El método para vivir sin miedo

Rafael Santandreu

Fragmento

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Introducción

Este libro contiene una colección de historias de éxito explicadas por un grupo maravilloso de personas que superaron la ansiedad, el trastorno obsesivo-compulsivo (o TOC) y la hipocondría.

Encontrarás a todo tipo de personas: médicos, empresarios, estudiantes... jóvenes y mayores que tienen en común que han realizado el trabajo de desarrollo personal más potente que existe.

Son personas normales y corrientes, como tú y como yo, que han conseguido algo difícil siendo fieles a un sistema. Ese compromiso los ha propulsado a una nueva forma de ser y de sentir. Por eso, nos dicen frecuentemente: «Si yo pude hacerlo, tú también puedes».

¿Qué les sucedía? Resumiendo, cayeron en la trampa del miedo al miedo. Cogieron miedo a sensaciones corporales —o a pensamientos— y entraron en una pesadilla muy extraña de la que no sabían salir. La ansiedad les hizo entrar en el peor momento de sus vidas y padecer un sufrimiento considerable y una confusión mayor todavía.

Pero, en todos estos casos, el guion dio un giro espectacular porque, con su decidido trabajo, se curaron a sí mismos. Deshicieron el camino que los había llevado al pozo. Es decir, perdieron el miedo al miedo. ¿Cómo? Con un método de cuatro pasos que se explica con todo detalle en mi libro anterior, Sin miedo.

Es algo que hicieron ellos y sólo ellos. Así te lo sabrán explicar por escrito en estas páginas y de viva voz en los vídeos asociados de YouTube. No hay trampa ni cartón en lo que hicieron para recuperarse. Sólo mucho esfuerzo, un método muy claro y perseverancia a raudales. Su mensaje es contundente: todo el mundo puede hacerlo. Será duro, pero la salida está ahí, a nuestro alcance.

Encontrarás estos testimonios íntegros en mi canal de YouTube: «Rafael Santandreu Oficial». Y no sólo estos veinte casos, sino un total de ciento veinte, los que hemos reunido por el momento. Si quieres ponerles cara a estos héroes maravillosos, te invito a acudir a la plataforma y disfrutar de su sabio aprendizaje.

Mi compromiso es añadir un testimonio nuevo cada semana para que sirva de ayuda a quienes estén llevando a cabo este proceso de transformación. La idea es tener la red de apoyo mutuo más grande posible para la superación de estos temas.

¿QUÉ SON EL PÁNICO Y EL TOC?

El trastorno de ataques de pánico es un problema que afecta a mucha gente. A más de un diez por ciento de las personas, y subiendo. Consiste en que, sin venir a cuento —por ejemplo, viendo la televisión en casa tranquilamente—, la persona siente que el corazón se le pone a mil, no puede respirar bien, le duele el pecho de forma aguda o siente un vértigo increíble. Las sensaciones escalan hacia no se sabe dónde y la persona cree que se va a morir allí mismo. Y eso le puede suceder cada día.

Los médicos le dicen que no tiene nada y le recetan tranquilizantes. Pero, por alguna extraña razón, los ataques no desaparecen. Incluso aumentan. La persona asocia los ataques a situaciones o lugares y empieza a evitarlos. Es lo que se conoce como agorafobia. Ya no quiere coger el coche, ir a grandes almacenes o a reuniones de trabajo. Puede llegar un momento en que su vida sea una pesadilla de temor y evitación y que nadie —ni ella misma— entienda qué le sucede.

El TOC es análogo, pero en vez de cogerle miedo a una sensación corporal, se le coge miedo a un pensamiento. Un ejemplo: «¿Seré capaz de matar a alguien?».

La mente tiene, de forma automática, miles de pensamientos azarosos. Son ideas sin sentido parecidas al material de los sueños y, normalmente, no les prestamos atención. Vas en el metro y te pasa por la cabeza la imagen de tirar a las vías a la señora que tienes delante. Te ríes de la animalada que acabas de pensar y sigues con uno de los cientos de miles de pensamientos que tendrás a lo largo del día.

Pero la persona con TOC le coge miedo a uno de esos pensamientos bárbaros, se preocupa y entra en bucle. ¡Durante años! «¡Pero, Dios mío, ¿por qué habré pensado eso!? ¿Y si soy capaz de hacerlo?». Debate y debate consigo misma sin parar: «¡No! Yo soy una buena persona, jamás haría algo así». E intenta mantener ese pensamiento a raya pensando en otras cosas, consultándole al párroco, rezando, etcétera.

Su propio miedo a ese pensamiento es lo que produce ese pensamiento, como veremos en el siguiente apartado.

EL CÍRCULO VICIOSO DEL TEMOR

En mi libro anterior, Sin miedo, trato problemas como los ataques de pánico, el TOC y la hipocondría, que se producen debido a lo que llamamos «el círculo vicioso del temor». Es una trampa mental en la que podemos caer todos.

Funciona de la siguiente forma. Un mal día experimentamos —quizá por casualidad, quizá por predisposición— un síntoma extraño en el cuerpo (o un pensamiento). Por ejemplo, una aceleración repentina del corazón. Todo quedaría en nada si no fuese porque nos asustamos. Efectivamente, la persona se preocupa y con su temor desata, sin darse cuenta, una espiral exponencial de nervios que lleva a un aumento del síntoma, es decir, más nervios.

Esta espiral sigue una secuencia clara:

1. La persona se nota el corazón acelerado.

2. Se pone nerviosa.

3. Los nervios aumentan todavía más el ritmo cardiaco.

4. Se pone todavía más nerviosa.

5. El corazón se le acelera todavía más...

Y todo esto puede suceder en décimas de segundo y acabar en un ataque de pánico. En mi libro Sin miedo expliqué que muchos profesionales pensamos que el TOC tiene un componente genético. Es decir, que quien lo padece tiene una predisposición para desarrollarlo. Aun siendo así, el TOC es fundamentalmente una trampa mental, porque, al margen de esa predisposición, también se da ese círculo vicioso del temor. Y por eso se puede desactivar con el mismo método de cuatro pasos indicado para los ataques de pánico.

LOS CUATRO PASOS

Recordemos rápidamente los pasos de nuestro método para superar los trastornos de la ansiedad:

1) Afrontar

2) Aceptar

3) Flotar

4) Dejar pasar el tiempo

Si quieres saber más, te animo a leer Sin miedo, si no lo has hecho aún.

Afrontar

El primer paso consiste en dejar de huir de la ansiedad. Y no sólo eso, en realidad. Lo que hacemos al «afrontar» es ir a buscarla voluntariamente con el objetivo de perderle el miedo de una vez por todas.

El problema de los ataques de pánico y el TOC radica en que le hemos cogido miedo a sensaciones corporales o mentales y, ahora, ese miedo nos persigue.

Por eso, el primer paso consiste en programarse una exposición diaria e intensa a esas mismas sensaciones corporales o mentales que nos aterran.

«¿¡En serio!?», puedes estar preguntándote. La respuesta es

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