César y Cleopatra

Philipp Vandenberg

Fragmento

Creditos

Título original: Cäsar und Kleopatra

Traducción: María Antonieta Gregor

1.ª edición: enero, 2014

© 2014 by Verlaggsgruppe LübbeGmbH&Co. KG, Bergisch Gladbach

© Ediciones B, S. A., 2014

Consell de Cent, 425-427 - 08009 Barcelona (España)

www.edicionesb.com

Depósito Legal: B. 29.283-2013

ISBN DIGITAL: 978-84-9019-712-7

Maquetación ebook: Caurina.com

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Contenido

Contenido

Portadilla

Créditos

 

PRIMERA PARTE

CAPÍTULO UNO

CAPÍTULO DOS

CAPÍTULO TRES

CAPÍTULO CUATRO

SEGUNDA PARTE

CAPÍTULO UNO

CAPÍTULO DOS

CAPÍTULO TRES

CAPÍTULO CUATRO

CAPÍTULO CINCO

TERCERA PARTE

CAPÍTULO UNO

CAPÍTULO DOS

CAPÍTULO TRES

CAPÍTULO CUATRO

NOTAS

Primera parte

Segunda parte

Tercera parte

MAGISTRATURAS Y TÍTULOS EN LA ANTIGUA ROMA

TABLA CRONOLÓGICA

Cuadro genealógico de la dinastía Julia-Claudia

Cuadro genealógico de la dinastía Julia-Claudia

Los antepasados de Cleopatra

La batalla de Accio

El imperio romano

El imperio romano

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PRIMERA PARTE

César

Eres en verdad un universo, oh Roma,

pero sin el amor, el mundo no sería mundo,

Roma tampoco sería Roma.

Johann Wolfgang von Goethe, Elegías

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CAPÍTULO UNO

Roma es el polvo de Cartago, el centelleante mármol de Atenas, la opresiva estrechez de Esparta y la infinita anchura de Babilonia. En ella vemos a la Tebas de las cien puertas, a la Corinto amoral, a los cíclopes de Troya y a las incontables almenas de Jerusalén. Se encuentran aquí industriosos efesios, cultos alejandrinos, ociosos de Antioquía y delfianos mojigatos, prostitutas que estampan su huella en el polvo de la calle, silenciosos filósofos y ricachones jactanciosos rodeados por un ejército de esclavos, mendigos harapientos, oradores encaramados en dorados podios y masas en el barro. Se ven cortesanas transportadas en literas y esclavos semidesnudos, gladiadores, llorosas y caras sicofantes, calumniadores profesionales y nomencladores que susurran al oído de su amo el nombre del que viene a su encuentro. Roma, un intrincado laberinto de calles y callejuelas estrechas inaccesibles a los carruajes, con tabernas en cada esquina y comidas baratas, como las cantineras, en su mayoría malolientes. Desde los pisos superiores de las torres habitacionales, adosadas sin orden ni concierto y ventiladas por pe

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