ÍNDICE
Portadilla
Índice
Proyecto de biografías Españoles eminentes
Dedicatoria
Prólogo
El vasco de Loyola
Nacimiento de Íñigo
Con armas y letras
Entre lo medieval y lo moderno
En la escuela de un fiel contador
Los primeros amores
La Beata entra en juego
Primera experiencia de prisión vestido de oñacino
El misterio de un asesinato
En la escuela de un gran soldado
La enfermedad maldita
Aventuras y desventuras de un soldado
Donde el orgullo quedó humillado
El desvalimiento
Conversión o avance hacia el alumbradismo
La tentación del alumbradismo
Nueva vida «alumbrada»
De camino a Montserrat
Abriendo el corazón en Manresa
Conquistar Roma para quedarse en Jerusalén
Dos peregrinos, el de Tierra Santa y el de España
El sueño de Jerusalén
Aproximación a la formación universitaria
La verdadera peregrinación castellana (Alcalá, Valladolid y Salamanca)
En la Universidad de París, influjos culturales
Comenzar y recomenzar
Gana amigos y compañeros
Nace la Compañía de Jesús
Retorno a España y actividad en Italia
Vuelta a casa para recomponer su imagen
Busca en Italia un lugar para él y los suyos
En la encrucijada de la reforma católica y la protestante
La solución: mirar a Roma
Configuración de la Compañía de Jesús
Actividades apostólicas de alto riesgo
La «persecución»
Primera misa y aprobación condicionada de la Compañía
De la mano de una hija de Carlos V
Nacimiento oficial de la Compañía de Jesús
Los hombres y las mujeres de Ignacio
Lo primero: establecer buenas comunicaciones
Nuevas incorporaciones de jesuitas
Las mujeres
Apostolado en Roma
Hacia la aprobación definitiva
Ejercicios Espirituales
Frente a la Inquisición
El duque de Gandía, Francisco de Borja
Los secretarios Juan Alonso de Polanco y Pedro de Ribadeneira
Pedro Ortiz y Miguel de Torres, amigos incondicionales
Melchor Cano y Juan Martínez Silíceo, los enemigos
Vuelta al sueño de Jerusalén
Éxitos y fracasos
Despliegue de la Compañía
Regreso a los orígenes familiares
Desposeído del gobierno de la Compañía y hundimiento
Enfermedades y muerte
Epílogo: la eminencia de Ignacio
Bibliografía
Cronología
Notas
Índice analítico
Imágenes
Lista de imágenes
Sobre el autor
Créditos
Grupo Santillana
PROYECTO DE BIOGRAFÍAS ESPAÑOLES EMINENTES
Cuando, hace unos años, puso en marcha el proyecto Españoles eminentes, la Fundación Juan March perseguía tres objetivos.
Habiendo observado que las biografías no han alcanzado en la historiografía española la maestría que es notoria en otros países, donde muchos son los aficionados a su lectura y abundante la oferta editorial, se pensó que podía contribuir al desarrollo patrio del género el encargo de varias de ellas a especialistas en el periodo histórico de que se tratara. Para el cumplimiento de ese objetivo era importante que el formato de la biografía respondiera a las expectativas de un lector culto no académico. En este sentido, la biografía sigue una secuencia cronológica desde el nacimiento hasta el fallecimiento de la persona estudiada y, en lo que se refiere al contenido, la ambición ha sido ofrecer una semblanza interesante, individualizada y realista del curso de su vida proporcionando al lector los resultados sintetizados de la última investigación más que cada uno de los detalles eruditos de ésta, sobre los que, con todo, ofrece orientaciones un capítulo específico dedicado a la bibliografía comentada.
En segundo lugar, parece extraño que, con la excepción de reyes y políticos, muchos de los españoles de méritos más sobresalientes carezcan todavía hoy, en el siglo XXI, de una auténtica biografía moderna que dé a conocer los hechos de su vida y sobre todo los rasgos que han elevado su figura a la excelencia que hoy con carácter general se les reconoce. El segundo objetivo del proyecto era, en consecuencia, cubrir esa laguna, siquiera parcialmente, escogiendo para ello un pequeño pero representativo grupo de españoles eminentes cuya biografía estaba todavía por hacer o que, por cualquier motivo, se juzgaba insuficiente. La obra encargada debía responder a la cuestión de por qué el hombre objeto de la biografía es eminente y si, a juicio de su autor, éste sigue siendo acreedor a este título en nuestros días, con el cambio de perspectiva que acompaña al paso del tiempo.
Durante siglos la historiografía explicó el devenir de un pueblo como una sucesión de hechos políticos, centrados en las decisiones diplomáticas y militares tomadas por los monarcas y sus consejeros. Durante el siglo XX, en cambio, disfrutó de amplia aceptación una forma distinta de escribir historia, una que, omitiendo la intervención de actores personales, pone el acento en el análisis de estructuras económicas y demográficas de la sociedad o en la descripción de las condiciones geográficas y climáticas del territorio. Son conocidos los grandes frutos que esta historiografía estructuralista ha producido en la última centuria, pero muchos son los signos de que esta fuente, antes tan copiosa, ha quedado enteramente exhausta y de que conviene ahora ensayar una aproximación a los hechos del pasado que tome en consideración la influencia de determinadas individualidades y de sus comportamientos paradigmáticos, ejemplares, eminentes, en la configuración de una tradición cultural colectiva. Se trataría de recuperar la perspectiva del ethos personal en la explicación histórica, pero distanciándose al mismo tiempo de la antigua narración política, diplomática o militar, hecha de genealogías,