El despertar de la familia

Dra. Shefali Tsabary

Fragmento

DespertarFamilia.html

El mandato de la familia que despierta

Ha llegado el momento de un nuevo comienzo

en que la familia ya no es una cadena que nos une

sino la tierra en la que florecemos

y el cielo en que aprendemos a volar.

No importa el tipo de familia,

todas empiezan con un padre o madre y un hijo o hija.

Una relación que reúne la energía del sol,

con poder para romper patrones y resucitar el espíritu.

La familia que despierta no espera a nadie,

empieza a curarse aquí y ahora.

Reconoce que estos vínculos sagrados

son capaces de revolucionar el planeta.

Despertamos cuando nos hacemos conscientes de quiénes somos verdaderamente. Esta consciencia conlleva darse cuent­a de la medida en que nos libera ser auténticos, ser reales, en luga­r de ser quienes creemos que debemos ser. Una vez que hemos conectado con nuestro espíritu soberano, crear el espacio para que nuestros hijos vivan en contacto con su propio espíritu se convierte en el objetivo esencial de su educación. Comprometida con la manifestación de la verdadera identidad de cada uno de sus miembros, la familia que ha despertado prepara el camino para que los hijos sean dueños, descubran y expresen su voz interior, a través de la cual favorecerán la conexión tanto con su propio ser como con los demás. A sabiendas de que este derecho a expresar su propio espíritu es el ingrediente clave para su resistencia y poder presentes y futuros, se volverá parte de la evolución de un mundo construido a base de compasión no violencia y prosperidad.

Unos padres despiertan cuando toman consciencia de que los paradigmas tradicionales de la educación, donde los padres se consideran superiores al niño, son obsoletos en el mundo moderno y provocan disfunción y desconexión en las familias. Entonces deciden convertirse en arquitectos de un nuevo modelo donde padres e hijos se consideran iguales, socios en el camino de crecimiento basado en una consciencia creciente.

En la familia que despierta, los padres comprenden que cada relación dentro de la familia existe para ayudar a cada miembro a crecer. Los padres ven a sus hijos como espejos que reflejan cómo deben madurar y desarrollarse ellos mismos. En lugar de pretender arreglar lo que consideran defectos en sus hijos, estos padres trabajan individualmente para aumentar su nivel de madurez y presencia. El enfoque se centra siempre en la consciencia de los padres y no en el comportamiento de los hijos. Esta es la idea en torno a la que gira el presente libro.

Cuando los padres son conscientes en el momento presente y aprenden y crecen junto a sus hijos, toda la familia prospera. Con la libertad de hacer realidad su destino individual, cada miembro de la familia vive libre de cargas y miedos. Con el poder que confiere la consciencia de ser uno mismo y de creer en uno mismo, y con la libertad de expresión, cada uno se siente libre para explorar, descubrir y manifestar su ser auténtico. Este es el mandato de la familia que despierta.

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