Vivir con arte

Joaquín Sánchez

Fragmento

vivir_con_arte-4

HULIO como

filosofía de vida

Hay gente que va por el mundo siempre pensando que va a pasar lo peor, menudos cenizos, ¿no? Más vale no tenerlos muy cerca… Se toman las cosas tan en serio que tienen miedo incluso a lo que no ha sucedido, se adelantan al futuro como si fuesen adivinos. A todos nos gustaría tenerlo todo bajo control, que nada salga mal, sin equivocaciones, pero...

Créeme: no hay ningún error tan grave como el quedarse parado por miedo a equivocarse, cuando tienes el balón es para jugarlo no para tener miedo. A veces, por culpa de tomarnos demasiado en serio las cosas, desarrollamos un sentimiento de vergüenza que nos impide ser nosotros mismos. Todo el día preocupados por el qué dirán los demás, qué va a pensar Menganito, qué va a opinar Fulanita... Pisha, ¡pero si a la gente le da igual! Te lo voy a decir muy claro: no somos tan importantes, y prueba de ello es que el mundo sigue girando hagas lo que hagas. Si te equivocas, no es el fin del mundo, solo una anécdota más. Piensa que los virales de caídas más famosos de internet solo duran unos días, ¡después ni te acuerdas! En cambio, no hacer nada por temor a equivocarte es un error de por vida.

Hace algunas temporadas tuve la gran suerte de poder llevar mi fútbol a otro gran país: Italia. ¡Qué bella que es! Si no has tenido la oportunidad de visitarla, te recomiendo que lo hagas en cuanto puedas. Fiché por la Fiorentina, de la ciudad de Florencia. Uno de los equipos más emblemáticos del Calcio, la liga italiana. Pues bien, si el fútbol es algo que se me da bien, aprender idiomas en poco tiempo no es lo mío. Vamos, que se me da fatal.

Pero ¿acaso me importó eso para poder trabajar allí? ¡En absoluto! Seguro que era capaz de hacerme entender enseguida. Y así fue: yo los entendía, y ellos me entendían… a medias. Hasta que después de un partido, con todo el cansancio del mundo, un periodista deportivo me hizo varias preguntas en italiano, sobrentendiendo que yo ya lo hablaba perfectamente. ¿Cuál fue mi reacción? Pues responderle perfectamente en italiano… Pero un italiano muy muy muy parecido al español. ¡Ole yo! Si buscas el vídeo en Youtube, podrás comprobar con tus propios ojos que con la risilla que se me escapaba iba transformando lentamente un tímido intento de chapurrear italiano en un nuevo idioma: el español con acento de Italia.

No saber el idioma podría haberme bloqueado, o incluso hecho que no me atreviese a trabajar en Italia. Pero piénsalo: ¿cuál era la opción? ¿Quedarme en mi casa sin jugar en Italia por no tener ni idea de italiano? ¿No contestar al periodista por miedo a equivocarme?

Yo salí hablando italiano inventado en la televisión de otro país, sin tener la más mínima vergüenza. La gente se rio mucho conmigo y al poco tiempo ya estaba todo olvidado. Bueno, aunque a algún periodista le gusta sacármelo en alguna entrevista de vez en cuando. No pasó absolutamente nada grave… ¡a no ser que se considere grave el tener dolor de barriga de tanto reír! Lo mismo me pasó en un programa de deportes de la televisión de España. Cuando me preguntaron por cuál era mi mayor hobby me quedé en blanco. No tenía ninguna respuesta en ese momento y decidí improvisar. «El tenis», contesté. Al otro lado de la cámara mi amigo Julio Baptista no podía aguantarse la risa. Él sabía perfectamente que yo no había jugado ni un partido de tenis en toda mi vida y que me lo estaba inventando para salir del paso. Y de ahí salió, entre risas, la famosa frase: «No sé ni coger una raqueta, Hulio».

Vivir no va tan en serio, así que lánzate, Hulio. ¿Qué puede salir tan mal? Puede ser que aciertes o puede ser que te equivoques. ¿En serio crees que hay tanta diferencia? Solo que si te quedas parado por miedo, lo único que significará es que estás embalsamado en vida. ¡No te equivocarás, pero porque no vivirás! Eso sí que sería un fracaso muy serio… En cambio, ¡no hay mejores risas que las de las pifias! Y de eso sé un rato, créeme…

Coge la raqueta, la pelota

o tu cabeza… ¡Y lánzate!

vivir_con_arte-5

el desparpajo

Siempre lo he tenido clarísimo. Incluso desde que era un crío: lo que más me caracteriza es el desparpajo. Siempre he sido igual: tanto para lo bueno como para lo no tan bueno, el desparpajo me ha acompañado siempre. ¡Forma parte de mi ADN!

Cada uno tiene su punto fuerte, aquello que lo caracteriza, que es su arte. El desparpajo forma parte de mí, así que desde siempre que lo he usado y disfrutado. Tengo una sonrisa de pícaro que si la junto con una buena coña, consigo alegrarle el día a cualquiera. Por eso tienes que preguntarte ahora mismo: ¿qué es lo que te hace ser tú?

Parece una pregunta fácil, pero si te pones a pensar te va a costar dar con una respuesta que te guste a la primera. Esa pregunta, si te la haces en serio, te va a poner en duda. Te daré más pistas: ¿qué rasgo de tu carácter es el que te ha hecho conseguir más cosas? ¿Eres una persona testaruda? ¿Eres optimista? ¿Eres disciplinado? Repasa un poco tu trayectoria hasta el día de hoy.

Tienes que aprender a detectar tus puntos fuertes y, sobre todo, a potenciarlos al máximo. A no esconderlos. Si yo sé que tengo velocidad en el campo de fútbol, la voy a explotar al máximo. Si tengo buen regate, o tengo un buen pase de larga distancia, lo mismo. Para ganar tienes que ir con tus mejores armas. En la vida eso es tu forma de ser, tu carácter, tu tarjeta de visita.

Si quieres un truco para conocer un poco mejor esos puntos fuertes, es muy fácil. ¡Pregúntale a la gente que mejor te conoce! A tu pareja, a tus padres, a tus hermanos, a tus amigos, a tus compañeros de trabajo... ¡Será por gente! Si ellos están a tu lado en la vida, es porque les gusta algo de ti, no hay nada malo en preguntarles. Ten un poco de desparpajo… ¡Como yo! No para tirarte flores (que tampoco va mal), sino para explotar mejor tus cualidades.

Seguro que has visto a mucha gente que es famosa o que le va muy bien en la vida, y no tienen trabajos especialmente destacables. No todos son futbolistas o cantantes, pero saben moverse muy bien. Saben gustar. ¿Y sabes cuál es el truco? Ser tú mismo. Explota quien eres, siéntete feliz de ser quien eres y eso conectará mejor con la gente.

Pero para que la gente te conozca bien, primero te tienes que conocer bien tú. Es imprescindible. Tienes que ser tu mejor amigo, quererte y tratarte como te mereces. El resto vendrá rodado. No tengas miedo o pereza a pasar tiempo solo para hacer las cosas que te gustan. Descubre quién eres y cuando lo sepas: NO LO ESCONDAS. Primero, conócete; y luego, ¡deja que los demás te conozcan!

Descubre tus puntos fuertes y

compártelos con el mundo.

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos