Carlos Zanón narra la vida para comprenderla. Mira de soslayo lo diminuto, analiza a distancia lo cotidiano, escarba irónico en la rutina y convierte el día a día en una pieza literaria. «Cien formas de romper un glaciar» (Salamandra) recopila un centenar de sus crónicas siempre implacables y nostálgicas, la contraparte real del universo imaginario que palpita en todas sus novelas. Entre el lirismo y la crítica, el autor bordea la intimidad compartida y nos enseña, por ejemplo, cómo abandonar ESE maldito grupo de WhatsApp.