitas de vidrio de color oscuro (ámbar o azul), nunca de plástico ni transparentes, porque la luz acelera su oxidación y el plástico se disuelve (como si se derritiera) y contamina los aceites.

• No los compres de una marca que los venda a todos al mismo precio (o a uno demasiado bajo), porque los costos de cada aceite varían según la cantidad de material vegetal necesario para obtenerlo, el proceso de extracción, la disponibilidad del recurso, el origen geográfico, etcétera.

• La etiqueta tiene que exhibir en el frente el nombre genérico (por ejemplo, lavanda) y el binomio latino (por ejemplo, Lavandula angustifolia). El binomio latino es importante porque indica el género y la especie de la planta, que la distingue de otras con las que comparte el mismo género, pero no las mismas características y propiedades. Además, al momento de usar los aceites esenciales, hay contraindicaciones que no se dan en todas las variedades de un mismo género. Por ejemplo, la Lavandula stoechas está contraindicada en casos de epilepsia por sus altos niveles de cetonas, y no sucede lo mismo con la Lavandula angustifolia.

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• Si tenés la posibilidad de olerlos, deben ser inicialmente placenteros para la nariz con un aroma que se va expandiendo, a diferencia de las fragancias sintéticas, que tienen un impacto inicial fuerte y después se apagan.

• No compres aceites esenciales que estén diluidos en aceites vegetales. Para detectar esta práctica, poné una gota en una hoja de papel secante o común. Se tiene que evaporar por completo en 24 horas y no dejar aroma. Si queda una aureola o mancha de aceite, probablemente haya sido diluido o adulterado, salvo que se trate de un aceite esencial viscoso, como el sándalo.

• Más allá de que muchas veces se hace hincapié en la importancia de adquirir aceites esenciales puros por cuestiones de calidad y de seguridad, la pureza me parece un aspecto clave porque marca la diferencia entre una experiencia meramente olfativa y una holística, de comunión con la naturaleza.

      La pureza      

Los aceites esenciales genuinos y auténticos son aquellos que se obtienen de la naturaleza, no sufrieron alteraciones, reflejan la composición de la planta y contienen y transmiten la información completa de esta. Por eso, para distinguirlos de los aceites esenciales adulterados o sintéticos, se los denomina “aceites esenciales genuinos, auténticos y completos”. Esto implica que reúnan tres requisitos: ser 100% naturales (sin agregados sintéticos), ser 100% puros (sin agregados de aceites esenciales similares) y ser 100% completos (sin alterar su color y sin desterpenar).

Hay quienes consideran los aceites esenciales únicamente como fragancias y quienes los promueven o elaboran como si fueran productos netamente comerciales, porque no logran ver el aspecto fundamental que los diferencia. La compatibilidad biológica entre los seres humanos y los aceites esenciales y las plantas no se da con las sustancias sintéticas. Esto quiere decir que cada molécula de cada aceite esencial formó parte del desarrollo evolutivo en la vida de la planta, al igual que cada molécula de nuestro cuerpo formó parte del desarrollo evolutivo en nuestra vida. Y en ambos casos, hay soles, lunas, agua, tierra… hay vida. La fuerza de vida que tiene un aceite esencial genuino y auténtico no se puede replicar en un laboratorio.

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      El cuidado      

Los aceites esenciales y la mayoría de los ingredientes que nombro en este libro provienen de recursos naturales limitados. Obtener los aceites esenciales exige un gran esfuerzo de la naturaleza. Por ejemplo, se requieren unas 4 toneladas de pétalos de rosas para extraer 1 kg de aceite esencial, pero los aceites esenciales son muy concentrados y no necesitamos usar una gran cantidad para recibir sus beneficios. A través de la potencia de los aceites esenciales, la planta nos guía en cuanto a la dosis segura para nuestro cuerpo y de esa forma nos protege. En el uso medido, nos cuidamos a nosotros mismos, a la planta y a todo su ecosistema. La comunicación, la reciprocidad y el respeto mutuo reflejan nuestra interconexión e interdependencia con el resto de la naturaleza, y no tengo dudas de que así se logran preparaciones más nobles.

   La ciencia   

La ciencia cumple un rol importante en cuanto al uso o la aplicación de los aceites esenciales. A través de la investigación, nos puede ayudar a entender algunos aspectos, como su eficacia fisiológica y farmacológica, y por qué o cómo podemos utilizarlos con distintos fines. Sin embargo, lo que la ciencia no es capaz de revelar es el milagro de la vida que nos conecta con esas plantas y con todo. Ese es el camino que recorreremos si nos permitimos darle paso a un conocimiento aún más profundo.

   La intuición   

Los aceites esenciales y las fórmulas que encuentres en e

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