Índice
Portadilla
Indice
Dedicatoria
Citas
Un paso al costado
Mapas del lago Baikal
Febrero. El bosque
Marzo. El tiempo
Abril. El lago
Mayo. Los animales
Junio. Los llantos
Julio. La paz
Agradecimientos
Sobre el autor
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Créditos
A Arnaud Humann
«Pues yo pertenezco a los bosques y a la soledad.»
KNUT HAMSUN, Pan
«La libertad sigue existiendo. Basta con pagar su precio.»
HENRY DE MONTHERLANT, Carnets 1957
Un paso al costado
Me había prometido vivir como ermitaño en el fondo de los bosques, antes de cumplir los cuarenta años.
Me instalé durante seis meses en una cabaña siberiana a orillas del lago Baikal, en la punta del cabo de los Cedros del Norte. Tenía el pueblo más cercano a ciento veinte kilómetros, ningún vecino, ni rutas de acceso; a veces, una visita. En invierno, temperaturas de treinta grados bajo cero, en verano osos en la ribera. En resumen, el paraíso.
Llevé libros, puros y vodka. El resto —el espacio, el silencio y la soledad— ya estaba allí. En ese desierto me inventé una vida sobria y bella, viví una existencia reducida a gestos simples, miré los días pasar, frente al lago y al bosque. Corté leña, pesqué la cena, leí mucho, subí a las montañas y bebí vodka, mirando por la ventana. La cabaña era un puesto de observación ideal para captar los estremecimientos de la naturaleza.
Conocí el invierno y la primavera, la felicidad, la desesperación, y, finalmente la paz.
En el fondo de la taiga, sufrí una metamorfosis. La inmovilidad me dio lo que ya no me daba el viaje. El genio del lugar me ayudó a domesticar el tiempo. Mi retiro se volvió el laboratorio de esas transformaciones. Todos los días consigné mis pensamientos en un cuaderno. Ese diario de ermitaño es lo que tenéis en las manos.
S. T.