Actitud positiva... ¡y a las pruebas me remito!

César Lozano

Fragmento

Título

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capc1ctitud positiva… ¡y a las pruebas me remito!, un título que tal vez te incitó a adquirir el libro que tienes en tus manos. Me considero escéptico en muchas cosas y siempre busco la comprobación de por qué me conviene o no hacer determinada acción.

¿Verdaderamente la gente feliz vive más? ¿Conoces personas con historias de dolor o un presente adverso que pone a prueba hasta al más fuerte, y aun así son felices? ¿Hay investigaciones que comprueben que tener paciencia, sonreír, reír con frecuencia, evitar o disminuir la ira, evitar la preocupación, o trabajar en un cambio de hábitos como lo es comer o dormir mejor pueden evitar el envejecimiento o la muerte prematura? Puede ser que por inercia contestemos sí, pero en cada página de este libro encontrarás historias verdaderas relacionadas con la actitud negativa o positiva, acompañadas de estudios realizados por universidades e investigadores de gran prestigio mundial.

No cabe duda, todos los días aprendo al conocer a quienes se han convertido en grandes maestros de vida personas que me han enseñado a decidir por una actitud positiva no sólo en tiempos de bonanza, sino también en la adversidad.

Mi esposa, con un pasado nada fácil, pues durante su infancia sufrió la pérdida de su madre y creció en un ambiente difícil para cualquier niña, decidió no repetir patrones de conducta que tuvieron con ella, sino ser una madre y esposa amorosa, buscando siempre la unión familiar.

Mi padre, quien a pesar de tener una infancia difícil, siempre tuvo una actitud positiva y una capacidad de asombro inquebrantable.

Ernesto, director de Recursos Humanos de una importante empresa de pinturas, vive con una actitud positiva que contagia a quienes lo tratamos. Siempre sonriente, siempre servicial, con un carisma envidiable y además con motivos suficientes para expresar cierto dolor: una madre con Alzheimer desde hace años.

Mi inolvidable maestra, Liliana, a quien conocí en la maestría y quien fue mi mentora e inspiradora para iniciar mi carrera como capacitador y después conferencista. Siempre expresando su gran amor a sus hijos y a Jaime, su marido, quien falleció hace unos años. Siempre optimista, positiva, sonriente a pesar de las múltiples enfermedades que ha sufrido en los últimos años.

Claro que podría ponerme de ejemplo, por el título de este capítulo: “Actitud positiva, ¿yo?” Reconozco que durante mi infancia, adolescencia y parte de mi etapa de adulto, no fui positivo. La negatividad y la creencia de que todo lo malo estaba destinado para mí fue parte de mi vida por mucho tiempo. Hice de la preocupación un hábito lamentable y creí que la actitud negativa era imposible de eliminar de una vida realista. ¿Por qué maquillar lo que a simple vista es imposible de quitar? Por qué decir que todo puede mejorar si prácticamente la historia me ha dicho que si existe la mínima posibilidad de que algo salga mal, puede salir mal. Sé que puede oírse exagerado, pero es la verdad. Yo así era y creía que así sería para siempre. ¡Qué pena!

La oración era un refugio para mí; más que una forma para tener fe era para disminuir los estragos en mi mente de los peores escenarios, visualizados generalmente por mis pensamientos negativos.

Las frases que me acompañaron en mi etapa de estudiante fueron:

“De seguro, va a venir en el examen lo que menos estudié.”

“Ahora que no estudié, el maestro me preguntará a mí, ya verás.”

“Estoy a punto de terminar todo para el examen final, pero estoy seguro que se me va a olvidar lo primero que estudié.”

¿Y qué sucedía? Por supuesto que esas nefastas profecías se cumplían rigurosamente. Venía en el examen exactamente lo que menos había estudiado; el profesor me preguntaba el día que menos me preparaba y, para colmo, el día anterior del examen final se me borraban todos los primeros capítulos que había estudiado. “¡No puede ser! Nada más falta que pase ese perro que va ahí y me orine.” Y el perro pasaba muy cerca, me imagino que con esas intenciones.

Hasta que un día plagado de presagios negativos leí una frase que decía:

“AQUELLO QUE MÁS PIENSAS Y SIENTES, LO ATRAES IRREMEDIABLEMENTE A TU VIDA”.

¿Será verdad eso? ¿Será esa la razón por la cual todo lo que pienso que va a salir mal, muchas veces sucede?

Y decidí modificar mis pensamientos.

Decidí no ser más la eterna víctima de mis propios pensamientos y presagios. ¡Basta de imaginar lo peor! Si como quiera voy a imaginar, ¿por qué no imaginar lo mejor?

Y empecé a poner en práctica muchas recomendaciones de autores que desde hace mucho tiempo se ocupan de temas positivos.

“Nos convertimos en aquello que más pensamos.”

“Ten cuidado con lo que piensas porque se te puede cumplir.”

Indudablemente lo que más me ayudó a realizar ese cambio, que era más que necesario, fue conocer lo siguiente: un pensamiento se convierte en un sentimiento y un sentimiento se convierte en una acción, ¡ojo!

Entonces, la razón del porqué nos sentimos mal generalmente inicia por pensamientos que dejamos que libremente entren y salgan de nuestra mente.

Pensamientos negativos, derrotistas, fatalistas o basados en suposiciones, en hechos que no han sucedido y que probablemente nunca sucedan.

Los sentimientos, frutos de esos pensamientos, nos llevan a actuar de manera inesperada y totalmente fuera de una realidad, y todo por no reservarnos el derecho de admisión de pensamientos.

Basta de pensar en lo que no deseas que ocurra; recuerda, atraemos irremediablemente lo que más pensamos o lo que más sentimos.

Iniciemos un cambio de actitud desde la manera en la que pensamos o como nos expresamos:

—¿Cómo amaneciste?

—¡De lujo!

Una respuesta que me dice frecuentemente mi amigo Mauricio. Siempre sonriente, positivo y con un profundo amor a su familia.

Mucha gente responde: “Pues amanecí y ya es ganancia.”

—¿Cómo estás?

—Pues estoy…

Cambiemos nuestra forma de expresarnos, dejemos la queja a un lado, seamos más agradecidos y busquemos el lado amable de las cosas por más difícil que parezca.

¿No crees que sea momento de hacer un cambio en tu vida?

¿Mereces atraer a tu vida todo lo que piensas negativamente?

Es momento de tomar las riendas de tu vida y si aún tienes alguna duda, lee las pruebas que te comparto en las páginas de este libro que, deseo de corazón, sea inolvidable para ti.

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