Cosa Nostra

John Dickie

Fragmento

Agradecimientos

Agradecimientos

Cualquiera que conozca mínimamente las investigaciones académicas sobre la Mafia siciliana realizadas más o menos en los últimos quince años, reconocerá en estas páginas la gran deuda que he contraído con los más destacados expertos italianos en este ámbito. Espero que comprendan que si he decidido no mencionarles en el texto, ha sido solo para evitar sobrecargar al lector no italiano con más nombres de los estrictamente necesarios para narrar la historia. Lo que primero despertó en mí la ambición de escribir el presente volumen fue el deseo de reproducir la emoción intelectual que yo mismo había sentido al leer las obras de Alessandra Dino, Giovanna Fiume, Diego Gambetta, Rosario Mangiameli, Francesco Renda, Paolo Pezzino, Umberto Santino y especialmente Salvatore Lupo, cuya Storia della mafia representa en muchos aspectos la inspiración más importante de lo que he escrito aquí. También me he beneficiado sobremanera de la posibilidad de haber podido discutir este proyecto personalmente en varias ocasiones con Salvatore Lupo y Giovanna Fiume. Tengo la ilusionada esperanza de que juzguen que los resultados de mi trabajo merecen la pena.

Reunirme con los jueces antimafia Antonio Ingroia, Guido Lo Forte, Gaetano Paci y Roberto Scarpinato ha dejado una impresión en mí y en el libro muchísimo mayor de lo que se manifiesta explícitamente en el texto. Francesco Petruzzella y Margherita Pellerano, del Palacio de Justicia de Palermo, se mostraron indefectiblemente considerados cuando les pedí ayuda.

Nino Blando merece mi especial gratitud, ya que me proporcionó excelente compañía, ideas fundamentales y una guía indispensable en el recorrido sobre el terreno que hicimos en enero de 2003. También debo dar las gracias a los padres de Nino por una maravillosa jornada en Gangi, a Ina y Tullio por la acogida que me dispensaron en Brancaccio, y a Pippo Cipriani por disponer de una parte de su tiempo mucho mayor de la que yo tenía derecho a esperar en Corleone, donde Rosanna Rizzo también tuvo la amabilidad de compartir conmigo el fruto de sus investigaciones y de su experiencia. Y sencillamente no habría sido posible escribir este libro sin la hospitalidad de varios otros amigos en Italia: Marina y Lorenzo en Milán; Hugo, Stefania y Savina en Roma, e Igor y Alessandro en Palermo. Debo asimismo mi agradecimiento a Nick Dines y Antonio Orlando por su ayuda de última hora con algunas ilustraciones, así como a Alessandro Fucarini, de la agencia Labruzzo, cuyas soberbias fotografías merecen una exposición de mucha mayor envergadura.

Muchos de mis amigos leyeron partes del libro en diferentes etapas, y al hacerlo me ayudaron a emprender un difícil viaje tratando de alejarme de las convenciones de los trabajos académicos para acercarme a un estilo más legible. Los aquí mencionados ya no necesitarán jamás demostrar su paciencia de ninguna otra manera: Prue, Lucy, Clara, Rob, Rebecca, Doug, Emma, Nick, Sham, Claire, Dad, Sarah M., Dave, Jackie, Tommo, Jay, Claire H., Sam, Andrew H., Caz, Cat, tío John, Andy, Sarah, Charles, Irina, Rosie, Rosa y Naomi. Tanto con Radoyka Miljevic como con Robert Gordon tengo una deuda especial por haber tenido que leer un borrador definitivo completo con muy poca antelación. Sarah Penny examinó las pruebas con ojo astuto. Asimismo tuve la suerte de poder contar con la pericia de Mark Donovan, Christopher Duggan, Lucy Riall, Melvyn Stokes y Michael Woodiwiss. Gaia Servadio, Pino Adriano y David Critchley también me proporcionaron información valiosa.

Ombretta Ingrascì realizó un fantástico trabajo localizando las ilustraciones. Su consejo y sus críticas durante el proceso de redacción también han resultado inestimables. Recomiendo al lector que esté atento a la aparición de su fascinante trabajo sobre las mujeres y la Mafia.

Desde que me senté por primera vez a trabajar en esta obra he mantenido conversaciones casi constantes con John Foot. Cualesquiera que sean sus defectos, el libro es mucho mejor de lo que habría sido sin su contribución y su apoyo.

El departamento de italiano del University College de Londres y el consejo de redacción de Modern Italy merecen también mi gratitud por haberme permitido disponer de tiempo para escribir. El personal amable y profesional del Departamento de Humanidades 2 de la British Library merece un gran aumento de sueldo.

Ha sido un verdadero placer trabajar con mis editores en Hodder: Roland Philipps, Helen Garnons-Williams y Rupert Lancaster. Helen merece un especial agradecimiento por algunas perspicaces intervenciones en una fase crucial del desarrollo de la obra. Todos los miembros del equipo de Hodder han sido un modelo de agradable profesionalidad. Catherine Clarke, mi alquímica agente de Felicity Bryan, me ha ayudado a hacer que todo el proceso resulte divertido.

Todas las traducciones son mías a menos que se afirme otra cosa.

Va por Oscar y Beth.

Se han hecho todos los esfuerzos razonables para mencionar la propiedad del material protegido por derechos de autor incluido en el presente volumen. Cualquier error que se haya podido producir es involuntario y se corregirá en posteriores ediciones si se notifica de él al autor.

Quisiera dar las gracias a las siguientes personas e instituciones por autorizarme a reproducir fragmentos de diversas obras publicadas: Rubbettino Editore, por Commissione parlamentare d’inchiesta sul fenomeno della mafia e sulle altre associazioni criminali similari, Mafia, politica, pentiti; Enrico Deaglio, por la entrevista con Andrea Camilleri en Diario; R.C.S. Libri S.p.A., por Giovanni Falcone y Marcelle Padovani, Cose di Cosa Nostra, y por Saverio Lodato, Venti anni di Mafia; Tullio Pironti Editore S.r.l., por Lucio Galluzzo, Franco Nicastro y Vincenzo Vasile, Obiettivo Falcone; Edizioni La Zisa S.r.l., por Alessandra Dino, Mutazioni. Etnografia del mondo di Cosa Nostra, y por Dino Paternostro, L’antimafia sconosciuta. Corleone 1893-1993; finalmente, Editori Ruiniti, por Corrado Stajano, Mafia. L’atto d’accusa dei giudici di Palermo.

Nota del autor

Nota del autor

Como enseguida se pondrá de manifiesto, es inevitable que estas páginas aludan a graves acusaciones relacionadas con ciertos individuos. Por consiguiente, es fundamental que nadie lea el libro sin tener en cuenta las consideraciones siguientes.

Las familias de la Mafia y las familias de sangre son entidades distintas. El hecho de que u

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