La sabiduría de las finanzas

Mihir A. Desai

Fragmento

La sabiduría de las finanzas

NOTA DEL AUTOR

Este libro no se trata de la investigación más reciente que te ayudará a ganar dinero en la bolsa de valores o que te impulsará a ahorrar más. Tampoco se trata de cómo administrar de manera óptima tus fondos para el retiro.

Este libro trata de descubrir el lado humano de las finanzas al disminuir la brecha que existe entre las finanzas y la literatura, la historia, la filosofía, la música, el cine y la religión.

Este libro explica cómo el filósofo Charles Sanders Peirce y el poeta Wallace Stevens funcionan como esclarecedoras guías para entender las nociones de riesgo y seguros, y cómo Lizzy Bennet, la protagonista de Orgullo y prejuicio, y Violet Effingham, de Phineas Finn, son excepcionales administradoras de riesgos. Este libro analiza la parábola de los talentos y a John Milton para entender mejor la creación de valor y la acción de valorar; las finanzas de las dotes en la Florencia del Renacimiento y la película Secretaria ejecutiva para entender mejor las fusiones; la caída épica del hombre más rico de las colonias norteamericanas y las tragedias griegas para comprender mejor la bancarrota y la angustia financiera; la carrera de Jeff Koons y el personaje del señor Stevens, de la novela Los restos del día, para conocer el poder y el peligro del apalancamiento.

En resumen, este libro es acerca de cómo el terreno de las humanidades puede arrojar luz sobre las principales ideas de las finanzas. Pero también es acerca de cómo las ideas de las finanzas pueden ofrecer una perspectiva sorprendente sobre aspectos comunes de nuestra humanidad.

Por lo tanto, este libro también trata sobre cómo un seguro puede ayudarnos a darle sentido al mundo y enfrentar su desorden; cómo entender el modelo de valoración de activos financieros puede permitirnos descubrir el valor de las relaciones y la naturaleza del amor incondicional; cómo entender la creación de valor puede ayudarnos a vivir una vida satisfactoria; cómo entender la bancarrota puede ayudarnos a reaccionar ante el fracaso; y cómo apreciar las teorías del apalancamiento puede enseñarnos el valor de los compromisos.

Para los lectores que no están familiarizados con las finanzas, pero sienten curiosidad por ellas, este libro intenta delinear las ideas principales de las finanzas sin una sola ecuación o gráfica, sólo con historias. Siempre me sorprende lo intimidantes que son las finanzas para muchos de mis alumnos. Hay una razón detrás de esto: a ciertas personas del ámbito financiero les gusta intimidar a la gente. Al combinar historias con principios financieros, lo intimidante, con suerte, se puede volver accesible y divertido. Para los ciudadanos comprometidos o los que aspiran a ser profesionales, las finanzas nunca han sido tan importantes, y no saber de ellas nunca ha sido tan costoso. Al menos cuando alguien que conoces comience a hablar de opciones, apalancamiento o generación de alfa, sabrás de qué están hablando.

Este libro les permite a los estudiantes o profesionales de las finanzas revisar las ideas esenciales de las finanzas de una forma nueva y diferente. Muchos financieros que veo en mi salón de clase aprendieron finanzas de una manera mecánica que resultó en un entendimiento precario de esas ideas. Cuando les pregunto cuestiones intuitivas básicas, su comprensión de las fórmulas no sirve de mucho, y les cuesta trabajo transmitir los fundamentos conceptuales de lo que hacen. Al ver estas mismas ideas de una manera completamente diferente a la que estás acostumbrado, profundizarás en tu comprensión y, lo más importante, los principios básicos.

Para aquellos lectores que se dedican a las finanzas, el libro tiene una nota promisoria al final. Hoy en día su labor recibe difamaciones de forma habitual, y puede ser difícil encontrarle sentido a la vida cuando tu trabajo se juzga con tanto rechazo. Pero hay un gran valor, grandes valores, en las finanzas. Al reconectarte con ese valor, con esos valores, tal vez puedas entender tu profesión como una extensión significativa de los valores que tenemos en alta estima. Al final de su poema acerca de un hombre que es leñador por pasatiempo, “Dos vagabundos en tiempo de lodo”, Robert Frost percibe con claridad lo importante que es entender nuestro trabajo y nuestras vidas como un todo integrado.

Mi objetivo en la vida es unir

Mi pasatiempo y mi vocación

Como mis ojos se hacen uno al ver.

Sólo donde el amor y la necesidad son uno,

Y el trabajo se vuelve una apuesta de vida o muerte,

Es que la obra se lleva a cabo de manera auténtica

Por el cielo y por el bien del futuro.1

De manera más ambiciosa, este libro es un esfuerzo por mejorar las prácticas financieras al redescubrir la dimensión humana de los principios básicos de las finanzas. La demonización de las finanzas es contraproducente y la regulación, si bien es útil, favorece un limitado compromiso al transformar las finanzas en una industria extractiva y no de creación de valor. Tal vez todos podamos descubrir una profesión más noble si fortalecemos las ideas financieras con historias que inspiren nuestras vidas y nuestro trabajo.

La sabiduría de las finanzas

INTRODUCCIÓN

LAS FINANZAS Y LA BUENA VIDA

La retórica de “Wall Street contra Main Street”* que se ha generalizado tanto refleja una percepción frecuente de las finanzas como una industria que extrae más valor de la economía del que crea. Al mismo tiempo, hay una creciente conciencia de la importancia de las finanzas para nuestra economía y nuestras vidas. Vemos las finanzas en todas partes, desde nuestros fondos para el retiro hasta nuestras inversiones en vivienda y educación. La combinación de profunda desconfianza con curiosidad se enreda aún más por la complejidad que envuelve las finanzas: las siglas, las fórmulas y las hojas de cálculo que adormecen la mente son obstáculos para comprender el mundo financiero.

Para los profesionales de las finanzas, esto genera varias complicaciones. Necesitan explicar y justificar lo que hacen con más claridad para recuperar la confianza. Deben asegurarse de que sus actividades sean en realidad creadoras de valor. De forma más personal, trabajar en una industria que se percibe de manera negativa puede pasar factura. Con expectativas tan bajas, los profesional

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