Por qué los ricos se vuelven más ricos

Robert T. Kiyosaki

Fragmento

Título

Por qué “ir a la escuela” es una idea obsoleta.
¿Qué te enseñan en la escuela acerca del dinero?

CAPITALISMO, COMUNISMO Y EDUCACIÓN

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¿Qué te enseñaron en la escuela acerca del dinero?

La mayoría de la gente responde: “No mucho.” Si acaso aprendieron algo, fue: “Ve a la escuela, consigue un empleo, ahorra dinero, compra una casa, sal de deudas e invierte a largo plazo en el mercado de valores.” Tal vez estos consejos funcionaban de maravilla en la Era industrial, pero ahora que vivimos en la Era de la información, se han vuelto obsoletos.

La globalización implicó el fin de los empleos bien pagados para los obreros. Los empleos se fueron a China, India, México…

La llegada de los robots implicará el fin de los empleos bien pagados para los oficinistas.

La llegada de los robots

Si bien en la actualidad los empleos ya no se están yendo al extranjero, los robots y la inteligencia artificial han comenzado a reemplazar a los trabajadores. Incluso los médicos, los abogados y los contadores con una sólida preparación académica están en la mira de los robots. Adidas acaba de anunciar que va a empezar a manufacturar zapatos deportivos en Alemania y Estados Unidos, en lugar de hacerlo en China o Vietnam. Foxconn, el principal fabricante de Apple, acaba de anunciar que ordenará un millón de robots para reemplazar a tres millones de trabajadores.

Los estudiantes dejan la escuela en todo el mundo; muchos de ellos están sumergidos en una fuerte deuda estudiantil, que es la más onerosa de todas, y para colmo, no encuentran ese empleo mítico que les permita amortizar su deuda.

Los robots, en cambio, no necesitan cheque de nómina ni aumentos de sueldo; trabajan más horas, no necesitan vacaciones, tiempo libre, prestaciones médicas ni planes de jubilación.

Los ahorradores son perdedores

Hace mucho tiempo, en la década de los setenta, una persona con un millón de dólares ahorrado, ganaba 15% de interés, o sea, 150 000 dólares al año. En aquel entonces, una persona podía vivir perfectamente con esta cantidad al año. Hoy en día, un millón te puede dar 1.5% de interés, o sea, 15 000 dólares al año: una cantidad que no tiene nada que ver con lo que se necesita para llevar una vida de millonario. Actualmente, los ahorradores son los grandes perdedores.

Tu casa no es un activo

En 2008 el mercado inmobiliario sufrió un colapso y las hipotecas sobre propiedades alcanzaron un precio mayor al precio de reventa de las propiedades mismas. Fue entonces que aproximadamente 10 millones de propietarios aprendieron, por la experiencia que vivieron en carne propia, que su casa no era un activo.

Las McMansiones que alguna vez fueron el orgullo de la generación baby boomer, ahora son como las casas para perro de los bienes raíces. Los millennials, es decir, los hijos y los nietos de los boomers, no pueden darse el lujo de comprar el “mayor activo” de sus abuelos, y la verdad es que tampoco desean hacerlo.

Conforme los impuestos sobre los bienes raíces van en aumento, los precios de las McMansiones continúan cayendo. En lo que se refiere a hogares, pequeño y eficiente es mejor que desmesurado y ofensivo.

Los precios de las casas también están relacionados con los empleos. Los robots, por ejemplo, no necesitan un hogar porque viven en la oficina las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana.

Feliz cumpleaños

Hace veinte años, el 8 de abril de 1997, publiqué por mi propia cuenta Padre Rico, Padre Pobre. Fue precisamente el día de mi cumpleaños número cincuenta. Lo edité yo solo porque todos los editores que trabajaban en las grandes editoriales eran como mi Padre pobre: académicos con una preparación sólida que no sabían nada de la educación financiera.

Las lecciones de mi Padre rico acerca de la educación financiera contradecían las creencias académicas que tenían los editores respecto al dinero, y creo que todos sabemos lo reconfortantes que pueden ser nuestras creencias aunque sean obsoletas.

Hoy, a veinte años de distancia, las enseñanzas de mi Padre rico respecto al dinero son todavía más reales y perturbadoras que cuando vieron luz por primera vez. Los ahorradores de hoy pierden aún más porque las tasas de interés están cayendo por debajo de cero en muchos países, y porque los robots siguen reemplazando a los trabajadores. A pesar de todo esto, los padres continúan aconsejándoles a sus hijos lo mismo de siempre: “Ve a la escuela, consigue un empleo y ahorra dinero.”

Economía no es lo mismo que educación financiera

Para defenderse y justificar su falta de educación financiera, la gente con inclinaciones académicas suele contestar con arrogancia: “Estudié economía en la escuela”, o “la escuela de mi hijo cuenta con un excelente programa de economía”. Algunos más, a los que les gusta mencionar a gente importante de vez en cuando, te hablarán de economistas famosos como John Maynard Keynes, Milton Friedman, Ludwig von Mises o Friederich Hayek. Las teorías de estos economistas, sin embargo, tal vez significaban algo importante hace cincuenta años, pero actualmente tienen varias grietas y están a punto de desmoronarse.

Filósofos de la economía

En lugar de escuchar a los economistas de la academia, yo prefiero saber qué dijeron dos influyentes filósofos sobre este mismo tema: Karl Marx, autor de El manifiesto comunista, y Ayn Rand, autora de La rebelión de Atlas.

Ayn Rand

Ayn Rand nació en San Petesburgo, Rusia, en 1905, y fue testigo de la Revolución rusa en su adolescencia. Los bolcheviques se apoderaron del negocio de su padre y de todo por lo que había trabajado. En 1926, Rand emigró a la ciudad de Nueva York. Dado que experimentó en carne propia el comunismo y el capitalismo, sus opiniones respecto a ambos sistemas económicos son formidables. Rand criticó a los economistas y a los académicos de occidente que vivían en burbujas teóricas: “Tiene la libertad de evadir la realidad… pero no de eludir el abismo que se niega a ver.”

Se dice que los héroes de Rand se oponen a los “parásitos”, a los “saqueadores” y a los “gorrones” que exigen los beneficios del trabajo de los héroes. Los parásitos, los saqueadores y los gorrones proponen una tasa fiscal alta, mucho trabajo, posesión del gobierno, gasto del gobierno, y planeamiento, regulación y redistribución gubernamental.

Rand describe como saqueadores a los burócratas y a los funcionarios del gobierno que confiscan las ganancias de otros a través de la amenaza implícita de la fuerza, es decir, “a punta de pistola”. Utilizan el poder para arrebatarle sus propiedades a la gente que las “produjo” o las “ganó”.

De acuerdo con la descripción de Rand, l

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