La mujer en el mundo

Joni Seager

Fragmento

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Título original: The Women's AtlasEdición en formato digital: octubre de 2018© 2018, Joni Seager, por el texto© 2018, Myriad Editions, por los mapas, gráficos y la idea originalPrimera publicación en inglés por Myriad Editions www.myriadeditions.com© 2018, Penguin Random House Grupo Editorial, S.A.U.Travessera de Gràcia, 47-49. 08021 BarcelonaPenguin Random House Grupo Editorial apoya la protección del copyright. El copyrightestimula la creatividad, defiende la diversidad en el ámbito de las ideas y el conocimiento, promueve la libre expresión y favorece una cultura viva. Gracias por comprar una edición autorizada de este libro y por respetar las leyes del copyrightal no reproducir ni distribuir ninguna parte de esta obra por ningún medio sin permiso. Al hacerlo está respaldando a los autores y permitiendo que PRHGE continúe publicando libros para todos los lectores. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, http://www.cedro.org) si necesita reproducir algún fragmento de esta obra.Dirección editorial: Candida LaceyDirección de arte: Corinne PearlmanCoordinación y edición: Dawn SackettMapas y gráficos: Isabelle LewisAsesoramiento de diseño: Caroline BeavonRealización de la edición en lengua castellana: Moonbook, S. L.Traducción: MoonbookMaquetación: Fernando SantiagoISBN: 978-84-17338-23-7Composición digital: Newcomlab S.LL.www.megustaleer.com
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Intr
oducción
Esto no es un simple atlas sobre la mujer. Es un mapa feminista del mundo desde una perspectiva que se toma en serio las experiencias de las mujeres.El feminismo, para mí, supone otorgarle a la vida de las mujeres tanta atención, curiosidad y análisis como recibe automáticamente la de los hombres. Suele parecer que la vida cotidiana de hombres y mujeres normales tiene mucho en común, y así es a veces; sin embargo, lo cierto es que la realidad diaria al establecer relaciones, ganarse el pan y asegurarse una autonomía varía de forma significativa entre hombres y mujeres, e, interseccionalmente, entre mujeres.No habrá ninguna autora feminista que no se haya topado con el típico «por qué la mujer». En su incisivo ensayo Todos deberíamos ser feministas, Chimamanda Ngozi Adichie responde por todas nosotras:«Hay quien pregunta: “¿Por qué el termino feminista? ¿Por qué no decir que crees en los derechos humanos, o algo así?”. Porque eso sería deshonesto. Sí, el feminismo forma parte de los derechos humanos, pero elegir una expresión tan vaga como esa es negar el problema específico y particular del género. Sería fingir que no han sido las mujeres las excluidas durante siglos. Sería negar que el problema del género se centra en la mujer; que el problema no afecta al ser humano, sino específicamente al ser humano del sexo femenino. Durante siglos, el mundo ha dividido a los seres humanos en dos grupos para excluir y oprimir después a uno de ellos. Parece lógico que la solución del problema pase por reconocer eso».Se han producido importantes mejoras en la situación de la mujer desde que se publicara la primera edición del atlas en 1986. Los avances en la alfabetización de mujeres y niñas copan las listas de logros mundiales; las mujeres han obtenido un pleno derecho al voto prácticamente en todas partes; la mayoría de los gobiernos han firmado tratados internacionales comprometidos con los derechos de la mujer; se ha generalizado el reconocimiento de la brecha salarial; las mujeres, organizadas, han hecho visibles los casi omnipresentes ataques y el acoso contra las mujeres en la calle, en el trabajo y en el hogar por parte de los hombres.No deberíamos subestimar la importancia de tales avances. Sin embargo, la lista general de «logros» es lamentablemente corta. Quien se sitúa fuera del feminismo suele imaginar que las feministas están enfadadas, a lo que yo digo: «¡solo a ratos!». La verdad es que hay mucho por lo que enfadarse. En la última década, muchas mujeres han sufrido en todo el mundo un declive en su calidad de vida. 7
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Hay pocas naciones «desarrolladas» en el mundo de la mujer. en el mundo de la mujer. Los avances en un lugar no son necesariamente trasladables a otros: el mundo sigue dividido. La desigualdad económica es tan extrema que hasta el FMI la considera una crisis mundial. En todos los niveles geográfi cos, la riqueza se concentra cada vez en menos manos; manos de hombres, sobre todo. La economía mundial globalizadora se basa en explotar los mercados «fl exibles» de trabajadores mal pagados; en este contexto, la incorporación de la mujer al mundo laboral no es una señal genuina de progreso. Los confl ictos armados persistentes asolan muchos países. De Sudán a Afganistán, millones de personas viven bajo regímenes de terror armado en unas condiciones desgarradoras. La masculinización militar supone una especial carga para la mujer, con violaciones generalizadas, la erosión de sus derechos y su esfuerzo por satisfacer las implacables exigencias de manutención de sus familias en medio del caos. El fundamentalismo religioso y una renovada intolerancia conservadora son una amenaza para los derechos de la mujer en muchos países del globo. Millones de mujeres viven a diario como si fueran poco más que una posesión. Proliferan los sistemas de esclavización y opresión de la mujer a gran escala, incluida la trata principalmente.Hay pocas naciones «desarrolladas» en el mundo de la mujer. Al observar el mundo a través de las experiencias de las mujeres dudamos de la validez de la distinción convencional entre países «desarrollados» y «subdesarrollados»: la mujer está representada prácticamente en la misma proporción en los gobiernos elegidos de Madagascar, Kirguistán y EE. UU.; la indiferencia estatal ante el asesinato de las indígenas en Canadá, las yazidíes en Irak y las mujeres de las maquiladoras en México rebaten claramente la idea del estado moderno; las mujeres casadas de Corea del Sur, EAU y Malaui necesitan el permiso de sus maridos para abortar.Pueden parecer unas comparaciones simplistas que no reconocen los avances reales en la vida de las mujeres, pero, para las que viven estas realidades, lo simplista es decir que hay lugares donde las cosas están mejorando para la mujer. No todas las mujeres tienen por qué participar automáticamente de los grandes avances sociales… a menos que exista un compromiso con la igualdad social. Las feministas siempre nos advierten que no demos por sentados los avances en el empoderamiento de la mujer: son frágiles, reversibles y siempre están bajo presión, una advertencia que nunca ha sido más pertinente. En el mejor de los casos, podremos decir que desde Polonia a EE. UU., desde Nigeria a Rusia, los pasillos del poder siguen asombrosamente impasibles ante la opresión de la mujer. En el peor, hay signos de un buen número de gobiernos que parecen decididos a revocar ciertos avances en la autonomía de la mujer en 2018.El alcance de los avances reales en la vida de las mujeres se debe sobre todo a la organización del feminismo, que es más fuerte, más diverso y está más capacitado que nunca. Las redes feministas internacionales han roto el aislamiento entre las mujeres; en todas partes, las feministas están más informadas sobre las cuestiones y las perspectivas de culturas y lugares ajenos a su entorno inmediato. 8
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Mientras definimos el siglo xxi, necesitamos líderes públicos y sociales que construyan sobre estos cimientos feministas para lograr un compromiso real —no retórico— con la justicia social para la mujer.Como feminista, creo que una visión comparada, amplia e internacional enriquece el análisis y el activismo sociales. Sin embargo, utilizar la escala mundial supone unainevitable y preocupante de generalización que, si no se estudia, puede debilitar el análisis feminista. El mundo de las mujeres se define por lo que tienen en común y por las diferencias. Comparten la responsabilidad de tener y criar a los hijos, de formar la familia y mantenerla, del control de la natalidad. Ricas o pobres, sufren violaciones, traumas de abortos clandestinos, la degradación de la pornografía. Pero si algo hemos aprendido de los movimientos feministas es que no debemos usar las generalizaciones para enmascarar las diferencias reales entre las mujeres, diferencias que recorren las líneas de fractura de la raza, clase social, edad, sexualidad, religión y lugar.Como geógrafa, he dado con la forma de equilibrar la necesidad de reconocer lo común y lo diferente. En su máxima expresión, los datos visuales —los mapas, en especial— pueden iluminar ambos al tiempo. Son una herramienta potente que desvela patrones, continuidades y contrastes. Una vez presentados los patrones, espero que este atlas plantee tantos interrogantes como respuestas ofrece. «Hace falta un pueblo entero» para llevar a buen puerto tal proyecto. Tengo la suerte de tener varios: unas fuertes redes de familiares y amigos que me dan apoyo, esperanza, solidaridad política, humor y chispa intelectual. Ya sabéis quiénes sois: ¡gracias!Nada funciona sin mi compañera Cynthia Enloe. Aúna un arraigado impulso hacia la generosidad y la bondad con una afilada agudeza analítica, y lo uno magnifica lo otro. Hace de mí mejor pensadora y mejor persona.Este libro habría sido literalmente imposible sin Myriad Editions, una pequeña editorial dirigida por mujeres con una influencia enorme y una visión abierta. Candida Lacey y Corinne Pearlman, directora editorial y creativa, respectivamente, son capaces de una imaginación, amistad y perseverancia sorprendentes. Dawn Sackett e Isabelle Lewis le dieron luz y calor a la obra con la magia y la inteligencia de su edición y su diseño, respectivamente. Este proyecto ha sido una prueba de paciencia para todas, pero se impuso la serenidad de Myriad. Más allá de estos agradecimientos, nunca he perdido de vista la gran deuda social e intelectual que tengo con las numerosas feministas —anónimas y olvidadas, la mayoría— que, durante años y con un gran coste para ellas, han sido las únicas que han insistido en la importancia de preguntarse dónde están las mujeres.Joni SeagerCambridge, Massachusetts20189
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No debemos subestimar el papel del Estado a la hora de dar forma a la vida de la mujer. Los gobiernos y los regímenes en el poder marcan el contexto en el que las familias se forman y prosperan… o no.Es el poder estatal el que traza la línea de lo aceptable en la conducta y la expresión sexual y en la participación económica y cívica. El Estado establece los términos de acceso a la sanidad, la educación, el voto, los derechos reproductivos, la protección ciudadana y la sostenibilidad medioambiental.Para muchos millones de personas en todo el mundo, son los Estados y los aspirantes a actores en el Estado los que generan el caos y las crisis. Los Estados establecen los términos de una discriminación que se produce de forma estructural, institucional, a pequeña escala y de manera cotidiana. Todos los Estados son patriarcales. Incluso a título individual y de incontables maneras, todos los días, los hombres se benefi cian de la ubicuidad y la aparente normalidad del patriarcado en modos en que las mujeres no se benefi cian.
La mujer
en el mundo
El patriarcado es el sexismo cotidiano, pero es más que el sexismo cotidiano; abarca la misoginia, pero se basa en algo más que la misoginia; produce desigualdad de género, pero sus consecuencias son más profundas que la desigualdad de género. Cynthia Enloe, The Big Push
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EE. UU.El presidente Carter firmó la CEDAW en 1980, pero aún debe ratificarla el Senado para convertirla en ley. A ello se oponen enérgicamente políticos conservadores y grupos religiosos. Ante el Senado en 2010, Family Watch International afirmó que «la ratificación de la CEDAW debilitaría la protección actual de las mujeres […] con el fin de redefinir […] el indispensable papel que desempeñan en nuestra sociedad […] como madres y esposas. El objetivo de la CEDAW es crear en el mundo sociedades neutras en cuanto al género […] Muchos de los grupos que presionan a EE. UU. para que ratifique la CEDAW tienen el fin de promover unos derechos radicales para la mujer de los que discrepa la mayoría de los estadounidenses…».EE. UU.
Acabar con la discriminación
Firmantes de la Convención de la ONU sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW)Marzo de 2018 Firmado pero no ratificadoSin firmar ni ratificarFirmado y ratificadoÚltimos firmantes de la CEDAW • 2006: Islas Cook • Brunéi • Islas Marshall • Omán Los últimos12
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TONGAPALAOSSUDÁNSOMALIAIRÁNEn 2010, la reina Bilung Gloria Salii de Palaos dijo: «No queremos llegar a una especie de acuerdo para unirnos a otras naciones y después [descubrir que] está en conflicto con nuestra cultura. La apoyaremos [la CEDAW], pero no estamos listos aún…».PalaosEn 2001, el Consejo de Guardianes de Irán rechazó la propuesta del gobierno de aceptar la CEDAW (con limitaciones) afirmando que contravenía varios artículos de la Constitución y los «principios esenciales del islam sobre herencia, indemnización, divorcio, testimonio, edad de la pubertad, hijab y poligamia. Los grupos iraníes de mujeres siguen presionando para que se acepte.IránEl presidente Omar al-Bashir siempre se ha opuesto a la CEDAW basándose en que contradice los valores de Sudán. «No firmaremos la CEDAW porque va contra la moralidad y los principios de la familia».SudánEn 2015, el gobierno de Tonga anunció un plan para ratificar la CEDAW. Los grupos que se oponían, incluida la Liga de Mujeres Católicas de Tonga, protestaron ante el plan y solicitaron al rey que impidiese al gobierno ratificarla. Los opositores argumentaban que la CEDAW, entre otras implicaciones, impondría el aborto y los matrimonios del mismo sexo en su país.Tonga•2009: Catar • 2011: Nauru • 2014: Palestina • 2015: Sudán del SurLa CEDAW es el único tratado mundial exhaustivo sobre los derechos de la mujer. Al ratificarlo, los gobiernos se comprometen, sobre el papel, a desarrollar políticas que eliminen la discriminación de la mujer.Solo EE. UU. y Palaos lo han firmado sin ratificarlo y no están obligados a cumplirlo. Hay cuatro países que no lo han firmado ni lo han ratificado.13
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14Globalmente, la brecha en la educación quizá se cierre hacia 2030, pero, al ritmo actual, la brecha en las oportunidades y la participación en la economía no se cerrará hasta dentro de 217 años. No hay una manera fácil de medir la situación de la mujer en el mundo y no es sensato utilizar una sola lente para observarla. Sin embargo, hay formas interesantes de arrojar luz sobre ciertos aspectos de la situación global y la calidad de vida general. El Índice de la Brecha Global de Género desarrollado por el Foro Económico Mundial mide en cada país el tamaño de la brecha entre hombres y mujeres en diversos aspectos de la salud, la participación en la educación, la participación y las oportunidades en la economía y el empoderamiento político. Los países mejor clasificados han cerrado su brecha de género en más de un 80%.El Índice de Instituciones Sociales y Género (SIGI) de la OCDE mide la discriminación de la mujer en las instituciones sociales de los países. Examina instituciones y normas de la sociedad civil, como los códigos y leyes familiares, los derechos a la autonomía física, la preferencia por los hijos frente a las hijas, el acceso a recursos y bienes y las libertades civiles para determinar el grado en que la estructura civil de un país discrimina a la mujer. Los resúmenes de la página 16 muestran la proporción de países por región según el grado de discriminación en sus instituciones.Uno de los puntos que denotan ambos índices es que la igualdad de género es, en parte, consecuencia del compromiso gubernamental con los principios y las políticas de igualdad. Por ejemplo, no es casualidad que los países escandinavos estén muy arriba en el ranking de ambos índices: la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer son allí políticas nacionales explícitas.
Medir la discriminación
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FIYICHINAINDIAEE. UU.BRASILRUSIAJAPÓNMALASIACANADÁAUSTRALIAINDONESIAARABIASAUDÍSUDÁFRICANUEVAZELANDAVENEZUELATAYIKISTÁNGEORGIAAZER.ARMENIASRI LANKAJAMAICACUBAMONGOLIABIRMANIAVIETNAMCAMBOYALAOSTAILANDIANEPALBUTÁNBANGLADÉSIRÁNPAKISTÁNSIRIAKUWAITYEMENCOREADEL SURKAZAJISTÁNARGELIACHADNIGERIAETIOPÍAANGOLAEGIPTOSENEGALGAMBIAGUINEALIBERIACOSTA DEMARFILCAMERÚNNAMIBIAMALAUIMOZAMBIQUEMADAGASCARTANZANIARUANDAKENIAMALIMAURITANIA BURKINAFASOGUATEMALAEL SALVADORMÉXICOBOLIVIAPARAGUAYCOLOMBIAHONDURASNICARAGUACOSTA RICAPANAMÁECUADORPERÚSURINAMBELICEARGENTINAURUGUAYFILIPINASCHILEZIMBABUEGHANABENÍNUGANDAKIRGUISTÁNBURUNDIMARRUECOSBOTSUANATURQUÍAJORDANIAUAELESOTOBARÉINCATARCHIPRELÍB.ISRAELMAURICIOMALDIVASSUAZILANDIABRUNÉISINGAPURTIMOR ORIENTALCABOVERDEBARBADOSREP.DOMINICANABAHAMASGEOREORGIARGIAORGIARAZAAZARMENIANIAIAAANIAIAAASIRIASASASMARARRUECOSTURQUÍAJOORDAANIAJOANCHIPREECHIPRELÍB.LÍBREREEISRAELLLRUS.CROACIAITALIAMOLDAVIAUCRANIAMACEDONIALITUANIALETONIAESTONIAALBANIAMONT.AUSTRIAHUNGRÍABULGARIARUMANÍAGRECIAPOLONIAESLO.B-HBIELORRUSIARUSIAR.U.IRLANDAISLANDIADINAMARCAFRANCIAESPAÑAPORTUGALALEMANIASUIZABÉLGICALUX.HOL.NORUEGAFINLANDIASUECIAESLOVAQUIAREP.CHECASERBIAMALTATÚNEZMARRUECOS
El índice de la brecha global de género
20171 – 20 (mayor paridad, menor brecha de género)21 – 5556 – 9091 – 125126 – 144 (menor paridad, mayor brecha de género)no incluido en el rankingRanking de países:15
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discriminación muy bajabajamediaaltadiscriminación muy alta15%23%27%16%19%En elmundo108 países
Discriminación contra la mujer
Niveles de discriminación en la sociedad según el Índice de Instituciones Sociales y GéneroProporción de países en las regiones seleccionadas201410%33%34%23%ÁfricaSubsahariana10%20%50%20%Asia Orientaly Pacífico13%13%37%37%OrienteMedio y nortede África86%14%paísesde la OCDE17%39%28%16%Europadel Este yAsia Central14%14%15%57%Sur de Asia32%47%21%Latinoaméricay el Caribe16
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Hong Kong87,0Japón86,9Singapur 86,2Italia85,7España85,4Coreadel Sur85,2Francia85,2Suiza85,1Chile84,7Australia84,6Más altaMás bajaSudándel Sur57,1Camerún57,1Mozambique56,8Angola54,2R.C.A.53,4Nigeria53,4Chad53,0Costade Marfil52,8SierraLeona51,9Lesoto50,0Suazilandia48,1
Esperanza de vida
Esperanza media de vida de la mujer al nacer 2015La esperanza de vida es un indicador irreductible del bienestar general. Para muchas mujeres —y hombres—, la vida es corta y dura. En casi todo el mundo, las mujeres viven más que los hombres, pero la brecha se cierra en ambos extremos de la escala. Todos los países con una esperanza de vida inferior a los 60 años están en el África Subsahariana. Las más altas para hombres y mujeres están en Asia Oriental, aunque otros países desarrollados llegan ya a la zona alta de la tabla.Esperanza media de vida mundiaL:Mujeres 74 Hombres 70 17
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18Cuando las mujeres se salen de la norma heterosexual, son doblemente subversivas: como miembros de una minoría sexual y como mujeres que rechazan la autoridad masculina.Las lesbianas pagan un alto precio por este inconformismo, sometidas a «violaciones correctivas», asesinatos «por honor», rechazo social, maltrato físico y discriminación material. Curiosamente, en la mayoría de los países que penalizan la homosexualidad, la ley solo castiga la conducta homosexual masculina ociertos actos sexuales identificadoscon los gays. Esta omisión legal noprotege a las mujeres: en todos loscasos, las leyes también se les aplicancuando el Estado quiere, pero es unindicador interesante de la caprichosa indiferencia hacia la mujer en general y las lesbianas en particular.Aun allí donde no está penalizada la homosexualidad, los derechos de las personas LGBTI no se suelen proteger, ni siquiera reconocer. Sin embargo, la organización de estas en las tres últimas décadas ha sido impresionante, y en muchos países se tolera la identidad lesbiana aunque no se acepte del todo. Dentro de las comunidades LGBTI, la política de integración en la corriente dominante resulta tensa, principalmente para las lesbianas, ya que la aceptación y la absor

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