Lo mejor está por vivir

Lola Ortiz

Fragmento

lo_mejor_esta_por_vivir-6

DISTANCIA

Me habían hablado muchas veces de la distancia y los malditos kilómetros. Desde fuera lo veía todo difícil y complicado, incluso a veces casi no conseguía sacar nada bueno de llevar una relación así. Pero nunca entendí la situación, supongo que es una de esas que hasta que no te ves en ella no sabes realmente lo que se siente.

Pero entonces llegó el momento. Todavía se me hace un nudo en la barriga al pensar en aquella etapa. Y es que cuando llevas tiempo con una persona, cuando estás acostumbrada a verlo todos los días, el momento de separarse es muy complicado. Y crees que nunca va a llegar, pero llega.

Era uno de esos momentos que yo sabía perfectamente que llegaría. Intentaba no pensar mucho en ello porque me ponía de los nervios, pero a veces era inevitable.

Pero nos tocó despedirnos. Es algo por lo que tienes que pasar si tienes que irte a otra ciudad a estudiar lo que quieres. Mi novio se iba a empezar una nueva etapa, y ya no nos veríamos tan a menudo. Intentábamos poner en una balanza todo, tanto lo bueno como lo malo de una relación a distancia. Y siempre, siempre, lo bueno pesaba más. Sí, puede parecer raro, pero era así. Aún hay quien no lo comprende.

«Las relaciones a distancia no funcionan», «Se va a olvidar de ti con su nueva vida», «Estaréis mucho tiempo sin veros», «Ya nada será igual». Y podría seguir escribiendo cada una de las frases que me dijeron, que nos dijeron, y que escuchamos sobre el tema más de una vez.

Lo cierto es que cuando te lo dicen tanto, aunque no quieras, aunque pienses lo contrario, llega un instante en el que te lo llegas hasta a plantear. Te paras y te lo preguntas, porque realmente puede suceder, porque realmente pueden llegar a tener razón. Nunca se sabe. Y el miedo es inevitable, y el dolor de barriga aumenta por momentos, y la incertidumbre casi no te deja dormir.

Pero por supuesto no pensábamos rendirnos, es algo que no nos planteamos ni un solo segundo. Íbamos a luchar por nosotros y por nuestra relación, hubiera los kilómetros que hubiese de por medio.

Y entonces llegó el día. Lo vi con todo preparado para lo que sería una nueva etapa. Fue una de esas despedidas que no olvidas nunca y uno de esos abrazos que no quieres que acabe. Recuerdo que lo agarré tan fuerte que aún no sé ni cómo no lo partí. Me lo comí a besos una y otra vez, y se me escaparon lágrimas sin control.

Empezábamos una nueva etapa. Él allí y yo aquí. Muchas cosas iban a cambiar. Se acabó eso de vernos todos los días, de quedar para merendar cualquier tarde, de vernos en todas las fechas especiales, de abrazarnos cuando teníamos un mal día. Se acabó todo eso de poder tenernos cara a cara siempre que quisiésemos. Desde luego no iba a ser nada fácil.

No te lo voy a negar, hubo días muy malos. Hubo días en los que no paré de llorar, días en los que lo echaba de menos más de la cuenta, en los que pensaba que no iba a poder aguantar. Días en los que necesitaba simplemente tocarle, y no podía. Hubo días en los que discutíamos y quizá no había un motivo realmente importante. Ahora pienso que quizá fue por todo eso que teníamos acumulado. Y lo peor de todo es que no podíamos reconciliarnos mirándonos a los ojos.

Pero fuimos fuertes. Superamos cada bache, incluso esos que piensas que son demasiado altos y que son difíciles de saltar. Pusimos el amor siempre por delante. No nos olvidamos ni un solo segundo de los detalles, la ilusión, las ganas y el porqué estábamos juntos. Porque sí, hubo muchos momentos difíciles, pero en todos supimos sacar el lado bueno.

Y te podría contar ahora mismo lo mal que lo pasé en cada despedida, pero también lo feliz que era en cada reencuentro. Que hubo sorpresas que me hicieron creer mucho más en el amor. Abrazos que lo dijeron todo y sonrisas que se han quedado grabadas en cada bienvenida. He perdido la cuenta de cuántas veces nos hemos despedido, cuántas estaciones, aeropuertos o cualquier calle han visto tirarnos besos con el corazón encogido. Pero lo que sí recuerdo son los nervios que me entraban cuando sabía que nos veríamos de nuevo, la sonrisa que tenía en la cara y lo que corría para lanzarme a sus brazos. Supongo que eso es una de las cosas que define la palabra «amor».

Fueron días, semanas, meses, incluso años separados. Pero te diré algo, nos hemos querido como nunca. Nos hemos hecho más fuertes y más invencibles frente a todo lo que pase. Nos hemos dado cuenta de que los kilómetros no son nada cuando tienes a alguien a tu lado que lo es todo, que sabe aportar lo mismo que tú y que te quiere de la mejor manera. Hemos comprobado que en el amor no es todo de color de rosa y que siempre hay etapas difíciles, pero que juntos se puede superar cualquier cosa. Hemos conseguido ganarle la batalla al miedo, a la incertidumbre y, por supuesto, a la distancia.

Después de todo eso, aquí seguimos. Más enamorados todavía. Aquí seguimos, queriéndonos más si era posible. Con más ganas de estar el uno al lado del otro, con más ganas de ir a por todo lo que se nos ponga por delante. Con más ganas de comernos el mundo de la mano.

Y ahora nos reímos, nos reímos de la distancia y de todo aquel que dijo que nada de esto funciona. Nos reímos porque no tienen ni idea de lo que es el amor, de lo que es quererse de verdad y de lo que es luchar por alguien que te importa. Nos reímos porque los kilómetros solo son una excusa, nada más. Porque si de verdad muestras interés, hasta eso pasa desapercibido. Nos reímos porque después de tanto, volvemos a estar juntos. Volvemos a los inicios, a poder vernos cada día. Y le hemos dado una patada a la distancia y a todo eso que se nos puso por delante aquel día.

No sabría muy bien cómo acabar de contarte todo esto. No sé si te he explicado bien lo que se siente cuando vives algo así. Pero espero que te haya quedado claro que la distancia no impide nada, ni tampoco rompe nada. Que quien lo rompe son las personas, la falta de amor y las excusas. Y que cuando dos personas se quieren, se respetan y luchan por una relación, pueden con todo. Incluso con los kilómetros.

He tenido miedo. Pero hoy, con una sonrisa en la cara, con el corazón latiendo a mil y con él a mi lado, puedo decirte que fui feliz. Que soy feliz. Y que nada, ni nadie, va a separarnos siempre que recordemos por qué estamos luchando, por qué estamos juntos y por qué nos queremos tanto.

lo_mejor_esta_por_vivir-7

Piensa en ti y acertarás

lo_mejor_esta_por_vivir-8

LA CLAVE DEL ÉXITO

Muchas veces me preguntan cuál es la clave del éxito, de alcanzar cualquier meta, de cumplir sueños.

Pues bien, todas las veces digo lo mismo, la verdad es que no soy nadie para dar explicaciones ni consejos sobre el éxito, pero siempre acabo atreviéndo

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos