Las 4 disciplinas de la ejecución

Sean Covey
Chris McChesney
Jim Huling

Fragmento

 Las 4 Disciplinas de la Ejecución

Índice

Las 4 Disciplinas de la Ejecución

Prólogo a la edición española

Prólogo

Estrategia y ejecución

Una carta

El verdadero problema de la ejecución

PRIMERA PARTE. Las 4 Disciplinas de la Ejecución

• Disciplina 1: Centrarse en lo Estratégicamente Importante

• Disciplina 2: Actuar sobre Indicadores Predictivos

• Disciplina 3: Mantener un Cuadro de Mando Convincente

• Disciplina 4: Crear una Cadencia de Rendición de Cuentas

SEGUNDA PARTE. Cómo aplicar las 4DX en su equipo

• ¿Qué puede esperar?

• Aplicando la Disciplina 1: Centrarse en lo Estratégicamente Importante

• Aplicando la Disciplina 2: Actuar sobre Indicadores Predictivos

• Aplicando la Disciplina 3: Mantener un Cuadro de Mando Convincente

• Aplicando la Disciplina 4: Crear una Cadencia de Rendición de Cuentas

• Automatizar las 4DX

TERCERA PARTE. Cómo aplicar las 4DX en su organización

• Las mejores prácticas de los mejores

• Alinear la organización a los Principales Objetivos Estratégicos

• Desplegando las 4DX en su organización

Preguntas frecuentes sobre las 4DX

Llevar las 4DX a casa

¿Y ahora qué?

Conclusiones

Glosario

Agradecimientos

Sobre este libro

Sobre los autores

Créditos

Notas

cap

A ti, Jim Stuart, amigo, compañero y el inspirador de este texto,

por tu inteligencia, visión y entrega ante la ejecución.

Dios te bendiga en tu nuevo camino.

imagen

1946-2006

cap-1

 

Prólogo a la edición española

El 70 % de los fracasos estratégicos se deben a una mala ejecución... Raramente se producen por falta de inteligencia o visión.

RAM CHARAN,

Ejecución: La disciplina

para conseguir resultados

¿Cuántos directivos diría usted que realmente saben institucionalizar con éxito la claridad de sus objetivos y desplegar un proceso de ejecución que garantice la consecución de los resultados estratégicos? Ejecutar los objetivos estratégicos, aquellos de cuya consecución depende la sostenibilidad del negocio, el liderazgo en el mercado o la ventaja competitiva es el mayor desafío al que se enfrentan hoy en día organizaciones y directivos tanto en España como en Europa.

FranklinCovey ha estudiado el proceso de la ejecución durante los últimos quince años analizando miles de equipos y cientos de organizaciones. ¿Se han preguntado alguna vez por qué resulta tan difícil poner en práctica estrategias cuidadosamente diseñadas que, al menos sobre el papel, parecen efectivas e innovadoras?

La ejecución se desmorona a causa del conflicto entre el enorme esfuerzo requerido para mantener la organización en funcionamiento (el «trabajo diario», o lo que en FranklinCovey llamamos el «torbellino») y el que se requiere para alcanzar los objetivos que la proyectan hacia nuevos escenarios estratégicos. Si bien ambas fuerzas son necesarias, no funcionan de la misma manera, y además no se llevan bien. La primera tiene que ver con lo rutinario, con nuestra «zona de confort». La segunda está relacionada con la incertidumbre y el cambio. Torbellino y estrategia compiten por el tiempo, la energía y la atención de las personas. Piense en los objetivos o estrategias que ha visto morir. ¿Cómo lo hicieron? ¿Se estrellaron con un gran estruendo o murieron en silencio, sofocadas por el «torbellino»?

El desafío de la ejecución real no reside en ejecutar un objetivo o determinado KPI (Key Performance Indicator, indicador clave), sino en la puesta en marcha de una meta estratégica ¡en medio del torbellino! Lo que hace que este desafío de la ejecución sea aún más difícil está asociado a cuatro hechos clave que la mayoría de las empresas comparten: 1) no conocen las prioridades organizativas; 2) no están motivadas o comprometidas con su consecución; 3) no dedican tiempo a dichas prioridades, y 4) no saben qué hacer para alcanzarlas.

Superar estas barreras no es fácil. Al contrario. Si bien hoy en día la mayoría de los empleados tienen a su disposición niveles suficientes de autonomía, talento y tecnología, muy pocos saben cómo navegar a través de todas las prioridades que se les asignan, para ejecutar con éxito sus objetivos estratégicos clave. Así pues, alinear a directivos y mandos de una organización, así como a sus equipos de trabajo, con los Principales Objetivos Estratégicos (POEs), es el reto más importante de cualquier organización.

Recuerdo una reunión con el Comité Ejecutivo de una filial de un importante grupo asegurador español donde presenté el modelo de Las 4 Disciplinas de la Ejecución. Les pareció que este era fruto del sentido común e intentaron implantarlo a su manera sin el rigor que se requiere o la suficiente convicción del equipo directivo. Como lo trataron como «otra iniciativa más», me consta que siguen luchando en el torbellino intentando mejorar sus indicadores históricos mientras consumen una cantidad ingente de energía y sin conseguir realmente sostenibilidad en sus resultados.

En otra ocasión tuve una conversación con el director general de una multinacional europea que había invertido mucho tiempo y una importante suma de dinero en el desarrollo de las habilidades de sus directivos pero que, a pesar de todo, aún no conseguía que remaran en la misma dirección. Le expliqué el modelo de Las 4 Disciplinas de la Ejecución y me respondió: «¡Es que todo eso ya lo hacemos!». Sin embargo, cuando empezamos a profundizar, acabó descubriendo que realmente no compartían un objetivo común y que la rendición de cuentas se basaba más en la resolución de problemas del día a día que en centrarse en lo que realmente era estratégico. A diferencia de lo que él pensaba, no había conseguido crear una cultura orientada a la ejecución de lo que es estratégicamente importante.

Entonces la cuestión clave es: ¿Se puede crear una cultura de ejecución? Peter Drucker decía que «la cultura se come a la estrategia para desayunar». Con esto se refería a la resistencia que oponen nuestros hábitos diar

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