La medicina de la energía

Caroline Myss

Fragmento

Introducción. ¿En qué consiste la medicina energética?

Introducción

¿En qué consiste la medicina energética?

Mi intención al escribir este libro es ofrecer al lector una nueva perspectiva sobre la salud, específicamente: por qué no nos curamos y cómo podemos conseguirlo. Quizá dé la impresión de que abordo el tema de la curación como si fuera secundario, puesto que dedico una gran parte del libro a los motivos que nos impiden sanar, pero creo que muchos de nosotros sentimos casi tanto miedo a sanar como a estar enfermos. Confío en que el lector, al percatarse de que el temor y otras emociones nos impiden sanar, identifique con más facilidad la forma en que dificulta, consciente o inconscientemente, el proceso de su curación.

Dar por sentado que todo el mundo desea curarse es a la vez erróneo y peligroso. Por ejemplo, la enfermedad puede convertirse en un potente instrumento para reclamar atención; como forma de influir en los demás, la enfermedad hasta puede resultar atractiva. Por otra parte, la enfermedad puede transmitir el mensaje de que la forma de vida debe modificarse drásticamente. Puesto que el cambio constituye uno de los aspectos más aterradores de la vida, quizás el temor al cambio sea mayor que el miedo a la propia enfermedad y, como consecuencia, los cambios necesarios son aplazados continuamente.

Uno de los errores de la cultura holista de hoy en día consiste en la creencia de que la enfermedad es el resultado de una actitud personal negativa, ya sea debida a trágicas experiencias pasadas que contaminan nuestras mentes y nuestros cuerpos, o al mal karma de una vida anterior. Pero la actitud negativa no es la única fuente de enfermedad. Ésta también puede ser la respuesta a una plegaria; y guiarnos físicamente hacia un camino de percepción y conocimiento que de otro modo nunca habríamos recorrido. La enfermedad puede convertirse en un catalizador que nos impulse a ampliar nuestra conciencia psíquica y comprender el profundo significado de la vida.

A pesar de ser aterradora, la enfermedad constituye, al mismo tiempo, una invitación a penetrar en la naturaleza del misterio. La vida está llena de misterios que tenemos que explorar pero que no debemos esperar resolver. Debemos vivir con las preguntas que nos formulamos sobre nuestra vida, incluso considerarlas nuestras compañeras y permitir que nos guíen hacia las regiones más recónditas de nuestro ser, donde descubrimos lo sagrado. Confío en que este libro le ayude a hallar nuevas formas de abordar el significado de la enfermedad y otros desafíos que se plantean en la vida, a profundizar en los misterios de su ser y a avanzar en el camino personal que conduce a las regiones de lo espiritual.

Si bien la enfermedad puede ayudarle a hallar su esencia sagrada, su unión con Dios, con la humanidad y con todas las criaturas, no es preciso que enferme para entrar en contacto con su espíritu y sanar su vida. He comprobado que las personas empiezan a comprender la naturaleza sagrada de su ser al investigar lo que yo llamo medicina energética. Existen siete centros de energía en nuestro cuerpo que, según el sistema hindú, se denominan chakras. Cada chakra corresponde, más o menos, a una zona de nuestro cuerpo. Yo concibo esos chakras como unos discos informáticos o unos bancos de datos «energéticos» en los que se almacena todo tipo de información. En el curso de mi trabajo, he constatado que esos siete centros de energía se corresponden con los diversos problemas y desafíos que nos plantea la vida, los mismos que los siete sacramentos del cristianismo y los diez sefirot del Árbol de la Vida de la tradición cabalística judía también nos ayudan a resolver.

Nuestro espíritu alcanza la madurez y comprensión de nosotros mismos en siete estadios de desarrollo espiritual. A medida que superamos esas etapas adquirimos distintas formas de poder interior. Los chakras —y sus homólogos en los sacramentos y el Árbol de la Vida— marcan una senda de evolución interior. Constituyen los hitos de nuestro camino personal, que nos conduce hacia una conciencia psíquica superior. Aprender el lenguaje de los chakras y fomentar estas cualidades espirituales refuerza nuestro cuerpo físico al mismo tiempo que nos ayuda a sanar o a conservar la salud.

Un hombre llamado Ben, que asistió a uno de mis talleres terapéuticos mientras seguía un tratamiento contra un cáncer de próstata, reaccionó de inmediato cuando le expliqué la correspondencia entre los chakras, los sacramentos y el Árbol de la Vida. Para él, constituían un nuevo lenguaje de curación. Ben comenzó a usar el lenguaje simbólico que enseño en mis talleres —y que explico en este libro— para su curación. Cada vez que iba a visitar a su médico para recibir tratamiento, pronunciaba antes una oración o mantra, mediante la cual invocaba el poder de los chakras, los sacramentos y el Árbol de la Vida a fin de «activar» su cuerpo. Al cabo de seis meses su cáncer remitió.

Como «intuitiva» médica, describo a las personas la naturaleza de sus enfermedades físicas y las disfunciones energéticas que presentan en su cuerpo. A partir de la observación de los campos de energía que impregnan y rodean el cuerpo, obtengo información sobre experiencias importantes de la infancia, comportamiento y supersticiones, todo lo cual incide de forma decisiva en la salud física de la persona. Basándome en la información que percibo intuitivamente en sus campos energéticos, inclusive los chakras, les recomiendo la forma de tratar su dolencia tanto física como espiritualmente.

El propósito de utilizar la medicina energética es tratar simultáneamente el cuerpo y el espíritu. A medida que usted se adentre en el lenguaje de los chakras, aprenderá a identificar los factores emocionales, psicológicos y espirituales estresantes que afectan a su salud de un modo negativo y que se corresponden con sus síntomas físicos. Asimismo, en su salud incide su grado de autoestima y su relación con los demás, su respuesta a experiencias o recuerdos traumáticos y la forma en que administra su energía en las situaciones cotidianas.

La medicina energética es una ciencia muy antigua; sus principios y sus técnicas eran conocidos por los antiguos hindúes, los chinos y los sanadores chamanes. Lo que representa una novedad es la correlación que he establecido entre las ideas espirituales orientales de los chakras y la ética y las verdades espirituales occidentales, a fin de crear un nuevo lenguaje de la energía. La palabra energía ha asumido recientemente distintos significados, pero yo la utilizo para referirme tanto a la energía física como espiritual. La metafísica oriental y la teosofía occidental han descrito una serie de envoltorios o capas energéticas que rodean e interactúan en el cuerpo. Cuando los místicos nos dicen que somos infinitamente más vastos de lo que nos imaginamos, en parte se refieren a este campo energético. Todos lo poseemos y en él se halla valiosa información sobre nuestras circunstancias y necesidades físi

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