Siete reglas de oro para vivir en pareja

Nan Silver
John M. Gottman

Fragmento

Agradecimientos

AGRADECIMIENTOS

En primer lugar quiero dar las gracias a varios miles de parejas que han contribuido voluntariamente a mi investigación. Su decisión de revelar los aspectos más íntimos de su vida personal ha abierto una puerta, hasta ahora cerrada, que ha hecho posible formular estos siete principios para el buen funcionamiento del matrimonio.

Este libro se basa en investigaciones que recibieron un continuo apoyo del Instituto Nacional de Salud Mental, de la rama de Investigación Científica del Comportamiento. Ha sido de gran ayuda la guía de Molly Oliveri, Della Hahn y Joy Schulterbrandt.

Este libro ha sido posible igualmente gracias a una serie de importantes colaboraciones que han supuesto una gran alegría en mi vida. En primer lugar la colaboración del profesor Robert Levenson, de la Universidad de California, con la que he tenido la suerte de contar durante diecinueve años. Ha sido también muy importante mi colaboración con Neil Jacobson, de la Universidad de Washington, y mi trabajo con la doctora Laura Carstensen, de la Universidad de Stanford.

En mi laboratorio he disfrutado de enriquecedoras asociaciones. Las piedras angulares han sido: Sharon Fentiman, cuya elegancia mejora mi vida y me salva del caos; la doctora Sybil Carrere, que dirige mi laboratorio y es una gran colega, y Cathryn Swanson, mi programadora y analista de datos. No sólo son amigas y compañeras intelectuales, sino que contribuyen a hacer del trabajo una experiencia agradable. Quiero agradecer asimismo las contribuciones y el apoyo de Lynn Katz.

Mi esposa, Julie Schwartz Gottman, me ofreció amor, amistad, motivación, camaradería intelectual, apoyo y organización de conceptos. Ha sido también mi profesora y guía en la práctica de psicoterapia. Gracias a ella los talleres de parejas y padres se convirtieron en una emocionante experiencia creativa. Mientras nosotros nos dedicamos a nuestro trabajo, Etana Dykan dirige con mano experta nuestro Instituto del Matrimonio y la Familia, con gran ánimo y atención al detalle, y ayuda a facilitar nuestra comunicación. Su hermano Shai Steinberg, una persona de increíble creatividad, ha sido también un elemento fundamental en varias áreas de nuestro trabajo. Linda Wright contribuye a mantener un espíritu cálido y humano en nuestra labor (tiene un don especial para hablar con parejas desesperadas). Peter Langsam ha sido nuestro fiel consejero y compañero durante todo el proceso, ayudándonos con sus sabios consejos y su sentido de los negocios.

Recientemente he tenido la suerte de contar con excelentes estudiantes y trabajadores, incluyendo a Kim Buehlman, Jim Coan, Melissa Hawkins, Carole Hooven, Vanessa Kahen, Lynn Katz, Michael Lorber, Kim McCoy, Janni Morford, Sonnyu Ruckstahl, Regina Rushe, Kimberly Ryan, Alyson Shapiro, Tim Stickle y Beverly Wilson.

Quiero dar las gracias a la herencia intelectual de la cual me siento deudor. Como Newton escribió una vez: «Si he podido ver más lejos… ha sido alzándome sobre los hombros de gigantes.» Para mí estos hombros incluyen el trabajo de Les Greenberg y Susan Johnson sobre terapia matrimonial basada en las emociones; el erudito trabajo de Bob Weiss sobre muchos conceptos, incluido el de la anulación de sentimientos; el notable trabajo de Cliff Notarios sobre varios conceptos, entre ellos la eficacia de pareja; la fe de Howard Markman en la intervención preventiva; las grandes contribuciones de Dick Stuart, entre ellas su enfoque del intercambio conductual; el trabajo de Jerry Lewis sobre el equilibro entre la autonomía y la conexión en el matrimonio, y el persistente trabajo de mi colega Neil Jacobson, que ha marcado el patrón en la investigación en terapia matrimonial. Estoy así mismo en deuda con el reciente trabajo de Jacobson con Andy Christensen, sobre la aceptación de la terapia matrimonial, así como con el trabajo de Ronald Levant y Alan Booth sobre hombres en las familias.

Debo mencionar también la obra de Dan Wile sobre terapia matrimonial, con su soberbia concentración. Me encanta la forma de escribir y pensar de Wile, totalmente consistente con muchas de mis investigaciones. Estoy convencido de que Wile es un genio, y el mejor terapeuta matrimonial del mundo. Es una suerte haber podido intercambiar ideas con él.

Deseo reconocer el trabajo de Irvin Yalom y Victor Frankl sobre psicoterapia existencial. Yalom ha promovido una gran fe en el proceso terapéutico y en la fuerza humana para crecer. Frankl tiene un lugar especial en mi corazón. Él y mi querido primo Kurt Ladner son supervivientes del campo de concentración de Dachau. Ambos encontraron un sentido en un contexto de intenso sufrimiento, tiranía y deshumanización. Espero extender su búsqueda existencial de sentido en el contexto matrimonial. De este modo podemos convertir el conflicto en una nueva experiencia de reveladores sueños vitales, encontrando un sentido compartido y reafirmando la amistad matrimonial.

He llegado a la conclusión de que muchos perspicaces estudios sobre el tema del matrimonio son básicamente correctos. Espero que mi contribución sea un homenaje a todos ellos y añada un poco de precisión a la lucha por comprender qué es lo que hace que las relaciones funcionen.

J. G.

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