Cuando murió a finales de 2021, Joan Didion era una de las referentes más veneradas y admiradas por varias generaciones de escritoras. Gran cronista de la contracultura norteamericana, sofisticada estilista en las aguas de la no ficción, capaz de diseccionar con lucidez y agudeza territorios como California, Nueva York, El Salvador, la Miami cubana, sistemas como el de la Justicia, el estrellato y la familia, la publicación de «El año del pensamiento mágico» (2005) y de «Noches azules» (2011), sobre las muertes de su marido y de su hija, la puso –una vez más— en perfecta sintonía con la sensibilidad de la época. Las despedidas en todo el mundo literario fueron una muestra de lo que esa combinación de rigor periodístico e intimidad supieron generar. De todas ellas, quizá la más brillante e irreverente haya sido la despedida de Zadie Smith publicada originalmente en «The New Yorker». ¿Por qué? Porque lo hace a la mejor manera de Didion: auscultando el reverso de sus frases, sus palabras, sus sentencias y su impenitente ironía.