Antes de Colombia (País 360)

Carl Henrik Langebaek

Fragmento

AGRADECIMIENTOS

Todo libro es, o debería ser, un acto de agradecimiento. Primero, a los maestros, Ernst Bein, Robert Drennan, Guillermo Quiroga, Pompilio Iriarte, Silvia Mora, María Elvira Escobar y Jorge Morales. Segundo a mis estudiantes, a todos ellos, sin excepciones. Tercero, a los colegas sin los cuales este libro no hubiera podido ser escrito, entre ellos Javier Aceituno, Juan Carlos Álvarez, Sonia Archila, Jaime Bernal, Carlos Castaño, Neyla Castillo, Luis Cayón, Gonzalo Correal, Antonio Curet, Miguel Delgado, María del Rosario Ferro, Rafael Gassón, Cristóbal Gnecco, Alberto Gómez, Catalina González, Helena Groot, Weildler Guerra, Antonio Jaramillo, Wilhelm Londoño, Alicia Eugenia Silva, Carlos López, Natalia Lozada, Fabricio Mantilla, Marcos Martinón, Gaspar Morcote, Guillermo Muñoz, José Oliver, Juan Pablo Ospina, Emilio Piazzini, Carlos Armando Rodríguez, José Vicente Rodríguez, Juanita Sáenz, Rocío Salas, Hugo Sotomayor, Judith Trujillo, María Alicia Uribe, y Guillermo Peña y su equipo.

Algunas personas requieren una mención especial. Francisco Zarur, Fabricio Mantilla y Catalina Zorro fueron decisivos para mejorar la escritura de este texto. Catalina ayudó en la invaluable tarea de hacer precisiones sobre fechas y cronología. Alina, mi amada esposa, también contribuyó generosamente y fue mi crítica más exigente. Catalina Villabona, una vez más, colaboró con los mapas y dibujos. Natalia Angarita, Roberto García, Eduardo Mazuera, Fernando Montejo, Guillermo Peña y su equipo a cargo de la excavación del sitio Curva de la Pasión, Sandra Vargas, Clark Manuel Rodríguez, Angélica Triana, Benjamín Yepes y Juan Mayr ayudaron con las fotografías. Andrés Eduardo Chaparro contribuyó generosamente con los dibujos de fauna y flora.

No puedo dejar de dar gracias a Bimbo, Camila, Lola, Pombo, Tito, Tita, Lupe y Simona, mis más queridos colegas, por insistir en incluir un apartado que los tuviera en cuenta. Fue muy útil hacerlo y aprendí muchísimo sobre ellos. Estoy seguro de que, al leer este texto, estén donde estén, pondrán cara de tiernos y comprensivos amigos.

Por último, pero no por ello menos importante, a Random House, especialmente a Juan Camilo González, quien apoyó este proceso en todo momento.

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