A mis padres
Nota al lector
Desde el momento en que comencé mi carrera en el mundo de la psicología he contado con personas maravillosas que me han aconsejado sobre aspectos de mi formación y trayectoria profesional. Sin embargo, ha sido mi padre quien a lo largo de los años ha desempeñado el papel principal de consejero y mentor. De hecho, fue él quien me introdujo en la profesión de las emociones y despertó en mí una gran curiosidad sobre por qué sentimos lo que sentimos y por qué las personas reaccionan de forma diferente ante la misma situación.
Mi padre y yo compartimos muchas inquietudes sobre aspectos relacionados con el bienestar y la condición de las personas. Es decir, nos gusta hablar sobre las relaciones personales y familiares, los sentimientos y las cosas que nos hacen felices o desgraciados. Un día unos amigos me propusieron la idea de recopilar y escribir sobre algunos de los temas de nuestras charlas y plasmar algunos de nuestros pensamientos y conversaciones. Después de comentarlo con mi padre estuvimos de acuerdo en que podía ser un proyecto muy interesante y, a la vez, enriquecedor para nosotros. De manera que aprovechando uno de los viajes de mi padre a España quedamos en uno de nuestros lugares favoritos: la terraza del Café Gijón, en el paseo de Recoletos, de Madrid. Después de intercambiar ideas durante la comida decidimos enfocar los temas del libro en aspectos que afectan a nuestro estado de ánimo y las relaciones sociales del día a día. Por ejemplo, sentimientos de estrés, ansiedad o miedo, así como factores de nuestra personalidad que influyen en nuestra autoestima y nuestras relaciones personales. Basándonos en estos conceptos, decidimos desmenuzarlos uno a uno para compartir con los lectores el análisis que hemos desarrollado a lo largo de los años.
En el transcurso de la lectura se encontrará con fragmentos de algunas de nuestras conversaciones así como con algunos escritos publicados relativos a los temas tratados y que no dudamos en que servirán de apoyo al lector.
Nuestras charlas parten de nuestras propias experiencias personales y profesionales. A veces hemos tenido diferencia de opiniones, pero tanto él como yo consideramos que para que exista un desarrollo emocional y mental saludable necesitamos comunicarnos y sentirnos conectados a los demás; es decir, necesitamos hablar los unos con los otros. Y, si