Diccionario incompleto de la globalización

Alejandro Alcocer

Fragmento

Prólogo

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PRÓLOGO

La globalización, sin duda, es el fenómeno de nuestros tiempos. Sin embargo, ella no es un concepto es sí mismo; es la manifestación y el síntoma del cambio más profundo y radical que ha experimentado el mundo: la sociedad del conocimiento. En efecto, el progreso y las transformaciones de la humanidad siempre se han debatido gracias a la velocidad con que se difunde la información. Así, hace un milenio, los cambios tecnológicos y sociales tomaban generaciones tanto en gestarse como en materializarse en nuevas conductas y actitudes sociales.

El vertiginoso desarrollo de la tecnología de la información, junto con todas sus manifestaciones (telecomunicaciones, inteligencia artificial, bancos de datos y otras más) acelera de manera dramática y permanente la forma como nos comunicamos y el modo como nos hacemos llegar la información. Como nunca antes, el reto no sólo es tener acceso a la información, sino discriminar, entre el cúmulo de datos, aquella útil y relevante para nuestros propósitos.

Por estas razones, el futuro de los países estará cimentado en el conocimiento y su uso. En este modelo de crecimiento juegan un papel central la educación, la ciencia y la tecnología. El rol de la educación, la ciencia y la tecnología en el desarrollo de los países puede observarse mediante el estudio de los indicadores que periódicamente se dan a conocer: los que miden el número relativo de científicos e ingenieros en una población, la calidad de las instituciones de educación superior y de su infraestructura, de la productividad de sus aparatos científicos y tecnológicos desarrollados y transferidos, de la intensidad de la vinculación de las universidades con la industria y el gobierno, de la calidad de la infraestructura tecnológica en el país (telecomunicaciones, por ejemplo), entre otras.

El éxito en la sociedad del conocimiento y la globalización está en la competitividad, condición para el mejor desempeño personal y grupal basada en la educación, y en el progreso de la ciencia, entre otros. Todos los países más avanzados y con mejor calidad de vida de sus habitantes cuentan con sistemas educativos y científicos robustos, amplios, flexibles, bien equipados con recursos humanos y materiales, y con apoyos económicos, tanto en el sector público como en el privado, por lo cual es fundamental considerar el incremento en la eficiencia de la educación superior y el grado en que responde a las necesidades del entorno social en que se encuentran universidades y tecnológicos, al tomar como referencia la distribución de la matrícula entre las carreras pertenecientes a diversos campos del conocimiento, particularmente los que motivaron en mayor medida la elaboración del Diccionario incompleto de la globalización: las ciencias económico-administrativas y sus subáreas afines: las ciencias sociales, las ingenierías y tecnologías.

Para hacer frente a la globalización es indispensable conocerla. La presente obra nos adentra en los conceptos que definen, caracterizan y modulan a la globalización. Así, encontramos referencias al libre mercado, la competitividad, la productividad, la competencia y la tecnología; a la educación y la ciencia, al campo y los productos transgénicos, a la libertad y la soberanía, al agua como un derecho y bien público, a la participación de las empresas privadas en la economía, a la eficiencia y efectividad, a la planeación, planes y programas, al comercio internacional, entre otros.

El objetivo de este libro es poner en manos del lector un material relevante que le permita formase un juicio sobre la globalización, asumiendo que éste es un fenómeno irreversible, consecuencia de un cambio paradigmático en la sociedad actual.

Si aceptamos que este cambio ocurre en el mundo de las ideas y el conocimiento, sólo podrán hacer uso de la globalización y aprovechar sus enormes oportunidades aquellos que estén mejor informados. Por esta razón, deseo que el Diccionario incompleto de la globalización contribuya a la discusión inteligente y constructiva, así como a la adopción de estrategias y acuerdos nacionales que permitan al país un rumbo cierto de progreso y desarrollo en un mundo diferente, pero interesante y lleno de retos.

UN PUNTO DE PARTIDA: MÉXICO Y EL MUNDO

Un buen punto de partida para este libro es conocer o recordar la importancia de las relaciones que el Estado mexicano tiene con diversos países con el fin de mostrar brevemente las ventajas y oportunidades que representan.

La participación de México en los mercados globales es posible gracias a los tratados que apoyan la vinculación estratégica con otras naciones y regiones de notable crecimiento económico como India, China, Corea o Malasia. Asimismo, nuestro país tiene acuerdos de libre comercio con naciones de América del Norte, Europa, América Latina y Asia. Además participa activamente en negociaciones comerciales multilaterales en la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI), la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).

Veamos ahora cuáles son los retos y las oportunidades de nuestro país en las distintas regiones del planeta:

América Latina y el Caribe. En esta región se da un debate, que obviamente México conoce, en relación con los efectos de la globalización, los beneficios de la democracia y las vías hacia el desarrollo. Esta división, sin duda alguna, muestra la vitalidad democrática y la diversidad que prevalecen en el continente; de su desenlace, seguramente, dependerá el futuro de la región.

América del Norte. Esta región está obligada a modificar su interacción institucional para responder a los nuevos desafíos de la competencia, la regionalización y el desarrollo compartido, pues sólo gracias a la superación de sus retos se lograrán etapas superiores de concertación económica. En ella, el comercio internacional es la fuerza impulsora de la globalización.

Europa. El Viejo Mundo es una oportunidad para México por su desarrollo tecnológico y sus prácticas de gestión. La Unión Europea es un socio estratégico en materia política, comercial y de cooperación. Actualmente, los países que la integran son el segundo socio económico de nuestro país, si consideramos intercambios comerciales, turismo e inversiones. Aunque puede afirmarse que existen naciones con diferentes grados de integración global, finalmente no son significativas para las relaciones entre México y Europa. Asimismo, con los países de Europa del Este y Rusia, nuestro país puede superar el desafío que ofrece un mercado complementario para las exportaciones, inversiones e industria.

Asia-Pacífico. La estrategia regional que México se ha planteado e implantado con éxito, incluye relaciones más estrechas con Japón, India, Corea, Singapur, Australia y Nueva Zelandia, pues su desarrollo y potencial económico han convertido a esta región en promotora de crecimiento global. Con Japón se plantea, desde tiempo atrás, una mayor complementación en áreas estratégicas de tecnología, comercio e inversión. India, por su parte, es un ejemplo de inversión exit

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