Los paranoicos se salvan

Mario Borghino

Fragmento

Título

1

Los paranoicos

No sólo los más inteligentes sobrevivirán, sino aquellos que tengan la flexibilidad de adaptarse a la nueva realidad.

CHARLES DARWIN

A lo largo de mi carrera profesional les he enseñado a los ejecutivos a enfrentar los cambios y a tomar decisiones con cierto nivel de incertidumbre, teniendo en cuenta que un plan B siempre es necesario por si falla el original. Pero esta vez, ante la aparición del virus conocido como SARS-CoV-2, nos ha tocado vivir un cambio profundo que pocas veces ha experimentado la humanidad y la incertidumbre se ha vuelto extraordinaria.

El nivel de volatilidad es tal que decidí escribir este libro con el objetivo de compartir algunas ideas acerca de cómo controlar lo incontrolable y la incertidumbre desbordada. Hoy tenemos más preguntas que respuestas, más incógnitas que soluciones. Hoy todas las soluciones son válidas porque las variables no controlables son innumerables, pues se han roto los patrones de toma de decisiones con cierto nivel de certidumbre que solíamos tener.

Es predecible que fracases si tomas decisiones con los patrones de pensamiento del pasado, a pesar de que hayas tenido éxito con varios de ellos. Hoy es una garantía de fracaso usar un modelo para un entorno que ya no tiene lugar ni es sostenible porque el paradigma cambió y no lo puedes encuadrar en aquello conocido y exitoso para ti.

Hace un año estuve en Londres invitado por una compañía. Ahí escuche a un directivo decir que las empresas estaban viviendo en un entorno VUCA, siglas en inglés para volatilidad (volatility), incertidumbre (uncertainty), complejidad (complexity) y ambigüedad (ambiguity). Comencé a usar este concepto en mis conferencias. Y en este momento, tiene que ver ya no sólo con el cambio que estaba experimentando Inglaterra con el Brexit, en su separación con el resto de Europa, sino con todas las reglas del juego de lo predecible que cambió la pandemia. Ante esta “nueva realidad” o “nueva normalidad”, el nivel de preocupación es tal que es necesario integrar en tu negocio, en tu trabajo o en tu vida personal, una actitud preventiva, casi paranoica, como el camino más aconsejable.

El nivel de certidumbre es tan bajo y las dificultades potenciales son tan evidentes, que es mejor pensar con mucha anticipación en los problemas por venir. Podrás decir que un paranoico es una persona con un trastorno mental o un trastorno de personalidad, y que aquellos que la padecen sufren de una desconfianza generalizada. Cualquier paranoico a menudo creerá que otras personas o situaciones son sospechosas o malintencionadas. De acuerdo, aun así, creo que aquellos que no estamos enfermos y tenemos suficiente inteligencia, estabilidad emocional y cordura, podemos asumir esta actitud excesivamente preventiva ante un entorno que no podemos controlar ni predecir con certeza.

De modo que te recomiendo instalarte mentalmente en un sitio de posibles amenazas que te ponga en estado de alerta. No me refiero a estados de depresión, angustia y ansiedad, sino a una anticipación racional. Las variables no controlables hoy son infinitas, pero visualizar la situación presente con esta actitud te permitirá ganar tiempo y usar tu inteligencia lógica y cuantitativa. La idea es establecer acciones preventivas como mecanismos de defensa. En caso de que el “escenario paranoico” no suceda, de cualquier forma, estarás fortalecido por la estrategia de protección que construiste. Una actitud preventiva también es una actitud proactiva de solución de problemas. Veamos cómo convertir esta actitud en un método para los negocios.

INTELIGENCIA PREVENTIVA

Durante años he usado el modelo de “análisis de problemas potenciales” en mi trabajo con las empresas. Este instrumento ha sido uno de los más efectivos para evitar que los negocios se destruyan. En este momento necesitas partir de una preocupación generalizada global que nos afecta a todos por igual. Necesitas tomar decisiones distintas, decisiones a las cuales he llamado disruptoras, es decir, que cambien radicalmente las reglas del juego que estabas aplicando hasta hoy.

Debes pensar de forma anticipada en los negocios, en tu empleo y en tu vida social o familiar. Si tu inteligencia usa la paranoia, podrás analizar lógicamente los problemas potenciales. Primero describirás la amenaza a detalle y enseguida definirás acciones de protección para que esos problemas no se vuelvan realidad, y si así ocurre, que te afecten lo menos posible. Cuando piensas con mente paranoica no significa que tus ideas te conducirán a un desastre, sino que haces un esfuerzo por implementar una inteligencia máxima de protección e incursionar en caminos que nunca habías considerado. Pensar de esta manera significa cuestionar el entorno de una forma tan distinta que te conduce a crear un punto de quiebre. Si tú mismo no lo produces, la situación misma podría arrasar con tu realidad, tu negocio, tu empleo o tu estabilidad económica. Mi lema es “piensa mal y te irá bien”.

Si hoy analizas la situación de tu negocio, tal vez llegues a la conclusión de que nacerán nuevos competidores con condiciones comerciales, costos y precios distintos que podrían sacarte de la jugada. Hoy surgirán inteligentes desempleados que no querrán integrarse de nuevo a la transitoriedad de un empleo. Surgirán competidores que jamás te hubieses imaginado. Sin embargo, el punto de inflexión que puede llevarte a una encrucijada es el enorme crecimiento de la tecnología aplicado a los factores de creación de riqueza.

Si no te apuras, otros más ágiles que tú podrán conquistar tu mercado. Estamos viviendo un momento en el cual los latidos del crecimiento tecnológi

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