El hombre más rico de Babilonia

George S. Clason

Fragmento

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Delante de ti se extiende el futuro como un camino que te lleva a lo lejos. A lo largo de él hay ambiciones que deseas cumplir y deseos que quieres satisfacer.

Para alcanzar esas ambiciones y deseos, debes tener éxito con el dinero. Utiliza los principios económicos que se explican en las páginas siguientes. Deja que te guíen desde las estrecheces de una cartera escuálida hasta la vida feliz y plena que hace posible una cartera abultada.

Como la ley de la gravedad, esos principios económicos son universales e inmutables. Ojalá sean para ti, como lo han sido para tantos, una llave segura para conseguir una cartera bien repleta, unas cuentas corrientes más abultadas y una progresión económica satisfactoria.

Oh, el dinero es abundante

para aquellos que comprenden

las sencillas reglas para ganarlo

1. Empieza por engordar tu cartera

2. Controla tus gastos

3. Haz que tu oro se multiplique

4. Protege tus tesoros de las pérdidas

5. Haz que tu morada sea una inversión pro­vechosa

6. Asegúrate unas rentas futuras

7. Incrementa tu capacidad para ganar dinero

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Nuestra prosperidad como nación depende de la prosperidad económica de cada uno de nosotros como individuos.

Este libro trata del éxito personal de cada uno de nosotros. Éxito significa conseguir algo como resultado de nuestros esfuerzos y habilidades. Y una preparación adecuada es la clave del éxito. Nuestros actos no pueden ser más sabios que nuestros pensamientos. Nuestro pensamiento no puede ser más sabio que nuestra capacidad de comprensión.

Este libro de remedios para las carteras escuálidas ha sido descrito como una guía para entender los asuntos de dinero. Ese es, en efecto, su propósito: proporcionar conocimiento a aquellos que desean el éxito económico, algo que les ayudará a ganar dinero, a conservarlo y a hacer que sus ganancias les aporten más.

En las páginas que siguen nos transportamos a Babilonia, la cuna en la que se forjaron los principios básicos de la economía que ahora son reconocidos y empleados en todo el mundo.

A los nuevos lectores el autor les desea que estas páginas contengan para ellos la misma clase de inspiración que, le consta, ha servido a otros entusiastas lectores, de costa a costa del país, a la hora de incrementar sus cuentas bancarias, gozar de un mayor éxito económico y solventar apuradas situaciones personales debidas a los problemas financieros.

El autor aprovecha esta oportunidad para expresar su gratitud a los ejecutivos del mundo de los negocios que, en cantidades muy generosas, han distribuido estos relatos entre amigos, familiares, empleados y asociados. No hay cumplido mayor que el que procede de esos hombres pragmáticos que saben apreciar estas enseñanzas, precisamente porque ellos mismos han alcanzado éxitos importantes gracias a haber aplicado los mismos principios que aquí se defienden.

Babilonia fue la ciudad más próspera del mundo antiguo porque sus ciudadanos fueron las gentes más ricas de aquella época. Apreciaban el valor del dinero. Ponían en práctica buenos principios económicos a la hora de ganar y conservar el dinero y hacer que luego generase aún más dinero. Se proveyeron de lo que todos deseamos: ingresos para el futuro.

GEORGE SAMUEL CLASON

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En las páginas de la historia no hay ciudad más glamurosa que Babilonia. La mera mención de su nombre trae a la mente imágenes de riqueza y esplendor. Su oro y sus joyas eran fabulosos. Lo normal es pensar que una ciudad tan rica estuviera situada en un lujoso emplazamiento tropical, rodeada de abundantes recursos naturales, como bosques y minas. No era el caso. Estaba ubicada al lado del río Éufrates, en un valle llano y árido. No había bosques ni minas; ni siquiera piedra para la construcción. Por no estar, no estaba ni en medio de ninguna ruta natural para el comercio. La lluvia era insuficiente para el cultivo.

Babilonia es un ejemplo extraordinario de la capacidad de los hombres para lograr grandes objetivos usando cualquier medio a su disposición.

Babilonia es un ejemplo extraor­dinario de la capacidad de los hombres para lograr grandes objetivos usando cualquier medio a su disposición. Todos los recursos de esta gran ciudad los desarrollaron los seres humanos, así como también fueron estos los productores de todas sus riquezas.

Babilonia poseía solamente dos recursos naturales: un suelo fértil y agua en el río. En una de las grandes hazañas de la ingeniería de todos los tiempos, los ingenieros babilonios desviaron las aguas del río mediante presas e inmensos canales de irrigación. Estos se adentraban en lo más hondo de ese árido valle para darle a la fértil tierra las aguas que traían la vida. Esa fue una de las primeras proezas de la ingeniería de la que hay constancia en la historia. Gracias a ese sistema de irrigación, los cultivos agrícolas llegaron a ser los más grandes que se habían visto en el mundo hasta aquel momento.

Afortunadamente, durante su larga existencia, Babilonia estuvo gobernada por sucesivas estirpes de reyes para quienes la conquista y el saqueo eran algo secundario. Aunque conoció muchas guerras, la mayoría fueron de carácter local o defensivas ante ambiciosos conquistadores venidos de otros países que ansiaban los fabulosos tesoros de la ciudad. Los excepcionales gobernantes de Babilonia siguen vivos en la historia gracias a su sabiduría, su espíritu emprendedor y su sentido de la justicia. En Babilonia no hubo reyes presuntuosos que ansiasen conquistar el mundo conocido para que todas las naciones rindieran tributo a su egolatría.

Los excepcionales gobernantes de Babilonia siguen vivos en la historia gracias a su sabiduría, su espíritu emprendedor y s

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