Qwertyuiop (Ensayos 4)

Rafael Sánchez Ferlosio

Fragmento

 Qwertyuiop

Índice

Qwertyuiop

Presentación

A manera de prefacio

MIENTRAS NO CAMBIEN LOS DIOSES NADA HABRÁ CAMBIADO

I-XXXIX

Corolarios

Corolarios primero

Corolarios segundo

Corolarios tercero

Corolarios cuarto

Apéndice. La mentalidad expiatoria

ENTRE ESCILA Y CARIBDIS

Amor y pedagogía

Entre Escila y Caribdis

El alma y la vergüenza

Monografías iniciáticas

Borriquitos con chándal

Educar e instruir

Influencia y autoridad

Televisión para niños

Valor añadido

HACIA UNA NUEVA ESTÉTICA

Mendigos, tenderos y políticos

La mano visible

Nadie puede con la bicha

«No aguanto agoreros»

Pedagogía contra pedagogía

Hacia una nueva estética

La vuelta del Espíritu Santo

Los telediarios

Transgresores y ofendidos

Juan Pablo II

Notas sobre feminidad, fotografía y publicidad

JUEGOS Y DEPORTES

La llama sagrada

La teoría homeopática del deporte

Juegos y deportes

El deporte y el Estado

Corazón arriba, corazón abajo

¡Y qué afán de ganar y ganar!

La clarividencia de Defoe

NON OLET

Introducción

I. Yacimientos, §§ 1-3

II. Rifkin, §§ 1-5

III. La ostentación negativa, §§ 1-2

IV. La producción del consumidor, §§ 1-4

V. ¿Cambios «sociales»?, §§ 1-7

VI. El ataque contra el feminismo, §§ 1-3

VII. Marcas y firmas

VIII. La persona como valor de cambio, §§ 1-7

IX. La comercialización de la belleza, §§ 1-3

X. Las profesiones artísticas, §§ 1-7

XI. «Una función social», §§ 1-4

XII. Los anuncios, §§ 1-5

XIII. El polo del consumo, §§ 1-5

Trabajo y ocio

I. «Nigra sum sed formosa», §§ 1-17

II. La bendición de Puebla, §§ 18-21

III. «Non olet», §§ 22-43

Apéndice a la página 377

«Homo emptor»

§§ 1-6

Abreviaturas

¿Renacimiento?

Las cajas vacías

Sobre el sindicalismo

La trompeta y la sirena

La isla de Juan Fernández

Viviane Forrester

La cuestión global

QWERTYUIOP

De los orígenes del perro

Otra conjetura

Más sobre lo mismo

De los vicarios del nombre de la cosa maligna

El rito y la cultura

Eugenesia, individuo y sociedad

Angelitos rubios

La música celestial de la verdad

La libertad amenazada

LA SEÑAL DE CAÍN

Tesis, §§ 1-22

Comentarios y derivaciones

§ 23 (A la cita de Walter Benjamin)

§ 24 (Sobre el bien del derecho)

§ 25 («Clavado en la eternidad»)

§ 26 (El sujeto del remordimiento)

§ 27 (La indemnización)

§ 28 (Principium individuationis)

A modo de epílogo. «Alkíonai Hémerai»

ANEXO

La forja de un plumífero

Índice cronológico

Sobre este libro

Sobre Rafael Sánchez Ferlosio

Créditos

Notas

cap-1

Presentación

I

«Cuando se inventaron los ordenadores, los programadores se dieron de pronto cuenta de que en este mundo hiperburocratizado centenares de millones de empleados de oficina tenían indeleblemente grabado en la punta de sus dedos el alfabeto entero de las distintas lenguas que hablaban y escribían. De manera que fue así como las nuevas tecnologías tuvieron que claudicar ante su ayer mecánico y adoptar el veterano y, si se me permite decirlo, heroico QWERTYUIOP.»

Así justifica Rafael Sánchez Ferlosio su afición por esta «palabra», en realidad una simple secuencia de letras: las que configuran la primera de las tres hileras que, en los teclados alfanuméricos, ocupan las letras del alfabeto. El orden en apariencia arbitrario en que están dispuestas obedece a un designio racional, que combina varios criterios, entre ellos el de frecuencia. Así, por ejemplo, las dos letras iniciales —la Q y la W, en el extremo izquierdo— son, respectivamente, los fonemas del relativo en las lenguas neolatinas y en las germánicas, como el mismo Ferlosio se ocupa de señalar. El caso es que, en los comienzos de la era digital, no cupo plantearse, ni siquiera remotamente, un cambio de ordenamiento de las letras en los teclados, que mimetizan el de las viejas máquinas de escribir.

La idea de titular «QWERTYUIOP» este volumen le sobrevino al autor al percatarse, una vez diseñado el plan de esta edición de sus ensayos, de que el cuarto y último de los volúmenes que iban a integrarlo constituía, al menos en apariencia, lo que se entiende por un «cajón de sastre». La afinidad temática de los contenidos de cada uno de los tres primeros volúmenes parecía, en efecto, que no iba a poder mantenerse en este último, en el que inevitablemente habían de concurrir —por no quedar ya más lugar donde hacerlo— reflexiones que apuntan, se diría, a intereses tan variados como distintos. Asuntos como la enseñanza, la publicidad, la televisión, los deportes, la mal llamada «sociedad de consumo», el rol que en ella suele atribuirse a la mujer, el trabajo y el ocio, la ritualización de la cultura, la eugenesia, etcétera, parecían resistirse a ser articulados coherentemente. Su secuencia, de hecho, podría antojársele al lector tan arbitraria como la que forman las letras QWERTYUIOP. Pero se trataría de una impresión engañosa, dado que también aquí intervienen factores poco dependientes del capricho, mucho menos del azar.

En el texto que cierra este volumen escribe Ferlosio: «Las cuestiones por las que me intereso apenas pasarán de seis o siete, y como, con el paso de los años y de las recurrencias, algunas acaban abriendo tuberías de comunicación, no es raro que se vayan fundiendo y reduciendo». Y así parece ser. De hecho, los sucesivos volúmenes de esta edición de sus ensayos se han organizado conforme a un mismo principio de confluencia, por virtud del cual es relativamente fácil agrupar con bastante coherencia la producción entera del autor. Lo mismo ocurre, en definitiva, en este volumen, en el que también se detectan significativas recurrencias y constantemente se abren, de una a otra de las cuestiones tratadas, «tuberías de comunicación», no sólo entre los textos en él reunidos, sino también entre éstos y los de volúmenes anteriores.

En efecto: un común punto de fuga ordena la perspectiva en la que se encuadra toda la obra de Ferlosio. De ésta ha dicho Tomás Pollán —uno de sus mejores conocedores— que, considerada en su conjunto, constituye «la prolongación, desarrollo y modulación» de una intuición germinal que emerge ya en el más temprano de los ensayos de Ferlosio, «Personas y animales en una fiesta de bautizo», de 1962 (recogido en Altos estudios eclesiásticos). Allí se plantea ya la decisiva «cont

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