Mirando el cuadro «Sol de la tarde», Juan Ramón Jiménez dijo que se sentía como en una ventana que se abre al mediodía: «Yo experimento ante la pintura de este levantino alegre esa emoción sin pensamiento, muda, sorda, plena, de una tarde de campo». Joaquín Sorolla Bastida vivió el desenfreno de la Belle Époque, el Madrid de las tertulias y zarzuelas, y las tribulaciones de la generación del 98, que criticó la «alegría de vivir» de sus cuadros. En este 2023 se cumplen 160 años de su nacimiento (en Valencia, el 27 de febrero) y 100 de su muerte (en Cercedilla, Madrid, el 10 de agosto), efemérides que colocan la obra del valenciano bajo el foco de la actualidad. Y no solo su obra: el libro «Cómo cambiar tu vida con Sorolla» (Lumen), de César Suárez, nos acerca a la desconocida vida del prolífico pintor: requerido por las élites sociales e intelectuales de Europa y América como uno de los grandes artistas de su época, habitó el fascinante mundo de finales del siglo XIX e inicios del XX, con el desarrollo de la modernidad y la llegada de los grandes inventos. Entre ellos la fotografía, cuya irrupción en la vida del pintor queda reflejada en las siguientes líneas extraídas de la biografía firmada por Suárez, un relato maravilloso en el que se dan cita Antonio García Peris y Clotilde García del Castillo, suegro y esposa del pintor, así como Valle-Inclán, Baudelaire, Monet o Gauguin.