Cosa de mujeres

Eugenia Tarzibachi

Fragmento

AGRADECIMIENTOS

Los agradecimientos pueden ser aburridos para el/la lector/a, pero son imprescindibles para quien escribe. Hay muchas personas detrás de cada logro personal, y escribir mi libro luego de doctorarme es algo que soñé durante mucho tiempo.

Desde pequeña siempre deseé llegar lo más lejos que pudiera en mi educación y en mi profesión, soñaba con tratar de hacer del mundo un lugar un poco más justo donde vivir, conocer otras culturas y, como amo escribir, siempre quise escribir un libro. Aquí está el libro. Ahora no sé qué vendrá, pero seguro, en lo inmediato, vienen mis sentidos agradecimientos.

Gracias a mi familia tan amada. Y muy especialmente a Eleonora Tarzibachi e Indika Weerasinghe, quienes me ayudaron de forma incondicional para poder hacer mis estancias de investigación en los Estados Unidos. A mis directoras de tesis doctoral, Mónica Szurmuk y Dora Barrancos. A los jurados de mi tesis, Isabella Cosse, Pablo Scharagrodsky y Vanesa Vázquez Laba. A Verónica Maceira y Bárbara Sutton, quienes hicieron aportes significativos sobre el diseño de mi tesis. A todos/as mis colegas del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género de la Universidad de Buenos Aires y FLACSO Argentina, en donde realicé diferentes tramos de mis investigaciones. Al CONICET, cuando nos apoyó para poder investigar en la Argentina. Un agradecimiento infinito a la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, y otro a la Biblioteca Nacional de la Argentina. A periodistas que hicieron ese trabajo tan importante de sacar nuestro conocimiento a la calle, ayudarnos a ponerlo en circulación con cuidado y respeto. En este sentido, mi agradecimiento a Mariana Carbajal, Víctor Hugo Morales, Marta Dillon, Luciana Peker, Sandra Russo y Sabrina Díaz Virzi. Un agradecimiento a mis colegas de la Sociedad de Investigación sobre Ciclo Menstrual, y a los/las colegas de la Organización Mundial de la Salud (Venkatraman Chandra-Mouli), UNESCO (Mary Guinn Delany), Columbia University Mailman School of Public Health (Marni Sommer) y Save The Children (Caroline Hilary). A amigas y amigos entrañables: Gonzalo Clerici, Brenda Aguirre, Virginia Menéndez, Luciana Lavigne, Ana Clara Camarotti, Emiliano Mosca, Romina Rizzo y Leonel Tesler. A tantos y tantas investigadores/as con quienes nos acompañamos en este camino profesional, muchas veces muy álgido, con presupuestos muy acotados para vivir, con muchas horas de biblioteca y escritura en soledad. A todas las mujeres entrevistadas de mis investigaciones que compartieron con tanta generosidad sus experiencias. A dos grandes y ya viejos amores porque, cuando yo creía que no podía seguir, con ternura me ayudaron a no rendirme y continuar. Y un agradecimiento muy especial a Roberto Montes, Emilce Paz y Micaela González, porque ese sueño de escribir mi primer libro fue con su orientación editorial. La experiencia (juntos/as) fue tan maravillosa y habilitante que me enamoré de este registro de escritura. GRACIAS.

INTRODUCCIÓN
PONER EL CUERPO

El cuerpo de las mujeres, incluso de aquellas que aparecen como normales, las femeninas, las heterosexuales, las que no son ni frígidas ni histéricas, ni putas ni ninfómanas, el cuerpo de las perfectas madres potenciales, está de todos modos siempre sujeto a vigilancia y regulación. Por definición, el cuerpo femenino nunca es completamente normal fuera de las técnicas que hacen de él un cuerpo social. (Preciado, 2008:147, traducción propia).

Poner el cuerpo es una frase que llama a posicionarse al servicio de un ideal, no sólo por medio de las ideas, sino con la presencia física del cuerpo de una persona1. Es una expresión privilegiada que deja en evidencia la interdependencia entre la materia contenida en un cuerpo, la subjetividad y los ideales. Nos hace pensar en una subjetividad corpórea que busca ponerse al servicio de un ideal prevaleciente en una época y un espacio —y, generalmente, un grupo humano determinado— para intentar hacerlo posible. En este libro, se pondrá el cuerpo en diferentes planos.

Primero, en singular y en retrospectiva, como un modo de exponer la propia reflexividad sobre la experiencia que rodeó mi primera menstruación. Ese gesto refleja una posición ética y estética, política, en relación con la investigación social. Esa implicación personal explica la curiosidad y especial sensibilidad ante un tema de investigación. Sin embargo, importa porque su aparente singularidad será resignificada a lo largo del libro por los sentidos sociales, históricos y transnacionales relacionados con el modo ideal de menstruar que fue instaurándose durante el siglo XX y que comenzó a resquebrajarse ruidosamente en el siglo XXI.

Segundo, el cuerpo será ubicado en el lugar privilegiado que tiene en la construcción sociocultural de la ficción llamada “feminidad”. Una parte de esa ficción se desarrolla a partir de un trabajo, continuo y silencioso, de vigilancia y adecuación corporal que se espera de las mujeres a partir de los sentidos socioculturales que carga la menstruación.

Finalmente, el cuerpo menstrual será analizado como mercancía en el marco actual del mercado internacional de la industria productora de toallas y tampones manufacturados y descartables. Se analizará el caso de los Estados Unidos y la Argentina, pero también el de otros países del continente americano, lo que nos permitirá entender la dimensión que alcanzó esta industria autodenominada Cuidado Personal Femenino (Femcare). Esa comprensión es importante en dos sentidos. Uno, para evidenciar el alcance de la consolidación histórica y transnacional de una nueva práctica de control hacia los cuerpos que menstrúan en relación con el mercado que abrieron empresas norteamericanas en América Latina, hoy multinacionales, a comienzos del siglo XX. Y en el otro sentido, para comprender qué ocurre en la actualidad dentro del activismo menstrual y la abogacía por la “equidad menstrual” (Weiss Wolf, 2017), así como cuáles son las disputas materiales y simbólicas sobre el cuerpo menstrual que se generan, por ejemplo, en relación con el uso de tecnologías de gestión de la menstruación en circulación a nivel global, como la copa y los anticonceptivos de detención del ciclo. Es decir, es en el marco de esa práctica y ese discurso sobre el cuerpo menstrual que se tornó dominante durante un lento proceso, de forma desigual en diferentes partes del mundo y dentro de los países, donde los nuevos discursos y prácticas cobran un sentido más profundo.

A lo largo del libro se desmenuzará el paulatino proceso de normalización de los cuerpos menstruales du

Suscríbete para continuar leyendo y recibir nuestras novedades editoriales

¡Ya estás apuntado/a! Gracias.X

Añadido a tu lista de deseos