Bienvenido a su auténtica experiencia india (TM)

Rebecca Roanhorse

Fragmento

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Dispones de un menú de media docena de Experiencias en tu pizarra digital, pero la que más eligen los turistas es Búsqueda de Visión. Sin duda, hace que tu jornada laboral sea más llevadera. Lo único que requiere Búsqueda de Visión es una pizca de chamán místico, un espíritu animal (que suele ser un lobo, aunque las aves rapaces están al alza este año) y algo similar a lo que se siente al consumir peyote. Los turistas siempre terminan la Experiencia sintiéndose espiritualmente transformados. (Nunca has probado el peyote, pero sí que fumaste bastante hierba el año que pasaste en la Universidad Estatal de Arizona. ¿Quién va a notar la diferencia?) En realidad, las búsquedas son muy básicas. No hay otros indios que trabajen en Sedona Sweats y puedan hacerlo mejor. Tus cifras de ventas son sobresalientes. A Theresa, tu esposa, no le gusta el trabajo. Le gusta que trabajes, claro, sobre todo después de la época deprimente que pasaste desempleado hace dos años, cuando estuvo a punto de dejarte, pero este trabajo en particular le parece denigrante.

—Nuestro apellido no es Trueblood —se queja cuando le dices cuál es tu nom de rêve.

—Nadie quiere comprarle una Búsqueda de Visión a Jesse Turnblatt —explicas—. Tiene que sonar algo más indio.

—Eres indio —replica—. Turnblatt suena lo suficientemente indio porque eres indio.

—No somos el tipo de indios que espera la gente —aseguras—. Pero si somos católicos, por Dios.

Theresa no entiende que los turistas en realidad no quieren una auténtica experiencia india. Lo que quieren es lo que ven en las películas. ¿Qué le vamos a hacer? ¡Las películas de indios son tremendas! Por ese motivo has visto las mismas películas que los turistas hasta que John Dunbar se ha convertido en tu animal espiritual y En Pie Con El Puño En Alto en tu chica preferida. Has memorizado los diálogos de Johnny Depp en El llanero solitario y colgado una foto de Iron Eyes Cody en tu taquilla del trabajo. Pasaste una época en la que te fascinaba Pequeño gran hombre de Dustin Hoffman.

Pequeño gran hombre fue la que lo empezó todo.

En junio, convences a tu jefe para ofrecer una versión especial de la batalla de Little Bighorn, con la idea de que puede que algunos turistas quieran vivir una experiencia como Caballo Loco. Hasta encuentras en internet y llegas a memorizar algunas citas que se le atribuyen al venerable jefe siux. Estás decidido a que parezca auténtica de verdad. Pero nadie la prueba. Tus cifras caen en picado.

La dirección de la empresa en Phoenix se da cuenta, y Jefe la borra de la pizarra el fin de semana del Cuatro de Julio. Te grita que dejes de cagarla y te acusa de intentar ser un artista de pacotilla y más cosas.

—Los turistas no vienen a Sedona Sweats para revivir una batalla, joder —dice Jefe en la sala de descanso un día mientras almorzáis—. Sobre todo, si la pierde un blanco. Vienen a este lugar para encontrarse a sí mismos. —Agita una mano en lo que parece ser algo similar a una súplica—. Ofrecemos una experiencia espiritual. De gran calidad. La mejor calidad, cojones.

DarAnne, tu compañera que pertenece a la tribu de los navajos y que tiene esa sonrisa tan bonita y esa dentadura tan perfecta, resopla a todo volumen. Le da un mordisco a su bocadillo. Carne de oveja, al parecer. Mastica, y sus dientes afilados resplandecen blancos. Espera a terminar el bocado y luego dice:

—Pues Fantasía con Mujer Piel Roja no tiene nada de espiritual.

Fantasía con Mujer Piel Roja es la última idea que ha tenido Jefe, su manera de que den los números y de impresionar a la dirección. DarAnne y algunos se han quejado porque el título lleve ese insulto tan desagradable y también por tachar de experiencia lo que en realidad es una fantasía sexual. Pero a Jefe le da igual, sobre todo ahora que ha visto lo bien que ha funcionado la primera semana. La más vendida hasta la fecha. Jefe te mira.

—¿Tú qué opinas?

Jefe es pimano, tiene un bigote frondoso y una melena de pelo negro que aún no está salpicada de canas. Es algo que admiras de él. Su virilidad.

Hace que parezca fácil ser hombre. Hace que todo parezca fácil. Fácil y auténtico de verdad.

DarAnne ladea la cabeza, y las cuenta

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