¿Por qué es divertido el sexo?

Jared Diamond

Fragmento

1. El animal con la vida sexual más extravagante

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El animal con la vida sexual más extravagante

Si tu perro tuviera tu cerebro y pudiera hablar y le preguntaras su opinión sobre tu vida sexual, la respuesta te sorprendería. Sería algo así:

¡Estos asquerosos humanos tienen relaciones sexuales cualquier día del mes! Barbara propone tenerlas incluso cuando sabe perfectamente que no es fértil,es decir,exactamente después del período.John está dispuesto en cualquier momento, sin importarle que sus esfuerzos puedan dar o no un bebé como resultado.Pero si quieres oír algo realmente fuerte, ¡Barbara y John siguieron teniendo relaciones sexuales mientras ella estaba embarazada! Esto es tan soez como cuando los padres de John vienen de visita y puedo oír cómo tienen también relaciones sexuales, aunque la madre de John ya hace unos años que pasó por eso que llaman menopausia.Ahora ya no puede tener hijos, pero todavía quiere sexo y el padre de John la complace. ¡Qué despilfarro de esfuerzos! Y aquí va la cosa más rara de todas:¡Barbara y John,igual que sus padres,cierran la puerta del dormitorio y tienen relaciones sexuales en privado, en vez de hacerlo delante de sus amigos, como cualquier perro que se respetase a sí mismo!

Para entender de dónde parte tu perro necesitas liberarte de tu perspectiva humana sobre lo que constituye un comportamiento sexual normal. Hoy consideramos, cada vez más, que denigrar a aquellos que no cumplen nuestros propios cánones es una actitud intolerante y llena de prejuicios. Cada una de estas formas de intolerancia es asociada con un despreciable «ismo»: por ejemplo, racismo, sexismo, eurocentrismo y falocentrismo. Los defensores de los derechos de los animales están empezando a añadir a esta lista de pecados modernos los «ismos», el especie-ismo. Nuestros cánones de conducta sexual son peculiarmente retorcidos, especieístas y antropocéntricos debido a la anormalidad de la sexualidad humana para los cánones del resto de los treinta millones de especies animales del mundo. También es anormal según los cánones de los millones de especies de plantas, hongos y microbios del planeta, pero obviaré esta perspectiva más amplia porque todavía no he podido salir de mi propio zoocentrismo. Este libro se limita a la idea que podemos hacernos de nuestra sexualidad al ensanchar simplemente nuestra perspectiva para englobar a otras especies animales.

Como comienzo, consideremos la sexualidad normal según los cánones de las cerca de 4.300 especies de mamíferos del mundo, de las cuales los humanos solo somos una. La mayoría de los mamíferos no viven como una familia nuclear de un adulto macho y un adulto hembra emparejados que cuidan juntos de su prole. En lugar de ello, en muchas especies de mamíferos tanto las hembras como los machos adultos son solitarios, por lo menos durante la temporada de cría, y se encuentran solo para copular. Por lo tanto, los machos no proporcionan cuidado paterno; su esperma es la única contribución a la prole y a su pareja temporal.

La mayoría de las especies de mamíferos sociales, como los leones, los lobos, los chimpancés y muchos mamíferos con pezuñas ni siquiera están asociados, dentro de la manada/rebaño/banda/grupo, en parejas de machos y hembras. Dentro de tales manadas/rebaños/etcétera, los machos adultos no muestran signo alguno de reconocer como su prole a crías específicas dedicándose a ellas a expensas de otras crías de la manada. De hecho, solo en los últimos años los científicos que estudian a leones, lobos y chimpancés han empezado a darse cuenta, con ayuda de las pruebas de ADN, de qué macho es padre de cada cría. Sin embargo, esta generalización, como todas, admite excepciones. Entre la minoría de machos mamíferos adultos que ofrecen a sus crías cuidados paternales están las cebras macho poligínicas y los gorilas con harenes de hembras, los gibones macho asociados a hembras formando parejas solitarias, y los machos de una especie de tamarinos (Saguinus fuscicollis), en la que dos machos adultos son mantenidos como harén por una hembra adulta poliándrica.

El sexo entre los mamíferos sociales tiene lugar generalmente en público, ante las miradas de otros miembros del grupo. Por ejemplo, una hembra de macaco de Gibraltar en ciclo estral copula con todos los machos adultos de su grupo y no hace ningún esfuerzo por esconder cada cópula a los ojos de otros machos. La excepción mejor documentada a este patrón de sexo público está en los grupos de chimpancés, entre los cuales un macho adulto y una hembra en fase estral se alejan solos durante unos cuantos días para lo que los observadores humanos llaman un «consorteo». Sin embargo, la misma hembra de chimpancé que practica sexo en privado con un consorte puede también tener relaciones sexuales en público con otro macho adulto de chimpancé dentro del mismo ciclo estral.

Las hembras adultas de la mayoría de las especies de mamíferos utilizan varios medios para anunciar llamativamente la breve fase de su ciclo reproductivo en la que están ovulando y pueden ser fertilizadas. El anuncio puede ser visual (por ejemplo, el área que rodea la vagina se pone intensamente roja), olfativo (libera un olor distintivo), auditivo (hacen ruidos) o de comportamiento (se agachan delante del macho adulto y muestran la vagina). Las hembras solicitan relaciones sexuales solo durante estos días fértiles, son poco o nada atractivas para los machos en otros días porque carecen de las señales excitantes, y fuera de esa fase rechazan los avances de cualquier macho que a pesar de todo esté interesado. De esta manera, el sexo no se procura enfáticamente solo por diversión, y rara vez está separado de su función de fertilización. Esta generalización también admite excepciones: el sexo está notoriamente separado de la reproducción en unas pocas especies, incluyendo los bonobos (chimpancés pigmeos) y los delfines.

Finalmente, la existencia de la menopausia como un fenómeno regular no está bien establecida en la mayoría de las poblaciones de mamíferos salvajes. Por menopausia se entiende un cese completo de la fertilidad en un período mucho más breve que la fase fértil previa, seguido de otro período de vida infértil de longitud considerable. En vez de esto, los mamíferos salvajes son todavía fértiles en el momento de la muerte, o muestran una disminución gradual de la fertilidad a medida que se hacen mayores.

Comparemos ahora lo que acabo de decir sobre la sexualidad normal de los mamíferos con la sexualidad humana. Los siguientes atributos humanos están entre aquellos que nosotros consideramos normales:

1. La mayoría de los hombres y las mujeres en casi todas las sociedades humanas terminan en una relación de pareja de larga duración (matrimonio), que otros miembros de la sociedad reconocen como un contrato que conlleva obligaciones mutuas. La pareja tiene relaciones sexuales de forma repetida, y principal o exclusivamente el uno con el otro.

2. Además de tratarse de un

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