Cocinando en familia con Montessori

Patricia Pérez Cerveró

Fragmento

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Introducción

A ninguna persona le enseñan a ser padre o madre, es algo que aprendemos durante las etapas de crecimiento de nuestros hijos, a través de nuestras vivencias con ellos. Los niños no vienen con un manual de instrucciones donde te explican cómo funciona su mente y su cuerpo; sin embargo, en algunas ocasiones nos gustaría que así fuese. La maternidad y la paternidad son experiencias únicas e irrepetibles que nos hacen replantearnos todas nuestras prioridades y buscar vías de comunicación. Esto no significa que sea fácil ser padre o madre, nada más lejos de la realidad, pero es lo más fascinante que me he aventurado a hacer en mi vida y que más momentos de felicidad me ha reportado.

Este libro surge en parte de la voluntad de encontrar una manera de conectar con las necesidades de mis hijos, sus inquietudes y las mías. De la voluntad de dar una respuesta a la realidad de cada uno de mis hijos, de manera individual, porque cada uno de ellos es único, irrepetible, irreemplazable y con un ritmo de aprendizaje diferente al de los demás.

El método Montessori se cruzó por primera vez en mi camino mientras estudiaba Magisterio en la universidad. Una profesora nos habló de Maria Montessori, de su vida y de los orígenes de su método. Recuerdo que no profundizó mucho, no obstante, sembró una semilla que, años después, germinó en mí al surgir la oportunidad de comenzar a formarme en el método Montessori cuando ejercía como maestra.

Al finalizar mi primer acercamiento al método Montessori, no pude evitar comenzar a plantearme todo lo que conocía hasta ese momento sobre las diferentes pedagogías y métodos educativos. Esa formación removió los cimientos sobre los que se asentaban las diferentes metodologías que aplicaba hasta ese momento en el aula, y cambió así mi manera de ver la educación, a los niños y el mundo. Años más tarde, cuando nacieron mis hijos, la pedagogía Montessori se convirtió en la respuesta a algunas de sus necesidades y en el camino que decidimos recorrer mi marido y yo para acompañarlos en su crecimiento.

Pero ¿quién fue Maria Montessori? ¿Quién fue la mujer que revolucionó de manera silenciosa las creencias educativas de su época? Maria Montessori (Chiaravalle, Italia, 1870-Noordwijk, Países Bajos, 1952), fue la primera mujer licenciada en Medicina en Roma, además de científica, psiquiatra, filósofa y psicóloga.

En 1907 Maria Montessori creó la Casa dei Bambini, donde desarrolló el método Montessori, el cual tiene como principio que los niños son capaces de ser sus propios maestros, solo necesitan tener varias opciones para elegir libremente. Este método promueve la independencia del niño y la confianza en sí mismo, la concentración y la autodisciplina, la curiosidad, la empatía y el respeto a los demás.

Después de haber vivido en diversos lugares del mundo, se estableció en Países Bajos, donde falleció en 1952.

Cuando me propusieron escribir este libro mis dos hijos mayores tenían seis años; el mediano, tres y, el cuarto estaba en camino. Según los estudios realizados por la doctora Maria Montessori, durante los seis primeros años de vida, se desarrolla la mente absorbente de los niños.

En este periodo de tiempo, los cambios que se producen en el niño se suceden muy deprisa. Es una etapa en la que aprender no supone para el pequeño ningún esfuerzo adicional, aprende todo de manera natural utilizando sus sentidos para explorar el entorno que le rodea y lo interioriza rápidamente, convirtiendo sus propias experiencias en aprendizajes significativos.

Por este motivo, creí necesario facilitar a mis hijos un entorno rico en experiencias que les pudiera proveer de oportunidades para aprender por sí mismos, que favoreciesen su desarrollo, su autonomía, sus habilidades, su autoestima… y ¿qué mejor entorno que el más cercano a ellos para adquirir estos aprendizajes? ¿Qué mejor que desde nuestra casa? Desde nuestra casa, y desde la vuestra, podemos facilitar a los niños un gran abanico de actividades y experiencias de la vida diaria que les ayudarán a aprovechar todo lo posible este periodo y a desarrollar al máximo esa mente absorbente que está en continua evolución.

Como maestra, he podido observar cómo algunos de mis alumnos, por distintas circunstancias y motivos, han carecido durante sus seis primeros años de vida de un entorno que les facilitase llevar a cabo distintas actividades con las que refinar sus sentidos.

Con este libro pretendo acompañaros para que podáis facilitar a vuestros hijos y alumnos toda la autonomía y las experiencias sensoriales cotidianas que necesiten para aprovechar el periodo de desarrollo de la mente absorbente con actividades tan cotidianas y sencillas como preparar el almuerzo. Lo único necesario es crear un ambiente preparado para el niño y tener el convencimiento de que la cocina es el medio perfecto para experimentar un sinfín de sensaciones que le ayudarán a desarrollar destrezas y habilidades necesarias para la vida.

Está enfocado para que lo utilicen los niños con la supervisión de los padres y madres. Es un libro de cocina para ellos, para que lo empleen de manera autónoma hasta los diez años, acompañados de los padres y convertir así la actividad de cocinar en un momento de encuentro familiar.

A través de las ilustraciones que acompañan las actividades propuestas y las recetas, los niños más pequeños serán capaces de identificar y poner en práctica de manera autónoma y sin dificultad lo que van a necesitar, aunque todavía no sepan leer, para cocinar.

Antes de elaborar una receta, los niños deberían de haber adquirido ciertas destrezas, como saber utilizar un pelador, un cuchillo, tamizar harina, medir cantidades... Podemos mostrarle al niño cómo desarrollar esa habilidad haciendo nosotros esa acción lentamente y con precisión, dejando que el pequeño observe el movimiento de nuestras manos y cada paso que seguimos para realizar esas acciones, en silencio, para que se concentre en la acción en sí misma y no en nuestras palabras. De este modo, podrá copiar nuestros movimientos y repetir el proceso tantas veces como considere necesario para ejercitar dicha habilidad. En el apartado de «Actividades de vida práctica en la cocina» puedes encontrar cómo desarrollar algunas de estas habilidades.

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Actividades Montessori en la cocina

En una escuela Montessori, el área de vida práctica se centra en proporcionar a los niños ambientes donde poder practicar y perfeccionar su autonomía, su independencia, su concentración, etc. La manera en la que los pequeños aprenden a realizar una actividad que el adulto le ha mostrado con anterioridad es repitiéndola paso a paso, tantas veces como sea necesario, hasta que la realicen perfectamente, ganando independencia y facilitándoles así una buena adaptación a la vida adulta y a la sociedad.

Los niños tienen una «mente absorbente» motivada por la curiosidad y que, a través de la experimentación, les permite adquirir conocimientos y desarrollar aptitudes necesarias para la vida.

No podemos hablar de «mente absorbente» sin re

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