Lo que el hielo atrapa

Bruno Nievas

Fragmento

HieloAtrapa.html

5 de marzo de 1922.

Despacho de Hugh Robert Mill. Londres

—Una pérdida terrible —dijo Hugh, suspirando.

A pesar de superar los sesenta, Hugh Robert Mill conservaba una mirada firme, un bigote aún oscuro y un aspecto impecable, en parte gracias a su traje, un tres piezas oscuro. Leonard Tripp, su visitante, tenía su misma edad, el pelo claro, llevaba un traje de tweed gris y un maletín de piel.

—He sido algo más que su asesor —dijo Leonard, sentándose—. Sir Ernest Shackleton era para mí como un hijo. Aún no puedo creerlo.

—Al menos, sucedió mientras realizaba aquello que amaba.

Leonard asintió.

—Según él, aparte de ser usted meteorólogo, geógrafo reputado y asesor de varias expediciones a la Antártida, era su amigo y también confidente.

Hugh se retrepó en su sillón de piel y abrió una caja de madera, que acercó a su visitante. Este cogió uno de los puros.

—Me congratula saber que lo refería así.

—Shackleton no era demasiado previsor pero hay algunos temas que sí que dejó, digamos, planificados. Uno de ellos, que sea usted quien escriba su biografía.

Hugh dio varias caladas y exhaló el aire.

—Me lo comentó a mí también. Incluso había pensado en producir una película.

Leonard descubrió su cartapacio y sacó varias hojas.

—Aquí le cede los derechos. Le pondré en contacto con Edward Sanders, el periodista neozelandés al que Shackleton dictó sus libros. Le proporcionará información.

Hugh, entre volutas de humo, ojeó los documentos.

—No imagino nada más duro que estudiar sus notas.

Leonard giró el puro entre sus dedos.

—Hay algo más.

El geógrafo alzó las cejas.

—He estado presente en muchas de esas sesiones de dictado y... hubo una en la que sucedió... algo. Pero... no sé si debería...

Hugh se inclinó hacia delante.

—Jamás le traicionaría.

Leonard le sostuvo la mirada a su anfitrión durante unos segundos.

—Ese día yo estaba sentado a un lado de la habitación, escuchando. Él hablaba acelerado, más que de costumbre, solo se detenía para encender un cigarrillo o beber un trago de whisky. Sanders tecleaba sudando en su máquina de escribir, aprovechando las pausas para beber o fumar él también. Shackleton relataba su paso por Georgia del Sur y, en un momento dado, le tembló la voz. Se detuvo y se quedó mirando al infinito, parecía estar en otra parte. «¿Se encuentra bien?», le inquirí, pero no me respondió. Le sugerí que se tomara un descanso y él me gritó que me fuera. Cuando regresé, tenía el rostro empapado en sudor y se abalanzó sobre mí. «¡Leonard!», me espetó, agarrándome de las solapas, «¡No hago más que revivirlo, una y otra vez!». «Cálmese», le dije yo. Sanders le acercó un vaso de agua pero Shackleton prefirió apurar su whisky. «No puedo hacerlo, ¡no puedo contarlo!», dijo, con voz temblorosa. De hecho, todo él temblaba.

Hugh dejó el puro sobre la mesa.

—Un comportamiento extraño —dijo—. Algo debía de estar atormentándole.

Leonard asintió.

—Eso mismo pensé. Le pregunté a Sanders cuándo se había puesto así y señaló que cuando le estaba relatando aquella historia de la cuarta presencia.

—¿Esa sensación que tuvieron él, Worsley y Crean de que había alguien más con ellos, cuando atravesaron Georgia del Sur? Debió de ser una experiencia traumática, es normal que creyeran ver u oír cosas que, en realidad, no...

Leonard alzó su mano.

—Estaba tan afectado que, si me hubieran dicho que estaba padeciendo un infarto, lo hubiera creído. Me encontraba a punto de ir a buscar un doctor cuando él me detuvo. «Hay algo que no he contado», me dijo.

—¿Qué? —exclamó Hugh.

Leonard suspiró, exhalando una bocanada azulada.

—No me lo quiso decir. Solo sé que tiene que ver con esa cuarta presencia. No sé, es posible... que hubiera alguien más.

Hugh se puso en pie.

—¿Ha hablado con alguien de esto?

—Sí, pero no he logrado sonsacar nada, es como si hubiera una especie de pacto de silencio. Fuese lo que fuese aquello, si en verdad hubo una cuarta persona... Shackleton se lo ha llevado a la tumba.

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos