Orgullo enfermero

Enfermera Saturada

Fragmento

cap-2

1

EL ULTIMO PACIENTE

«Hemos vencido al virus y controlado la pandemia»

«No me lo puedo creer. Parece que por fin se ha terminado todo». Esas fueron las palabras que, el 30 de mayo de 2020, escribí en el grupo de WhatsApp de mi planta del hospital.

Enfermeras, técnicos, médicos, celadores…, todos nos sentíamos embriagados por una extraña sensación de victoria. Extraña porque habíamos perdido demasiadas vidas humanas hasta llegar ahí, nunca habíamos tenido una mortalidad tan alta y eso, de un modo u otro, nos había afectado a todos, pero sentíamos que aquella pesadilla se había terminado. Llevábamos más de dos meses sin tan siquiera poder imaginar el final, sin saber cuándo, con qué tratamiento o de qué forma conseguiríamos derrotar a un virus que no daba tregua en su empeño por contagiar a una persona detrás de otra.

Ese último día del mes de mayo dimos el alta al único paciente que quedaba aún ingresado en la Unidad de Cuidados Intensivos COVID del hospital, y a todo el personal de la unidad nos invadió la misma sensación de felicidad y de esperanza. Por última vez, nos colocamos a ambos lados del pasillo de salida y aplaudimos más fuerte que nunca mientras él abandonaba por fin la UCI sobre una silla de ruedas que empujaba un celador para trasladarle a planta. Solo nos faltaba una melodía sonando de fondo para que aquella alta tan celebrada se convirtiese en la escena de un musical al más puro estilo La La Land, con enfermeras dando palmas y saltando sobre las camas, celadores haciendo percusión con los cubos de plástico donde guardábamos los EPI y auxiliares a los coros.

Creíamos haber ganado la guerra, pero lo único que habíamos superado en realidad era la primera de varias batallas que vendrían… Pero, claro, eso aún era demasiado pronto para saberlo. El verano estaba a punto de comenzar y, con él, una nueva vida en la que hasta el mismísimo presidente del Gobierno animaba a los españoles a viajar, a disfrutar de nuestras costas, a reencontrarse con los amigos… En definitiva, a gastar dinero porque había que reactivar la economía como fuese, y porque, según sus palabras en un pleno en el Congreso de los Diputados, «hemos vencido al virus y controlado la pandemia». Estas declaraciones sorprendieron a unos y agradaron a una mayoría que ansiaba recuperar del todo su vida anterior al virus.

Los días siguientes a esa alta los dedicamos a desinfectar a conciencia la unidad. Desde las paredes hasta los monitores y las bombas, sin olvidar cada paquete de gasas y cada jeringuilla. Nada podía quedar sin limpiar en la que había sido íntegramente y durante meses una zona COVID a rebosar de pacientes con cargas virales muy altas. No podíamos arriesgarnos a que unos cables de un monitor o un cabecero de una cama mal desinfectados originasen un brote dentro del hospital. Estábamos ansiosas por recibir a nuevos pacientes sin coronavirus y todo el personal colaboró al máximo en aquella tarea de desinfección.

Necesitábamos recuperar el ritmo previo a la pandemia, igual de frenético, pero sin ese miedo constante al contagio y sin tener que vernos obligados a hacer una enfermería de guerra. Pudiendo acercarnos tranquilamente a nuestros pacientes como siempre habíamos hecho, hablando con ellos sin tener que estar bajo un mono de protección y con una pantalla de plástico de por medio, mostrando esa cercanía y ese trato humano que nos caracteriza pero que la pandemia nos había arrebatado casi por completo. Tan solo las mascarillas y los frascos de espráis llenos de solución desinfectante colocados sobre cada box permanecían como testigos silenciosos de lo que había sucedido entre aquellas paredes semanas atrás. A quienes lo habíamos vivido todavía nos costaba hablar del tema.

Como la situación había mejorado, la supervisora nos permitió cogernos algunos días de vacaciones. Hasta ese momento no teníamos nada claro si ese año podríamos disfrutar del verano o no, aunque os puedo asegurar que todos los sanitarios lo necesitábamos más que nunca después de todo aquello. Nos dijo que no tendríamos tantos días de descanso como en años anteriores en previsión de que la situación volviese a complicarse en el hospital, pero yo solo deseaba salir de Madrid aunque fuese una semana.

GRUPO UCI HOSPITAL 2 DE MAYO

Supervisora UCI 2deMayo

A ver, os cuento que acabo de salir de una reunión. Como estáis viendo en la UCI estamos mucho mejor y hace unos días se le dio el alta al último paciente COVID

13:55

Blanca UCI COVID

Es increíble volver a estar así. Con nuestros infartos, nuestros accidentes y nuestros crónicos descompensados de siempre

13:56

Susana (Academia opos)

Y poder hablar con ellos tranquilamente!!

13:56

Y qué me decís de volver a ver bien? Sin tener que estar buscando el hueco sin empañar de las gafas para poder pinchar… De tanto ver siempre borroso ya no sabía si tenía cataratas o me había aumentado la miopía aún más!!

13:57 imagen

Supervisora UCI 2deMayo

Tranquilidad, dejadme que os cuente. A día de hoy solo hay tres pacientes positivos ingresados y están en planta, el resto del hospital está recuperando su ritmo normal y en verano van a hacer todas las cirugías urgentes que puedan que aún están en lista de espera, por lo que puede que tengamos bastantes pacientes quirúrgicos

14:00

Blanca UCI COVID

Y de las vacaciones qué se sabe?!!!

14:01

Supervisora UCI 2deMayo

A eso voy, que no me da tiempo a escribir tan rápido. De momento solo vais a poder cogeros una semana, pero si la cosa no empeora se os intentará dar otra semana más en periodo estival. Todo depende de cómo evolucione esto. Dejo un papel en el corcho de la sala y vais anotando vuestras preferencias

14:03

Lo primero que hice fue volver a Galicia a reencontrarme con mi familia. Necesitaba estar con ellos y sentirlos, comprobar por mí misma que de verdad todos estaban bien y a salvo como me decían. Creo que nunca había estado tan contenta de regresar a casa ni había valorado tanto el volver a verlos. Buscamos un sitio seguro y ventilado donde poder organizar una comida, ya se sabe que los gallegos lo celebramos todo comiendo, y tuvimos que aprender una nueva forma de besarnos y abrazarnos sin tocarnos. Una mirada sincera de amor dice mucho, y aquella comida estuvo llena de ellas. Nos reunimos para celebrar la vida, y aquella pequeña comida familiar nos pareció lo más maravilloso del mundo porque nos dimos cuenta de lo que realmente significaba poder estar todos juntos.

No hay verano sin playa, y aunque fuese solo durante un par de días, no pude dejar pasar la oportunidad de pisarla. Siempre he oído que junto al mar los problemas son menores, como si se hiciesen más pequeños o las olas se los fuesen llevando poco a poco, y la verdad es que suele ser cierto. Allí sentada junto a la orilla, en silencio, sintiendo el sol picándome la piel y la brisa en la cara, respirando aire puro, con los labios llenos de sal, los pies enterrados en la arena y el pelo enmarañado. Dicen que cuando estás a punto de morir pasan ante ti un montón de recuerdos, como una selección de tus mejores momentos en tu paso por la vida. Sin duda, en ese «Lo mejor de Satu» estarían este rato junto al mar y aq

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