El equilibrio cuerpo-mente

Osho

Fragmento

Introducción

Introducción

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EN UN UNIVERSO en el que todo el mundo está siendo iniciado en los silencios del corazón, es decir, en los métodos de la meditación, es necesaria una clase totalmente nueva de educación en la que todos debemos estar preparados para ser compasivos con nuestro propio cuerpo. Porque hasta que no te compadezcas de tu propio cuerpo, no podrás ser compasivo con el cuerpo de ningún otro ser. Es un organismo vivo y no te ha hecho daño. Ha estado continuamente en servicio desde que fuiste concebido y lo seguirá estando hasta tu muerte. Hará todo lo que tú quieras que haga, incluso lo imposible, sin desobedecerte.

Crear un mecanismo así de obediente y sabio sería inconcebible. Te sorprenderás cuando te des cuenta de todas las funciones de tu cuerpo. Nunca has pensado en todo lo que este hace. Es tan milagroso, tan misterioso… Pero nunca lo has mirado. Jamás te has molestado en conocer tu propio cuerpo y aun así crees amar a otras personas. No puedes, porque esas otras personas también se aparecen ante ti como simples cuerpos.

El cuerpo es el mayor misterio de toda la existencia. Este misterio necesita ser amado en sus profundidades, en su funcionamiento, sus entresijos. Desgraciadamente las religiones siempre han estado en contra del cuerpo. Pero esto ofrece un indicio, una muestra concreta, de que si un hombre aprende la sabiduría del cuerpo y el misterio que entraña, nunca necesitará de Dios ni de sacerdotes. Habrá descubierto lo más misterioso dentro de sí mismo. Dentro del misterio del cuerpo se halla el verdadero santuario de la conciencia.

Una vez que llegas a desvelar tu conciencia, tu ser, no hay Dios por encima de ti. Solo una persona así puede ser respetuosa con otros seres humanos, con otros seres vivos, porque todos ellos son tan misteriosos como él mismo es, diferentes expresiones del ser, otras variedades que enriquecen la vida. Una vez que un hombre ha descubierto su propia conciencia, ha hallado la llave de lo divino. Toda educación que no te enseñe a amar a tu cuerpo, que no te enseñe a ser considerado con él, que no te enseñe cómo penetrar en sus misterios, no será capaz de enseñarte cómo abrir la puerta de tu propia conciencia.

El cuerpo es la puerta, el cuerpo es la piedra angular. Toda educación que no se ocupe del cuerpo y de la conciencia, no solo es una educación incompleta, sino que además resulta totalmente nociva porque continuará siendo destructiva. El florecimiento de la conciencia en tu ser es lo que evita tu destrucción. Te aporta un inmenso impulso creador; la necesidad de crear más belleza en el mundo, más bienestar. El hombre necesita un cuerpo mejor, un cuerpo más sano.

El hombre necesita un ser más consciente, más alerta.

El hombre necesita todo tipo de lujo y bienestar que la existencia esté dispuesta a darle.

La existencia está dispuesta a ofrecerte un paraíso aquí y ahora.

El cuerpo es el alma visible. Y el alma es el cuerpo invisible. El cuerpo y la mente no están separados de ningún modo, forman parte uno del otro, forman una totalidad. Tienes que aceptar tu cuerpo, tienes que amar tu cuerpo, tienes que respetarlo, tienes que estarle agradecido…

El cuerpo es el mecanismo más complejo de la existencia: ¡es sencillamente maravilloso!

Benditos aquellos que se maravillan de él.

Inicia el sentimiento de admiración por tu propio cuerpo, porque es lo que tienes más cerca.

Es lo más cerca que la naturaleza ha llegado a estar de ti, es la máxima proximidad de la existencia contigo. En el cuerpo se encuentra el agua de los océanos, en él está el fuego de las estrellas y del sol, en él está el aire, está hecho de la tierra.

Tu cuerpo representa la existencia entera, todos sus elementos. ¡Y qué transformación! ¡Qué metamorfosis! Mira la tierra, y mira después tu cuerpo, ¡qué transformación! ¡Y nunca te has sentido maravillado! El polvo se ha hecho divino, ¿es posible mayor milagro? ¿Cuántos más estás esperando? Lo ves suceder cada día. Del barro sale el loto… y del polvo ha surgido nuestro hermoso cuerpo.

La inteligencia del cuerpo

La inteligencia del cuerpo

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LA CIENCIA médica occidental ha considerado al hombre como una entidad separada, al margen de la naturaleza. Este es uno de los errores más grandes que se hayan cometido. El hombre es parte de la naturaleza; su salud no depende más que de sentirse cómodo con la naturaleza.

La medicina occidental ve al hombre desde una óptica mecánica, por lo que hasta donde puede funcionar bien la mecánica, funciona. Pero el hombre no es una máquina, el hombre es una entidad orgánica, y no necesita que se trate solamente la parte enferma. La parte enferma es solo un síntoma de que el organismo entero está pasando por dificultades. Solo se muestra la parte enferma porque es la más débil.

Tratas la parte enferma, la curas… pero entonces surge la enfermedad en algún otro lugar. Has evitado que la enfermedad se manifieste a través de la parte mala; la has hecho más fuerte. Pero no has comprendido que el hombre es un conjunto: o está enfermo o está sano, no hay punto intermedio. Debe tomarse como un organismo integral.

Es algo primordial que hay que comprender: el cuerpo siempre está dispuesto a escucharte, pero nunca has hablado con él, nunca te has comunicado con él. Has estado dentro de él, lo has usado, pero nunca se lo has agradecido. Él te sirve, y lo hace de la manera más inteligente posible. La naturaleza sabe que es más inteligente que tú, y por eso las cosas importantes del cuerpo no se han dejado a tu cuidado, se le han encomendado a él mismo. Por ejemplo el respirar, el latido del corazón, la circulación de la sangre o la digestión de la comida no se ha dejado a tu cuidado, de lo contrario hubieras tenido problemas mucho antes.

Si la respiración se hubiera puesto en tus manos, habrías muerto. No hay posibilidad de sobrevivir si te puedes olvidar de respirar en cualquier momento. Al pelearte con alguien puedes olvidarte de respirar. Al dormir por la noche puedes olvidar los latidos de tu corazón. ¿Cómo vas a acordarte? ¿Y te das cuenta de la cantidad de trabajo que tu aparato digestivo está haciendo? No dejas de comer y crees que estás haciendo un gran trabajo. El hecho de comer lo puede hacer cualquiera.

En la Segunda Guerra Mundial un hombre recibió un balazo en l

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