San Leibowitz y la mujer Caballo Salvaje

Walter M. Miller, Jr.

Fragmento

Presentación

Presentación

CÁNTICO POR LEIBOWITZ es una de las novelas legendarias y míticas de la ciencia ficción. Fue premio Hugo en 1961 y sobre ella se han escrito infinidad de comentarios y alabanzas. Es uno de los pocos títulos de esa ciencia ficción «humanística» que, por su calidad literaria e interés general, ha sido también leída y extraordinariamente apreciada fuera del género de la ciencia ficción.

La novela está formada por tres narraciones cortas cuya publicación se inició en 1955 en las páginas del Magazine of Fantasy and Science Fiction. Trata el tema ya clásico de un mundo devastado tras la Tercera Guerra Mundial y su hecatombe nuclear, pero visto esta vez desde la óptica de un creyente católico.

La obra defiende en cierta forma el papel de la institución eclesial católica a la que Miller atribuye, en una edad media futura, el mismo papel de conservación y transmisión del patrimonio cultural que ya tuvo en el pasado.

El primero de esos tres relatos (Fiat homo) se inicia 600 años después de la Tercera Guerra Mundial. El hermano Francis descubre un viejo manuscrito del legendario fundador de su orden, I.E. Leibowitz. Es una muestra de los pocos restos que han sobrevivido a la Era de la Simplificación que arrasó la cultura con una quema general de libros. En el segundo relato (Fiat lux) han transcurrido de nuevo 600 años, ha llegado el nuevo renacimiento y la Orden de San Leibowitz se enfrenta al nuevo despertar de la ciencia, con los riesgos y el potencial que conlleva. En el tercer relato (Fiat voluntas tua), tras otros 600 años, de nuevo la humanidad está en disposición de fabricar armas nucleares y otra vez la guerra total y exterminadora constituye una amenaza real.

Pero no hay forma humana de que una sinopsis haga justicia al contenido de esta novela que defiende con brillantez la tesis de una historia cíclica y el continuado papel en ella de la Iglesia católica. En palabras de Neil Barron en su voluminosa ANATOMY OF WONDER: A CRITICAL GUIDE TO SCIENCE FICTION:

Ningún comentario breve puede hacer justicia a su excelencia. Muchos la consideran la mejor novela de ciencia ficción del período moderno.

En los últimos años, se venía comentando que Miller estaba escribiendo una continuación de CÁNTICO POR LEIBOWITZ. Dan Congdon, el agente del escritor, recibió en 1978 un adelanto de 60 páginas que, años más tarde, en 1989, llevó a Lou Aronica de la editorial Bantam a pedir más. Uno o dos meses después, Bantam recibía 120 páginas más de esa tan demorada obra que había de ser un relato paralelo a CÁNTICO POR LEIBOWITZ, no una continuación. Se firmó el contrato y Miller siguió trabajando en el libro. En 1990 la novela tenía ya 250 páginas, pero los achaques de Miller le impedían trabajar asiduamente en ella. Sea como fuere, hacia finales de 1995 había ya 592 páginas escritas. Sin embargo, un evidente «bloqueo literario» y la poca disposición de Miller a finalizar la obra (su mujer Anne había fallecido pocos meses antes, lo que le sumió en una profunda depresión que agravó sus enfermedades) llevaron a Dan Congdon a buscar otras salidas. Con el conocimiento y el beneplácito del propio Miller y de la editorial, Congdon encargó al escritor Terry Bisson la finalización de la obra, trabajo que se hizo en cinco meses y que supuso tan sólo añadir algo más de medio centenar de páginas a una obra que, según reconoce Bisson, estaba prácticamente terminada e inesperadamente bien ordenada. Además, le entusiasmó.

Mientras tanto, el 10 o el 11 de enero de 1996, Walter M. Miller Jr. puso fin a su vida. Tras la muerte de su esposa Anne, había escrito a sus amigos Joe y Gay Haldeman: «El bloqueo del escritor se ha convertido en algo literal. Mi arteria carótida izquierda está completamente bloqueada, y la de la derecha obstruida en un 65%. Sigo siendo racional pero no creativo, y posiblemente uno de estos días seguiré el camino que ha emprendido Anne, a menos que antes haga algo». Los Haldeman pensaron que «hacer algo» se refería a ser intervenido quirúrgicamente. En realidad se trató de un disparo de pistola.

Con estos antecedentes, cuando supe que la nueva novela se iba a publicar en noviembre de 1997 en Estados Unidos, me faltó tiempo para pedir un ejemplar a fin de estudiar su inclusión en NOVA. En julio de 1992 habíamos publicado la reedición de CÁNTICO POR LEIBOWITZ, aunque eso no significaba que su continuación apareciera automáticamente en NOVA. Aun conociendo las opiniones de otros especialistas, me gusta juzgar por mí mismo y, en el fondo, deseaba comprobar cuánto de Miller o de Bisson quedaba en la novela. Y no quería engañarme: difícilmente una continuación supera las expectativas que despierta una primera entrega de gran éxito.

Mientras esperaba las galeradas que los agentes suelen enviar incluso antes de la aparición de la novela, dio la casualidad que Orson Scott Card intervino en la convención española MATARÓ 97 como invitado de honor. Miller es un autor que trata temas de religión y Scott Card es un autor que nunca ha ocultado su filiación religiosa y su interés por el tema. Desde mi personal óptica de agnóstico irremediable, me interesaba la opinión de Scott y, evidentemente, se la pedí. Por otra parte, Scott es uno de los pocos autores que, a mi entender, superó EL JUEGO DE ENDER con su segunda novela en la serie de Ender, LA VOZ DE LOS MUERTOS (sé que esta opinión puede ser discutida pero, aunque EL JUEGO DE ENDER sea sin duda una obra mucho más popular, estoy convencido de que LA VOZ DE LOS MUERTOS posee mayor calidad literaria).

Scott Card no había leído todavía SAN LEIBOWITZ Y LA MUJER CABALLO SALVAJE, pero justo un día después de su retorno a Greensboro, recibí un correo electrónico suyo diciéndome que había leído la nueva novela de Miller en el vuelo de retorno a casa, que le gustaba y que había escrito una reseña para un periódico local. Me la enviaba en ese «emilio».

Me atrevo a entresacar de esa reseña algunos párrafos que, en lo básico, coinciden con mi propia opinión. Tras comentar la dificultad de las segundas entregas, Card decía de SAN LEIBOWITZ Y LA MUJER CABALLO SALVAJE:

Es como la primera novela, pero sólo en apariencia: el mismo autor, la palabra «Leibowitz» en el título, poderosos elementos religiosos en la trama y el desarrollo, un extraño «judío errante» inmortal que vaga sin propósito fijo por la historia.

También muestra puntos en común con la obra maestra de Clavell, SHOGUN: un mundo tan cuidadosa y honestamente creado que uno empieza a pensar que es más real que el nuestro.

Una historia llena de vida, vista a través de los ojos de un personaje que se mueve en la periferia de los acontecimientos narrados y cuya existencia, a pesar d

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