Historia de un éxito: Mercadona

Javier Alfonso

Fragmento

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Prólogo

«Los empresarios que crean riqueza y empleo son más relevantes para la historia que muchos políticos y muchos generales.» Cuando apunté la frase de John D. Rockefeller en una conferencia que dio Emilio Cuatrecasas me vino a la mente Juan Roig Alfonso, quien lleva camino de pasar a la historia de la Comunidad Valenciana como la figura más relevante del final del siglo XX y principios del XXI. Poco después, recibí la propuesta de escribir un libro sobre Mercadona, una empresa familiar que me ha fascinado desde que en 1992 empecé a informar sobre ella, una compañía de supermercados cuyo líder huía de los focos y hacía cosas tan infrecuentes como prescindir de las ofertas o hacer fijos, de golpe, a sus decenas de miles de trabajadores.

El primer encuentro personal que tuve con Juan Roig, en los albores del siglo XXI, se produjo en su oficina, que resultó ser una furgoneta acondicionada como sala de reuniones en la que despachaba con su núcleo duro mientras viajaba de supermercado en supermercado. Allí esperaba a ser entrevistado para el diario Cinco Días un Juan Roig encantado de sorprender a su invitado. Lo acompañaban varios asesores de prensa y todo su equipo directivo, cuya presencia no ayudaba a crear el clima de confianza que las entrevistas requieren. En aquella furgoneta encontré a un líder amable pero seco y directo en las respuestas, sin pelos en la lengua, que trataba de superar la incomodidad que le producía una situación a la que no estaba acostumbrado. El presidente de Mercadona estaba asumiendo su rol como empresario de referencia dentro y fuera de la Comunidad Valenciana, dejando atrás la etapa de liderazgo en la sombra que había pretendido llevar a cabo, a la manera de Isidoro Álvarez o de Amancio Ortega. Hoy Juan Roig sigue siendo seco y directo, no le han crecido pelos en la lengua y ha aprendido a desenvolverse ante los focos. Su empresa es noticia, pero él lo es aún más, convertido en líder empresarial y gurú de la economía.

Acepté la propuesta de redactar este libro pensando que sería un trabajo sencillo gracias a mi experiencia de más de veinte años escribiendo sobre Mercadona, pero pronto me di cuenta de que era una tarea inacabable. La historia de Juan Roig, sin la que no se entendería su obra maestra, y la de su empresa caleidoscópica iban a suponerme muchas horas de estudio, de entrevistas, de esfuerzo de síntesis y de cierta frustración por no poder abarcarlo todo. Muchas cosas quedan fuera en aras de una lectura sencilla, entre ellas las cifras, que son de sobra conocidas y ampliamente accesibles. Baste decir que hablamos de una compañía que tiene 74.000 trabajadores, y que en 2013 registró unas ventas de 18.034 millones de euros y un beneficio de 515 millones.

Lo que el lector va a encontrar en las páginas siguientes es una explicación del fenómeno Mercadona alejada de estudios teóricos, que los hay muy buenos en universidades de todo el mundo, con una primera parte sobre la vida de Juan Roig, su entrada en Mercadona y sus primeros años al frente de la misma hasta que introdujo el denominado «modelo de Gestión de Calidad Total» que catapultó a la empresa al liderato. La segunda parte del libro adopta la estructura de los cinco componentes de los que tanto habla Juan Roig, a saber: «jefe», trabajador, proveedor, sociedad y capital, pero no para explicar el modelo en sí, que también está analizado con profusión, sino para contar los secretos del coloso y de su líder desde todos los ángulos.

El lector avispado no habrá pasado por alto que el segundo apellido del presidente de Mercadona es el mismo que el primero del autor de este libro y se preguntará si tenemos algún parentesco. Lo tenemos, si bien lejano: un bisabuelo suyo fue tatarabuelo mío, en el siglo XIX, pero su árbol genealógico era tan frondoso que resulta imposible conocer todas sus ramas. En otras palabras, conozco a Juan Roig por ser quien es y él me conoce porque escribo sobre Mercadona, pero no mantenemos una relación familiar.

Para terminar, quiero agradecer a mis hijos el sacrificio de tantos fines de semana sin padre; a mi esposa, su apoyo permanente y la primera revisión crítica de la obra; a mi editor, la oportunidad de este reto apasionante, y a todas las personas que han aportado su testimonio quiero reconocerles su contribución y reiterarles mi agradecimiento, con la esperanza de que encuentren aquí la mayoría de sus confidencias.

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PRIMERA PARTE

Los orígenes

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