Vivir para sentirse vivo

Albert Bosch

Fragmento

Creditos

Título original: Viure per sentir-se viu

Traducción: Manuel Serrat Crespo

1.ª edición: febrero, 2013

© Albert Bosch, 2013

© Ediciones B, S. A., 2013

Consell de Cent, 425-427 - 08009 Barcelona (España)

www.edicionesb.com

Depósito Legal: B. 4986.2013

ISBN DIGITAL: 978-84-9019-214-6

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Dedicatoria

 

 

 

 

 

A Camila Vargas (CHANCE) por enseñarnos

la importancia de respirar, y que la actitud y los sueños

están por encima de las circunstancias

Contenido

Contenido

Portadilla

Créditos

Dedicatoria

 

Creeré lo que dices cuando vea lo que haces

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Cerrando el círculo

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Creeré lo que dices cuando vea lo que haces

Si nos pasamos la vida aguardando que pase algo determinado y no actuamos, es muy probable que lo único que pase sea la vida misma.

Este libro está dirigido al 99 por ciento de la humanidad que no ha sido tocado por un talento determinado que le haya permitido llevar una existencia absolutamente especial y única; a toda la gente que es sencillamente normal en la mayoría de aspectos, y que seguramente seguiría un guión bastante estándar en el entorno en el que nació si no optara por liderar su destino antes de dejarse liderar por los demás o por las costumbres de la sociedad; a todas las personas inquietas y curiosas que optan por crecer y evolucionar más allá de las murallas que, a menudo, nos marca el camino en que nos encontramos; a todos los que están convencidos de que el mejor tributo que podemos ofrecer a nuestra existencia es experimentar al máximo todo lo que vamos viviendo cada día; a todos los que no se resignan a hacer solo lo que se les supone porque son conscientes de que hay muchos espacios interiores y exteriores que vale la pena explorar.

Está escrito desde el punto de vista de uno de tantos. Una persona cualquiera que no tuvo el suficiente talento para ser un deportista de élite, que no fue lo bastante listo para destacar en los estudios, que no triunfó como ejecutivo, que no pudo hacerse millonario con los negocios y que, en definitiva, no era especial en sentido alguno. Pero también una persona que tenía muy claro que el hecho de ser solo normal no debía suponer un impedimento para llevar una vida intensa e interesante, que eso no significaba que debiera conformarse con lo que le venía dado y renunciar a hacer realidad sus sueños, que no debía dejar de desarrollar su camino sin más limitación que su propia actitud.

Aquí encontraréis un mensaje eminentemente vitalista. Unas reflexiones hechas por alguien que está enamorado del hecho de vivir como verbo, por encima de la vida como sustantivo. Porque pensar y conceptualizar la vida es un ejercicio importante, pero no tiene efecto real si no se lleva a la práctica. A fin de cuentas, lo que cuenta realmente para sentirnos vivos y hacer que nuestra existencia adquiera un sentido para nosotros mismos y para los demás o el entorno es la acción o la activación de nuestros pensamientos. Porque en el mundo sobra gente que lo sabe todo acerca de algo determinado, pero no sabe cómo hacerlo o cómo llevarlo a la realidad.

Somos algo más que un pedazo de carne que respira y tiene un ciclo vital determinado que lo lleva a nacer, crecer, reproducirse a veces y, al final, caducar y morir. Los humanos nos diferenciamos del resto de los animales en la capacidad de razonar, aprender, evolucionar y ejercer la libertad de decidir sobre casi cualquier aspecto en

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