ÍNDICE
Portadilla
Índice
Dedicatoria
Tetralogía de la ejemplaridad. Presentación
Aprender a ser mortal
Primera parte
Aquiles en el gineceo
Capítulo I. Virtus generalis
Capítulo II
El mejor de los aqueos
El dilema de Aquiles
La tradición de Esciros
Capítulo III
Disfrazado entre mujeres
Deidamía o el amor
Se acercan las naves
Imposible tomar Troya sin él
La gloria prometida
La organización del recuerdo
El dilema entra en la historia
Estadios en el camino de la vida
Capítulo I. Estadio estético
Capítulo II. Estadio ético
¿Por qué, en definitiva, Aquiles abandonó el Gineceo, si sabía que iba a morir?
El dilema de la experiencia humana
Segunda parte
La formación del héroe moderno
Capítulo I
Individualismo y colectivismo, al alimón
Un yo escindido y sin genuina experiencia del mundo
Anton Reiser, perplejo
La épica de la subjetividad
Novelar la ejemplaridad del yo
Vano «recortar un cielo sobre la tierra»
Dispares vidas paralelas
Truncada eticidad de los maestros
Capítulo II. La objetividad hallada y perdida
Historia de la finitud
Notas
Sobre el autor
Créditos
Dedicado a Teresa Arsuaga, mi buena suerte
«…pero esta dedicatoria es para que la lean los demás, son solo palabras privadas que te dirijo en público».
T. S. ELIOT
TETRALOGÍA DE LA EJEMPLARIDAD
PRESENTACIÓN
Esta edición culmina un plan literario muy antiguo y largamente cultivado. Todo empezó por un amor de juventud. En esa edad tan impresionable, un periodo particular de la historia de la cultura, la Grecia arcaica, me cautivó sin remedio. A través de la epopeya homérica, la teogonía de Hesíodo, la poesía de los líricos, la cerámica de figuras negras y rojas, la estatuaria de los kuroi o las vidas de los siete sabios entré en contacto por primera vez con el ideal de la ejemplaridad, ya realizado históricamente si bien todavía sin conciencia de sí mismo. ¿Qué es lo justo, lo bueno, lo útil, lo santo, lo noble, lo bello, en definitiva, lo humano? Lo que hacen y dicen los héroes ejemplares. ¿Qué es el ser? El ejemplo personal. ¿Qué es la verdad? Su imitación. He aquí la almendra de aquella temprana intuición. Cuanto vino después —la obra que ahora se presenta— es sólo desarrollo de aquella visión originaria.
Por halago de la Fortuna, se ha cumplido en mi vida el lema que Goethe puso a su Poesía y verdad: «Lo que la juventud desea, la vejez lo concede con creces». Tras veinte años en vilo por la emoción del descubrimiento, sobrevino de pronto la definición. La gravedad infinita que había dominado esas dos décadas liberó su peso y se tornó productiva cuando, mudando mi intención primera, me resigné a no presentar la idea en un solo libro y en lugar de ello me formé un plan de cuatro. En la década siguiente, incluso antes de que la juventud me desamparase del todo, me fueron naciendo los libros, uno detrás de otro, con curiosa puntualidad: Imitación y experiencia (2003), Aquiles en el gineceo, o aprender a ser mortal (2007), Ejemplaridad pública (2009) y Necesario pero imposible, o ¿qué podemos esperar? (2013). Cada título anuncia el siguiente y el posterior se refiere con frecuencia a los anteriores para que el lector advierta las conexiones sistemáticas que los inspira, explícitas en las introducciones de cada uno de ellos. Si puede hablarse de un plan es porque el ciclo entero ofrece, con diferentes perspectivas, una misma visión de la ejemplaridad, sol en torno al que rotan los cuatro planetas del sistema. La presente edición conjunta, en consecuencia, hace justicia a la unidad de propósito. También aquí, como decía el clásico, «el f