Digitalízate ¿Por dónde empezar?

Eduardo Torres Llosa V.

Fragmento

digitalizate




PRÓLOGO

Eduardo Torres Llosa V. ha escrito un libro para nuestros tiempos. El confinamiento obligado y el distanciamiento social han acelerado tendencias de transformación digital que ya venían de antes y que Eduardo, desde su papel privilegiado como CEO de BBVA Continental, ha estado observando por un buen tiempo.

Esta aceleración de tendencias previas, por lo demás común en tiempos de crisis, implica naturalmente que no vamos a regresar a nuestra «vieja normalidad». Claramente, no lo haremos en los meses próximos, mientras la pandemia sea una amenaza para nuestro país (y el mundo). Pero, incluso cuando la superemos, tendremos muy probablemente una «nueva normalidad».

Es casi imposible pronosticar cómo lucirá exactamente esta nueva normalidad. Hay demasiada incertidumbre y muchas cosas que no sabemos. Tal vez implicará una transformación digital acelerada y más teletrabajo y educación online. También, quizá, menos globalización y más proteccionismo y tribalismo. Y, lamentablemente, muchos riesgos para un país tan dual y precario como el nuestro.

Eduardo resalta que la transformación digital no debe ser entendida solo como una cuestión de menor o mayor uso de herramientas digitales, sino, fundamentalmente, de saber utilizarlas para propiciar nuevas formas de trabajo más agiles, interactivas y colaborativas. Esto, que era importante antes, ahora resuena mucho más. Se ha vuelto, casi literalmente, de vida o muerte.

La capacidad de adaptarse y hacer cambios ante la nueva normalidad va a determinar el éxito de las instituciones —y, ciertamente, también de las personas—. Va a requerir además romper la tan humana inercia a hacer lo mismo de siempre, aunque ya no funcione, y que con tanta frecuencia nos lleva a pensar de manera lineal —hacer grandes diagnósticos que luego deban ser implementados— o a buscar cambios tan monumentales que terminan siendo paralizantes.

Pero adaptarse no siempre es fácil, y las razones casi siempre son múltiples.

Por ejemplo, nos habían dicho que muchas empresas no se adaptan y siguen haciendo lo que las hizo exitosas hasta que aparece un innovador disruptivo. Y que la razón principal de esto es que eran mastodontes carentes de la agilidad necesaria para adaptarse, con líderes que no se dieron cuenta de los nuevos retos y oportunidades. Xerox, Kodak y Blockbuster son casos paradigmáticos.

Pero, como siempre, la realidad es mucho más compleja que las explicaciones simplistas. No es que sus líderes no hayan visto lo que el resto del mundo sí vio, sino que, a veces, no lograron doblegar la resistencia interna de aquellos que pierden ante los cambios. En otros casos, el modelo de negocios simplemente ya no era viable.

Eduardo dedica una buena parte del libro a explicar cómo logró adaptarse a las circunstancias particulares que enfrentó. Pero evita la grandilocuencia o las recetas de manual. En lugar de ello, nos cuenta qué funcionó. Por ejemplo, se dio cuenta de que la data es un tema de poder y que los proyectos fracasan porque las áreas no quieren perder control. Por ello, en lugar de hacer que el puesto de chief data officer reportara a customer solutions, hizo que le reportara directamente a él. Para que todos entendieran la importancia y la transversalidad del encargo. Esto es «pragmatismo 101».

Y este es un mensaje crucial: los contextos y las circunstancias importan. Lo que funciona en un lugar o momento, puede no funcionar en otros. Lo esencial es desarrollar la herramienta para aprender. No solo resolver problemas, sino aprender a resolverlos. Y aprender a aprender. Vamos a necesitar ajustarnos y adaptarnos a medida que avanzamos.

No sabemos exactamente qué funcionará en los próximos años. Parece, por ejemplo, que el teletrabajo será más común en el futuro. Muchas empresas ya están pensando incluso en deshacerse de su real estate. Pero uno de los potenciales retos es si el teletrabajo y la inevitable disminución de la interacción personal reducirán las posibilidades de innovación colaborativa que están en el corazón de las formas de trabajo más ágiles.

Eduardo ha escrito un libro dedicado en teoría para los CEO. Pero, a medida que avanzaba en su lectura, me parecía que su relevancia y su campo de acción pueden (y deben) ser incluso mayores.

Pensemos en el Perú. Vamos a tener en 2020 una de las mayores recesiones de nuestra historia republicana. Nuestros problemas estructurales nos están pasando factura. No ha bastado nuestra fortaleza macroeconómica de primer mundo.

Si queremos retomar el crecimiento y generar el entorno apropiado para que nuestras empresas —grandes y pequeñas— florezcan, el Perú va a tener también que reinventarse. Cosas que nos parecían normales, e incluso tolerables, como el paupérrimo estado de nuestro sistema de salud, el irrespeto de nuestro sector informal a los estándares —sanitarios, de seguridad, ambientales—, la situación del transporte público, el dualismo económico/productivo, etc., en realidad no lo son.

El Estado ha fallado, ciertamente. Es lo opuesto a lo ágil y cuenta con todas las características de una organización anquilosada multiplicadas por diez: trabaja en silos, es top-down, tiene limitada cooperación entre entidades públicas o con el sector privado. Carece de reflejos para corregir lo que no funciona. Y, por supuesto, de velocidad. Pero, en buena medida, también han fallado el sector privado y la sociedad.

Así como las crisis a menudo aceleran tendencias que ya estaban en marcha, también pueden generar oportunidades cuando se forjan consensos para hacer cambios más radicales y disruptivos. Esto puede ocurrir, por ejemplo, con las transferencias a los grupos más vulnerables. Hemos visto cómo el solo pago de los bonos sociales generó aglomeraciones que contribuyeron a la propagación de la pandemia. En la medida en que estas necesidades continuarán en el futuro inmediato, debemos ser capaces de lograr que tanto los pagos como el uso de este dinero por los beneficiarios se realicen de manera digital.

No caigamos en el facilismo de intentar regresar a lo anterior. El business as usual no será posible. Pero tampoco subestimemos las dificultades. El Perú del otro lado de la pandemia nos va a encontrar con muchos problemas. La única manera de salir adelante y enrumbarnos en un proceso de desarrollo es con una colaboración público-privada que combine la capacidad de generar normas y la espalda financiera del Estado con la disciplina y el emprendimiento del sector privado. Las mejoras serán incrementales tal vez. Pero, sumadas (y sumados), podemos lograr algo importante. Digitalízate ¿Por dónde empezar? nos puede inspirar y dar muchas ideas para ello.

Piero Ghezzi

Exministro de la Producción





INTRODUCCIÓN

Si estás leyendo este libro es porque estás convencido de la necesidad de actuar frente a los profundos cambios tecnológicos que ocurren en la actualidad. No eres el único. Dos terceras partes de los CEO en el mundo reconocen el peligro de ser demasiado lentos y engorrosos en una era vertiginosa1. El 84 % de ellos afirma estar transformando sus equipos de líderes para fortalecer la resiliencia

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