1978. El año que marchamos a la guerra

Guillermo Parvex

Fragmento

Contextualización

CONTEXTUALIZACION

Estas páginas tienen como propósito entregar una visión personal de la grave crisis vivida entre Argentina y Chile durante 1978, cuando ambas naciones estuvieron solamente a minutos de trabarse en una guerra total.

De este conflicto ya han pasado cuarenta años y no obstante el grave peligro de un enfrentamiento, la situación —en el caso de Chile— pasó prácticamente inadvertida para el grueso de la población y quienes estuvieron en la primera línea, ya fuesen uniformados profesionales o reservistas convocados secretamente al servicio activo, ya pertenecen casi en su gran mayoría a la tercera edad o han fallecido.

Considero que para las nuevas generaciones es importante conocer lo que realmente sucedió, no para despertar anacrónicos nacionalismos, sino para tener presente la importancia de preservar la paz hasta el último instante.

De estas líneas se podrá inferir la prudencia con que actuaron las autoridades chilenas en este conflicto. Sin embargo, esta actitud fue acompañada por una intensa preparación de todos los medios disponibles —sin alarmar a la población civil— para que las Fuerzas Armadas respondieran de la forma más decidida y enérgica a la inminente agresión.

En ese período dramático fue factible apreciar la gran disposición con que miles de reservistas acogieron el silencioso llamado a reintegrarse a las filas y la generosidad con que asumieron sus puestos, los que debían defender con su vida si ello fuese preciso.

Además, es importante tomar en consideración que esta extrema situación se vivió en plena dictadura, en momentos en que el país estaba absolutamente polarizado, lo que sin embargo no fue motivo para que millares de chilenos que ya habían hecho su servicio militar acudieran a los cuarteles, dejando de lado su pensamiento o ideología, demostrando así que la defensa de Chile estaba por sobre la contingencia nacional, por muy grave que esta fuera.

Mientras cerca de cien mil soldados, marinos, aviadores y carabineros permanecían vigilantes y dispuestos a defender a ultranza nuestro territorio, la inmensa mayoría de los chilenos continuaba realizando su vida en forma normal.

Por esa misma razón, la grave crisis generada en 1978 es prácticamente ignorada por muchos y otros la conocen parcialmente, sin percibir que ese año estuvimos a minutos de entrar a una guerra cuyas trágicas consecuencias estarían fuertemente presentes hasta hoy.

Las vivencias durante ese conflicto, que aquí se reproducen, fueron redactadas en la época a medida que ciertos hechos de alguna relevancia iban sucediendo.

Estas notas podrían aportar una visión de esta cuasi guerra, pero resultaban insuficientes para entregar una mirada más general. Por ello, fueron contextualizadas con la situación general imperante en ambos países durante el año que vivimos en peligro.

La información global del conflicto fue extractada —principalmente— de la prensa chilena y argentina entre marzo y diciembre de 1978, en su gran mayoría de los diarios argentinos Clarín y La Nación y de los chilenos La Tercera y El Mercurio.

Se recurrió también a bibliografía de autores de ambas naciones, entre ellas los libros El Incidente del islote Snipe y el Cuerpo de Defensa de Costa, de Francisco Javier Sánchez Urra; El delirio armado. La guerra que el Papa evitó, de Bruno Pasarelli; Disposición final, de Jorge Rafael Videla; Dejo Constancia, de Martín Balza; La Escuadra en Acción, de Patricia Arancibia Clavel y Esta noche la guerra, de Luis Alfonso Tapia.

Otra fuente importante de información consistió en conversaciones con personal en retiro del Ejército, Armada y Fuerza Aérea, que tuvo activa participación en esta crisis, en distintos niveles.

En el apéndice se inserta una cronología de los principales hitos de la denominada Crisis del Beagle, que en realidad estuvo solamente a instantes de convertirse en un conflicto armado de grandes proporciones que podría haber involucrado hasta cuatro países.

A esta cronología se agregan, por considerarlas de interés, las actas de Puerto Montt —que marcan el inicio del conflicto mismo— y la de Montevideo, que pone término a la época beligerante e hizo posible el inicio de las negociaciones definitivas de paz.

Guillermo Parvex

CAPÍTULO I. Los inicios perceptibles del conflicto

CAPÍTULO I

Los inicios perceptibles del conflicto

Los Presidentes de Argentina y Chile, Jorge Rafael Videla y Augusto Pinochet, durante la cita en Plumerillo, Mendoza, en enero de 1978 (Foto dominio público)

Conciencia de crisis

El 19 de enero de 1978, aprovechando las vacaciones de verano, tres compañeros de universidad estábamos de excursión en el Cajón del Maipo. Uno de ellos llevaba una radio transistor y en la noche —junto a la fogata— la encendió para escuchar algo de música. Sin embargo, la única estación que pudimos captar fue Radio Minería y justo en esos instantes estaba comenzando su tradicional noticiario nocturno, llamado El Correo de

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